Kiev

Putin y los prorrusos denuncian el bloqueo económico del este de Ucrania

Vladimir Putin durante una rueda de prensa en la Cumbre del G20 en Brisbane.
Vladimir Putin durante una rueda de prensa en la Cumbre del G20 en Brisbane.larazon

El presidente ruso, Vladímir Putin, y los rebeldes prorrusos denunciaron hoy el bloqueo económico al que Ucrania quiere someter a las repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk para evitar su escisión.

El presidente ruso, Vladímir Putin, y los rebeldes prorrusos denunciaron hoy el bloqueo económico al que Ucrania quiere someter a las repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk para evitar su escisión.

"Me parece que es un gran error ¿Por qué amputan esas regiones con sus propias manos? ¿Para qué?", dijo Putin a la prensa rusa durante la cumbre del G20 en Brisbane (Australia).

El jefe del Kremlin reaccionó así a las medidas decretadas ayer por el presidente ucraniano, Petró Poroshenko, y que los expertos rusos consideran un bloqueo en toda regla de las zonas rebeldes para estrangular su economía y hacerlas inviables.

En concreto, Poroshenko decretó la evacuación de toda la administración pública, incluido el personal; de los tribunales y de las cárceles, entre ellos los internos, de la zona de conflicto.

Esto podría significar también la evacuación de policías, profesores y médicos, lo que convertiría a las repúblicas separatistas en socialmente insostenibles.

Además, el presidente ordenó al Banco Nacional de Ucrania que suspenda en el plazo de un mes los servicios bancarios a las empresas y residentes en dicho territorio.

No obstante, el Gobierno ucraniano mantiene los suministros de gas y electricidad, vitales durante el crudo invierno, y ordenó regular la concesión de ayuda humanitaria a la población, muy necesitada de alimentos, calefactores, medicinas y ropa de abrigo.

Según los expertos, el objetivo de Kiev es forzar a la población de las zonas rebeldes a desplazarse a territorio bajo control de las fuerzas gubernamentales para poder encontrar trabajo o cobrar las pensiones.

Al arremeter contra el "bloqueo económico"ucraniano, Putin recordó que, "incluso durante los más duros días, meses y años"de las guerras chechenas, Rusia "nunca redujo la financiación de la república de Chechenia"y "pagó regularmente las pensiones e incluso los subsidios".

"Esto parecía a primera vista una sandez, ya que la gente (los guerrilleros) que controlaba la situación no sólo robaba el dinero, sino que podía usarlo con fines malvados. Pero lo hicimos y cumplimos nuestras obligaciones morales ante la gente", declaró.

El jefe del Kremlin considera que los chechenes apreciaron ese gesto "de dignidad"por parte de Moscú, lo que pudo ser clave para que Moscú y Grozni llegaran a un acuerdo y unieran fuerzas a la hora de aplastar a los terroristas internacionales.

"Se puede entender que (las autoridades ucranianas) quieran ahorrar, pero este no es el caso ni el momento para economizar en esto", agregó.

Poroshenko también pidió a la Rada Suprema (Parlamento) que revoque la ley de autogobierno que concedía tres años de autonomía a las zonas rebeldes.

Esta es la respuesta a las elecciones separatistas del 2 de noviembre que convirtieron en papel mojado la ley de autogobierno que ofrecía a los rebeldes la posibilidad de celebrar comicios locales en diciembre para elegir a sus interlocutores ante Kiev.

"De hecho, (el bloqueo) ya existe. Ya vivimos bajo él durante dos meses", aseguró Alexandr Zajárchenko, líder separatista en Donetsk.

Zajárchenko hizo estas afirmaciones al recibir en la ciudad de Makéevka, a las afueras de Donetsk, un nuevo convoy con ayuda humanitaria procedente de Rusia.

"El bloqueo económico no nos asusta. Más aún, esto significa que pronto Kiev nos reconocerá"como república independiente, agregó.

Por su parte, el líder separatista de Lugansk, Ígor Plotnitski, tachó ayer el bloqueo económico de "acto de genocidio"y acusó a Kiev de "querer convertir al Donbass (cuenca hullera de Donetsk y Lugansk) en un campo de concentración".

Poco después de pedir una nueva ronda de negociaciones con Kiev en Minsk, los separatistas rechazaron hoy la posibilidad de que la marca de separación, uno de los puntos principales de los acuerdos de paz, coincida con la actual línea del frente.

"La línea de separación debe estar en la frontera de la región de Donetsk. Nosotros no reconocemos otra frontera. Slaviansk y Mariúpol son nuestras ciudades. Las recuperaremos", resaltó Zajárchenko.

Aunque el alto el fuego del 5 de septiembre nunca llegó a respetarse en su totalidad, las escaramuzas eran esporádicas hasta las elecciones separatistas, que dieron pie a la reanudación de los combates y los bombardeos.

Ahora, Ucrania reconoce abiertamente que se está preparando para repeler una ofensiva rebelde durante el invierno y ha reagrupado sus fuerzas, fortificado sus posiciones y movilizado a sus reservistas.

"Hay que mantener la pólvora seca. Si los acontecimientos se vuelven contra el plan de paz, las Fuerzas Armadas ucranianas están hoy dispuestas y capacitadas para responder", manifestó el viernes Poroshenko.