Irán
Los iraníes apuestan por el acercamiento a Occidente
La alta movilización permite la victoria del moderado Rohani en las presidenciales frente al candidato de los ayatolás
La alta movilización permite la victoria del moderado Rohani en las presidenciales frente al candidato de los ayatolás
Con una holgada mayoría, el presidente moderado Hasan Rohani venció ayer a su rival, el ultraconservador Ebrahim Raisi, en la primera vuelta al conseguir el 57% de los votos frente al 38% de su oponente. La «enorme» participación llevó a las autoridades a extender hasta media noche del sábado el cierre de los colegios electorales, explicó ayer Farhad Tajarri, portavoz de la comisión central encargada de supervisar los comicios. El Ministerio del Interior indicó que se habían emitido más de 40 millones de votos, lo que muestra una participación de cerca del 73%, prácticamente la misma que en 2013, cuando Rohani se hizo con el poder de forma aplastante. La masiva afluencia jugó a favor del presidente moderado, que mantendrá su posición de diplomacia con Occidente y continuará con su proyecto de abrir la economía de Irán al mundo. «El pueblo ha sido el verdadero ganador de las elecciones», proclamó el vencedor en su primer mensaje tras conocerse el resultado.
El apoyo que dio el pueblo iraní a Rohani demuestra que a pesar del importante papel que juega en la sociedad el sector conservador, los iraníes tienen sed de libertades y ganas de romper con el aislamiento internacional al que llevó el gobierno del ultraconservador Mahmud Ahmadineyad. La abultada ventaja de Rohani sobre su rival refuerza su posición ante los sectores más rigoristas del sistema de la República Islámica, que no ven con buenos ojos el acercamiento a Occidente llevado a cabo por el presidente durante su primer mandato.
A pesar de que el reelegido presidente cuenta con el apoyo de más de la mitad de los electores, Rohani deberá mostrar un progreso en la débil economía iraní, algo que no llegó a impulsar en su primer mandato, tras el levantamiento de las sanciones económicas internacionales.
A nivel exterior, también deberá lidiar con la imprevisible Administración Trump, que, por el momento, ha aceptado mantener el fin de las sanciones del acuerdo nuclear, si bien mantendrá las sanciones por las pruebas de misiles balísticos de Teherán. Teniendo en cuenta que para Trump Irán es la fuente de la mayoría de los problemas de Oriente Medio, la venidera relación con Washington se presenta como un hueso duro de roer. Ayer mismo, el secretario de Estado, Rex Tillerson, confió en que Rohani detenga las pruebas.
El reelegido presidente planteó las elecciones como un duelo entre más libertades o el estatismo político-religioso. Incluso llegó a criticar de manera velada al líder supremo Alí Jamenei, y a algunas de sus instituciones más cercanas como la Guardia Revolucionaria y el Instituto Astan Quds Razavi.
Tras proclamarse vencedor en las duodécimas elecciones presidenciales, Rohani aseguró que su pueblo ha rechazado con su voto una vuelta al pasado. El primero en felicitar al ganador fue el presidente ruso Vladimir Putin, quien manifestó su disposición a continuar «la importante labor conjunta» tanto en las relaciones bilaterales como en la agenda internacional. Igualmente, la jefa de la diplomacia de la UE, Federica Mogherini, le felicitó y esperó continuar trabajando en el acuerdo nuclear. Por su parte, el secretario de Estado de EE UU, Rex Tillerson, instó desde Arabia Saudí al recién reelegido presidente iraní que desmantele la «red de terrorismo de Irán» y que detenga las pruebas de misiles balísticos. «También deseamos que ponga fin a las pruebas de misiles balísticos», agregó Tillerson.
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