Crisis política en Italia
Renzi condiciona su continuidad como primer ministro a la reforma del Senado italiano
El primer ministro italiano, Matteo Renzi, ha condicionado su permanencia en el cargo a la reforma del Senado, con la que la actual coalición de Gobierno aspira a crear una sistema parlamentario más ágil y basado principalmente en la Cámara de Diputados.
El primer ministro italiano, Matteo Renzi, ha condicionado su permanencia en el cargo a la reforma del Senado, con la que la actual coalición de Gobierno aspira a crear una sistema parlamentario más ágil y basado principalmente en la Cámara de Diputados.
Según el plan de Renzi, la Cámara Alta no tendría capacidad para aprobar presupuestos o presentar mociones de censura contra el Ejecutivo. El nuevo Senado, que perdería la mitad de sus actuales 350 escaños, estaría formado por alcaldes y otros miembros designados de forma específica.
Para aprobar cualquier cambio de este tipo, el Gobierno necesita un amplio apoyo con el que poder modificar la Constitución. Renzi ha advertido este lunes de que asumirá las "consecuencias"si el Parlamento bloquea los cambios.
"Si quieres pedirle a un ciudadano, a un empresario, a una madre, a un trabajador que asuma un riesgo y no estás dispuesto a arriesgarte tú, no eres creíble", ha subrayado. En este sentido, el primer ministro ha subrayado que no quiere únicamente figurar en su puesto, sino que aspira a "cambiar Italia".
La intención de Renzi es que la reforma del Senado reciba una primera aprobación antes de las elecciones europeas del 25 de mayo, aunque su visto bueno definitivo previsiblemente tardaría más de un año.
Proyecto de ley para reformar el Senado
El primer ministro de Italia, Matteo Renzi, anunció hoy la aprobación en Consejo de Ministros del proyecto de ley que, previo trámite parlamentario, reformará la Constitución para modificar las funciones del Senado, que pasará a denominarse "Senado de las Autonomías"y que carecerá de función legislativa.
Renzi lo anunció durante una rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros en la que explicó que sus ministros aprobaron por unanimidad este proyecto de ley.
La encargada de explicar dicho borrador fue la titular para las Reformas Constitucionales, Maria Elena Boschi, quien explicó que, para evidenciar el cambio, la Cámara alta pasaría a llamarse "Senado de las Autonomías".
Además, dicha cámara, sin función legislativa, estará compuesta por 148 escaños, de los cuales 21 serán para senadores elegidos por el jefe del Estado y los 127 restantes estarán ocupados por los presidentes de las regiones italianas y por alcaldes y consejeros de las capitales de provincia, todos sin sueldo y sin ser elegidos de forma directa.
En este sentido, la ministra subrayó que el proyecto de ley prevé la composición paritaria de la cámara entre todas las regiones del país, aunque, según explicó, existe la posibilidad de examinar su composición de modo proporcional al número de habitantes de cada región.
La futura cámara de las regiones se ocupará de estudiar leyes de carácter constitucional, de proponer modificaciones a las normas estudiadas por la Cámara de los Diputados y de pronunciarse en la elección del jefe del Estado y de los magistrados del Tribunal Supremo y del Constitucional.
No podrá pronunciarse, sin embargo, sobre el estudio y la aprobación de los presupuestos generales del Estado ni en mociones de censura o investiduras.
Para la entrada en vigor de este proyecto de ley del Gobierno se prevé un proceso constituyente largo que se abrirá con una primera votación en el Parlamento en la que el borrador necesitará una mayoría relativa de votos para seguir siendo estudiado.
Si la normativa recibe dicha mayoría de votos, dará comienzo a una pausa en el estudio del proyecto de al menos tres meses que culminará con otra votación, de la que surgirán dos vías.
Por un lado, si la norma adquiere dos tercios de los votos en ambas cámaras parlamentarias, la normativa pasará a estar aprobada automáticamente.
Por el contrario, si no se alcanzan los dos tercios, comenzaría otra pausa temporal en la que podría solicitarse un referendo al respecto previa petición de un quinto de los parlamentarios o de 150.000 electores.
Si dicha petición no se produce en los tres meses de pausa, la norma estaría automáticamente aprobada.
Ahora Renzi tendrá que recabar apoyos en las cámaras para llevar a cabo sus planes, con los que quiere superar el bicameralismo perfecto en pro de una simplificación del Estado y de la reducción de los costes de la política.
En este sentido, diversas voces críticas ya se han alzando en el seno de su formación política, el Partido Demócrata, para lamentar que el proyecto de ley de su líder sea "una caja cerrada".
Por otro lado, el partido de Silvio Berlusconi, Forza Italia, ha solicitado a Renzi que anteponga la reforma de la Ley electoral -también entre sus planes- a la reforma del Senado.
Y es que los votos de Forza Italia, que ya se ha mostrado favorable a la modificación de la Cámara alta, podrían ser determinantes en la aprobación de este proyecto de ley, sobre el que Renzi ha apostado su carrera política ya que, en diversas ocasiones, ha amenazado con que "si el Senado no desaparece", lo hará él.
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