Renzi sugiere que podría dimitir si pierde el referéndum del 4 de diciembre

El primer ministro italiano, Matteo Renzi, sugirió hoy que podría dimitir si el próximo 4 de diciembre pierde el referéndum sobre la reforma constitucional, al asegurar que solo puede ser primer ministro si es capaz de cambiar el país.

El primer ministro italiano, Matteo Renzi, sugirió hoy que podría dimitir si el próximo 4 de diciembre pierde el referéndum sobre la reforma constitucional, al asegurar que solo puede ser primer ministro si es capaz de cambiar el país.

"Considero un gran privilegio haber servido al país durante dos años y medio, he hecho algunas cosas en este tiempo, estoy orgulloso de algunas de las cosas que he hecho", dijo Renzi en una entrevista a Radio Montecarlo.

"Si tengo que estar en el Parlamento para hacer lo que han hecho todos aquellos que han estado antes que yo, es decir, ir tirando, mantenerme a flote, eso no va conmigo. Solo puedo ser primer ministro si puedo cambiar el país. Esto qué significa para el 5 de diciembre, lo veremos el 5 de diciembre", añadió.

El primer ministro reconoció hoy de nuevo que se equivocó al personalizar esta reforma constitucional que contempla, entre otras cosas, la supresión de la función legislativa del Senado.

Y lanzó un mensaje a los votantes de cara a la cita electoral: "Es culpa mía por haber personalizado el referéndum, sí, llevo tres meses diciéndolo. (...) Esto no es un voto sobre si genero simpatía o antipatía, es un voto para el país. Les pido a aquellos que votan 'no' por antipatía que reflexionen".

Renzi defendió la reforma porque permitirá, dijo, "simplificar el país", mientras que si vence el "no", consideró, "los políticos no cambiarán nunca, mantendrán sus privilegios".

La reforma constitucional, que pretende acabar con el bicameralismo perfecto al retirar al Senado la función legislativa, es una de las políticas clave del Gobierno de Renzi, que en un primer momento vinculó la consulta a su continuidad en el Ejecutivo.

No obstante, algunos meses después y ante el riesgo de que la oposición utilizara el plebiscito como un voto contra su gestión, el primer ministro reconoció que había personalizado en exceso la reforma.

Si es aprobada, la norma convertirá al Senado en una cámara de representación territorial sin capacidad para legislar, donde el número de senadores pasará de 315 a 100, que no serán elegidos en comicios generales sino durante los regionales, entre alcaldes y consejeros regionales.

Tampoco percibirán sueldo por su rango de senadores, pero mantendrán la inmunidad parlamentaria.