Doha
Qatar, el país más rico del mundo, esclaviza a miles de trabajadores
Siete meses sin cobrar, trabajos forzosos, retirada del pasaporte y tratamiento de «animales». Ésta es la tónica general de los extranjeros en Qatar, un país que alardea de ser el más rico del mundo, pero al que Amnistía Internacional (AI) ha sacado los colores en materia de derechos humanos. Los testimonios recogidos por la ONG en el sector de la construcción son sobrecogedores. Trabajadores que llegan a Doha con el deseo de mantener a sus familias en Nepal, Sri Lanka o Indonesia, pero que después trabajan siete días a la semana, más de doce horas al día y en condiciones infrahumanas. Además, se les amenaza con multas, la expulsión o la pérdida de ingresos si no se presentan en su puesto laboral aunque no se les pague. «¿Hay alguna forma de salir de aquí? (...) Nos estamos volviendo completamente locos», reconoció a AI un trabajador nepalí al que ya ni le interesaba cobrar lo que le debían. Los accidentes laborales también son la tónica general: no llevan casco y, según el informe de la ONG, «más de un millar de personas habían sido ingresadas en la unidad de traumatismos en 2012 tras haber sufrido una caída en el trabajo». El 10% quedó discapacitado y el índice de mortalidad también fue «significativo». «Se les considera ciudadanos de cuarta», explica a LA RAZÓN Cecilia Denis, portavoz de AI España sobre Empresas. Tras la publicación del duro informe, en el que se deja constancia de las violaciones de los derechos humanos, el Gobierno qatarí, al menos, ha reaccionado. «Ellos insisten en que es una preocupación importante y que van a entregar el informe de AI a su gabinete de abogados británico para que lo analicen». Según Denis, «la situación de indefensión total, el tratamiento degradante y los trabajos forzosos» se llevan denunciando durante los últimos años, es un problema previo «pero se va a multiplicar mucho más con la organización del Mundial de Fútbol de 2022», pues se construirán nuevas infraestructuras. Cabe preguntarse qué criterios llevan a la FIFA a elegir países para auspiciar el Mundial en los que se violan los derechos humanos. En este sentido, AI pide a la FIFA «que esté pendiente y que controle que no se cometan este tipo de vulneraciones, que realmente son situaciones tremendas y superdegradantes».
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