Internacional
Rechazo masivo al F-35 estadounidense en Suiza: el Rafale y el Eurofighter ganan terreno
La creciente desconfianza hacia EE. UU. y la presión ciudadana reactivan el interés por el Rafale, el Eurofighter y el Gripen como opciones más acordes con la neutralidad y la autonomía estratégica suiza
Firmado en 2022, el contrato para adquirir 36 cazas F-35A Lightning II a Lockheed Martin por 6.000 millones de francos suizos prometía modernizar la Fuerza Aérea de Suiza, reemplazando a los veteranos F/A-18 Hornet y F-5 Tiger II a partir de 2027. Sin embargo, la aparente solución se ha convertido en una fuente creciente de discordia nacional.
Una serie de encuestas realizadas en marzo y abril de 2025 revelan que el 81% de los ciudadanos suizos se oponen ahora a la entrega de los F-35, alcanzando hasta un 87% de rechazo en la Suiza francófona. Este giro refleja no solo preocupaciones técnicas o financieras, sino también un profundo malestar geopolítico con respecto a la dependencia de tecnología estadounidense.
Factores de tensión: geopolítica y percepción pública
La oposición al F-35 no se limita a sectores progresistas. Incluso entre los votantes conservadores, el apoyo es tibio: solo el 44% del Partido Popular Suizo (UDC) y el 40% del Partido Democrático Libre (PLR) siguen respaldando la compra. Esta situación se ve agravada por el actual clima de fricciones comerciales con Estados Unidos, intensificadas por la reintroducción de aranceles punitivos bajo la administración de Donald Trump.
En este contexto, políticos como Fabien Fivaz, del Partido Verde, llaman a replantear las decisiones estratégicas en favor de socios europeos más confiables, que además respeten la soberanía tecnológica y los valores de neutralidad helvética.
Dassault Rafale: soberanía sin ITAR
La opción francesa aparece como una de las favoritas entre los expertos y parte del electorado. El Dassault Rafale destaca por su independencia de componentes estadounidenses (libre de ITAR), lo que proporciona un mayor control sobre datos críticos.
Con un alcance de 3.700 km, velocidad máxima de 1.800 km/h, y capacidad de carga superior a 9 toneladas, el Rafale puede realizar múltiples misiones simultáneamente y es plenamente interoperable con las fuerzas europeas. Equipado con el radar RBE2 AESA y el sistema de guerra electrónica SPECTRA, ofrece un equilibrio entre prestaciones y autonomía.
Eurofighter Typhoon: potencia multinacional con costes elevados
Otra opción sólida es el Eurofighter Typhoon, desarrollado por un consorcio europeo (Alemania, Reino Unido, Italia y España). Este caza bimotor alcanza velocidades de hasta 2.495 km/h y cuenta con una arquitectura moderna basada en el radar CAPTOR AESA y el sistema PIRATE.
Su alta integración en operaciones de la OTAN es una ventaja, pero los costes operativos (unos 25.000 francos suizos por hora de vuelo) y la posible saturación de producción lo convierten en una opción menos viable a corto plazo.
Saab Gripen E: eficiencia escandinava con historia polémica
El sueco Gripen E se presenta como la opción más económica y adaptable. Con una velocidad de 2.200 km/h y un alcance de 3.000 km, está diseñado para operar desde pistas cortas y en entornos adversos. Además, su arquitectura modular y bajos costes operativos lo convierten en un candidato atractivo.
Sin embargo, pesa el recuerdo del referéndum de 2014, cuando la población suiza rechazó la compra del Gripen debido a su estado de desarrollo incipiente. Aunque Saab ha mejorado considerablemente el modelo, la imagen pública aún no se ha recuperado del todo.
Un horizonte incierto para la aviación suiza
Mientras tanto, los programas europeos de sexta generación, como el SCAF (Francia, Alemania, España) y el Tempest (Reino Unido, Italia, Japón), no estarán listos antes de 2040, demasiado tarde para el recambio urgente que necesita la flota suiza.
En este contexto, algunos analistas sugieren modernizar los F/A-18 actuales, o adoptar una estrategia híbrida: adquirir un número limitado de aeronaves disponibles y complementar la defensa con drones avanzados y sistemas emergentes.
¿Ocasión para redefinir la autonomía suiza?
Cancelar el contrato con Lockheed Martin podría suponer pérdidas económicas, incluyendo la cancelación del ensamblaje local de algunos F-35, además de tensiones diplomáticas. Pero al mismo tiempo, las opciones europeas ofrecen una oportunidad estratégica para reafirmar la neutralidad suiza y promover una defensa más autónoma y coherente con los valores nacionales.
Entre el Rafale, el Typhoon y el Gripen, Suiza tiene ante sí opciones técnicamente viables y políticamente alineadas con una visión de defensa más europea, más soberana y más respetuosa con su idiosincrasia.