Perú
«Perú espera mano dura para acabar con un conjunto de problemas»
Entrevistamos al periodista peruano Luis Felipe Gamarra para analizar los resultados de las elecciones presidenciales de Perú, en las que Keiko Fujimori ganó pero sin el apoyo suficiente para evitar la segunda vuelta. Gamarra es autor del libro “Pequeños dictadores” (2009) y coautor del libro de entrevistas “Pecados capitales, siete miradas para entender el éxito y el fracaso en el Perú” (2012). Actualmente colabora en varios medios de comunicación, como “América Economía”, “Poder”, “La República” y “El Comercio”.
-¿Cómo interpreta este resultado? ¿Le sorprende alguno de los datos electorales?
-Se sabía que Keiko Fujimori tenía más de 30%, pero no que iba a llegar a casi un 40%. Mucha gente se decidió al final por Fujimori, quien ha sido la única candidata que ha viajado pueblo por pueblo en el interior del Perú. Esa cifra es alta y complicará el camino de su rival en la segunda vuelta, porque sólo quedan dos meses de campaña y no será suficiente para volver a recorrer el país. El antivoto contra los Fujimori podría sumarle votos a PPK (el partido de Pedro Pablo Kuczynski), pero no bastará con eso. PPK hace meses que está segundo, pero escaló posiciones por encima del 20% la última semana, que estaba casi empatado con Verónika Mendoza. La escalada de la izquierda se veía venir.
-¿Existe la posibilidad de que Keiko pierda en la segunda vuelta? ¿Qué movimientos habrá a nivel de alianzas para impedir que gane la candidata populista?
-Existe una posibilidad porque el antivoto contra Fujimori alcanzó en abril el 45%, muchos votantes de Verónika Mendoza u otros van a preferir votar por el PPK antes que darle su voto a Keiko, pero no será de forma natural. El PPK deberá de hacer un esfuerzo por acercarse a aquellos peruanos que exigen un cambio en el modelo económico, mostrando que sus políticas no sólo buscan crecimiento sino prosperidad en el hogar de cada peruano. También tendrá que esperar que no calen en algunos votantes los mensajes de que es un “gringo”, lobbista y una persona de mucha edad para gobernar. Decir que el modelo económico se mantendrá tal cual, con 10 millones de peruanos en situación de pobreza, sería el peor error que podrían cometer.
-¿Qué fortalezas tiene Pedro Pablo Kuczynski?
-Tiene dos: ha sido ministro en tres oportunidades, conoce la gestión pública por dentro, además es un político con experiencia. Tiene un equipo económico de primer nivel. Alfredo Thorne, jefe del programa económico, fue calificado en México como el mejor economista residente en ese país (pero es peruano), cuando fue representante del Banco Mundial. Es el único candidato con un plan contra la informalidad. Su vicepresidente, Martín Vizcarra, ex gobernador de la región Moquegua, elevó la calidad de la educación sólo con una mejor gestión de los recursos minerales. Mercedes Aráoz, su otra vicepresidenta, fue ministra de Economía y Comercio Exterior. Pero falta que comunique mejor estas ventajas.
-¿Qué se esconde detrás de Keiko Fujimori, qué personalidad tiene, cuáles son sus puntos débiles y sus fortalezas?
-Tiene varios, no sólo el ser hija de un ex presidente que dio un golpe de Estado, y que está preso por hechos que van más allá de ese golpe, como asesinato, corrupción y secuestro, sino el hecho de que en su carrera como congresista destacó en la labor parlamentaria más por sus ausencias y permisos de descansos que por proponer proyectos legislativos que elevaran la calidad de vida de los peruanos. Es una política astuta, con experiencia, no olvidemos que fue primera dama de su padre, quien la llevaba a todos lados durante el tiempo que aceptó el cargo, de 1994 en adelante (2000), precisamente cuando se cometieron varios de los delitos por los que su padre está preso. Son muchos los cuestionamientos detrás de su postulación, como el ir acompañada de muchos de sus candidatos al congreso, con investigaciones por corrupción y narcotráfico.
-¿Cuánto retiene de su padre en su forma de hacer política?
-Mucho. Por más que ha tratado, no logra calificar las conductas de su padre como errores, cuando la Justicia ha dicho que se trata de delitos. Es más, en el debate presidencial, defendió la Constitución de 1993, que salió del golpe de Estado, señalando que gracias a ésta Perú creció económicamente, cuando es falso. Perú creció entre 1993 y 1997, pero entró en recesión hasta principios del 2000, luego volvió a crecer poco a poco, hasta alcanzar picos de crecimiento en 2009 hasta 2011, desde entonces su crecimiento se ha desacelerado. ¿Qué hubo? Precios internacionales altos de los metales. No fue la Constitución, fue China. Su propia madre la ha calificado como “diablo”.
-¿Por qué ha ganado la primera vuelta?
-Ha ganado porque desde hace décadas Perú espera mano dura para acabar con un conjunto de problemas. El Gobierno de su padre, que controló los medios de comunicación durante casi una década, le hizo creer a millones de peruanos que él derrotó la hiperinflación de finales de los ochenta y que acabó con el terrorismo, pero nada más falso que eso, porque la economía se corrigió por el Plan Brady de Estados Unidos, que nos obligó a tomar una serie de decisiones para poder recibir préstamos del exterior, y cuando capturaron a Abimael Guzmán, líder de Sendero Luminoso, Fujimori estaba pescando en la selva, ni Montesinos sabía lo que estaba pasando. Mucha gente cree que su hija repetirá esos “éxitos”.
-¿Cómo sería un futuro Gobierno de Keiko Fujimori?
-Sin ser pitoniso, un gobierno de Keiko Fujimori despertará mucha polarización, entre los que votaron por ella y los que votarían por todos menos por ella. Me temo que sus dos primeros años serían una pérdida de tiempo, mientras decide si indultar a su padre o no. Dos años en los que la economía crece a menor ritmo y la inseguridad ciudadana se desborda en todo el país. Detrás de ella existen personajes vinculados a los Panama Papers (Jaime Yoshiyama, ex ministro de su padre), a los que nunca les ha gustado la transparencia. Me imagino otros cinco años como los de Ollanta Humala, unos años anodinos, en los que la economía se seguiría deteriorando.
-¿Se puede hablar de fracaso en la izquierda de Perú?
-La izquierda ha obtenido un resultado que hace un año no se imaginaba ni en sus más salvajes sueños. Tener casi 18% de los votos, lo que le da más o menos 20 congresistas. Después del fracaso de Ollanta Humala, y del fracaso de Susana Villarán en la alcaldía de Lima, era impensable. Se creía que la izquierda iba a desaparecer, pero Mendoza y Gregorio Santos, que ha obtenido más cerca de 3%, han demostrado que eso no es así. Ocurre algo bien simple y complejo a la vez: en el Perú hay 10 millones de pobres, la tercera parte de la población, y todos reclaman un cambio en el modelo económico, para que esa población salga de la pobreza. Pese a que el discurso de la izquierda siempre ha sido a favor de los pobres, éstos, hasta hace pocos meses, no encontraban en la izquierda un representante de sus aspiraciones, porque la izquierda sólo hablaba de derechos humanos. Con la salida de Julio Guzmán y César Acuña, que eran novedosos ejemplos de que es posible salir de la pobreza, las candidaturas de Barnechea y Mendoza empezaron a ganar adeptos. Barnechea cometió errores, Mendoza no. Ha ganado votos, no necesariamente por ser de izquierda (aunque la izquierda no lo quiera reconocer), sino por ser nueva y tener una imagen libre de acusaciones de corrupción.
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