Roma recuerda a los caídos en la I Guerra Mundial

Cartas originales, medallas, carteles propagandísticos, fotografías y otros documentos audiovisuales rinden homenaje en Roma a millones de italianos fallecidos en combate durante la I Guerra Mundial, cuando se cumple un siglo de su estallido.

La exposición "La Primera Guerra Mundial 1914-1918"se podrá ver hasta el próximo 30 de julio en el Monumento a Vittorio Emanuele II, el colosal edificio de mármol blanco levantado en la capital a finales del siglo XIX como símbolo de la patria y la reunificación italiana.

"Este monumento nace como un altar a la patria, es decir, como un lugar simbólico para representar todo aquello que tenga que ver con la identidad nacional. Así que, qué mejor lugar que este para recordar a los millones de soldados muertos en la Gran Guerra", explicó a Efe el historiador Marco Pizzo.

Es, además, el director del museo del Risorgimiento, una de las distintas salas que incluye este complejo del "Vittoriano", como se llama en italiano, de más de 50.000 metros cuadrados, en palabras del profesor.

La exposición, que se inaugura con motivo del centenario del inicio de la I Guerra Mundial, se compone de diversas estancias dedicadas a los héroes caídos en combate entre los años 1914 y 1918, comentó Pizzo.

Una fotografía en blanco y negro de grandes dimensiones muestra a dos soldados que miran atentamente a los visitantes, con rostros serios e impasibles, permitiéndoles el acceso a la exposición.

Es la primera toma de contacto, pero a medida que uno se va adentrando en el interior de los diversos pasillos de este museo, se traslada de inmediato al frente italiano en la I Guerra Mundial.

"La I Guerra Mundial constituye de algún modo el inicio de la edad contemporánea, pues con esta Gran Guerra aparecen todos los fenómenos que provocarán los grandes desastres de la Europa y del mundo del siglo XX, desde el nazismo hasta el fascismo o los totalitarismos", afirmó Pizzo.

Y prosiguió: "La Gran Guerra fue una especie de incubadora, el inicio de todo aquello que sería el mundo contemporáneo".

Así, medallas, banderas y fotografías recrean el pasado de hace un siglo, como también lo hacen distintos materiales documentales, como telegramas de guerra o manuscritos originales de pactos como el del Tratado de Londres, que, firmado en 1915, supuso la entrada de Italia en la I Guerra Mundial del lado de la Triple Entente.

"La exposición quiere reconstruir la Gran Guerra utilizando una serie de materiales que recuperan la memoria histórica de este que fue uno de los grandes conflictos de la Europa contemporánea", aseguró Pizzo.

También, las ediciones impresas de diarios como Il Messaggero recuerdan a los amantes de la historia las noticias más importantes publicadas en aquellos años.

Además, diversas pantallas gigantes proyectan imágenes de soldados en el frente, a través de vídeos que incorporan una serie de cortos audiovisuales que fueron grabados por los propios protagonistas.

"La I Guerra Mundial fue el inicio del cinecrónica, es decir, lo que ocurría en el frente era recogido por vídeos grabados en directo que hicieron la labor de diarios cinematográficos de guerra. Esto fue así, porque, de esta manera, no sólo se podía ver, sino comprender lo que estaba sucediendo", afirmó.

La exposición también reserva un hueco a la propaganda, esencial en tiempo de guerra. Durante estos años, los medios de comunicación fueron controlados por los gobiernos y los carteles propagandísticos se convirtieron en fundamentales para transmitir fortaleza en el campo de batalla y debilitar al enemigo.

Así, se pueden ver grandes carteles originales que vaticinan la victoria de Italia o que animan a sus soldados a seguir luchando y a no rendirse.

Y todo ello, acompañado de la voz de diversos jóvenes de la Italia del siglo XXI que recitan las frases escritas por soldados en cartas y diarios mientras estaban enrolados.

"Se trata de una invitación a viajar al pasado para reconstruir la I Guerra Mundial a través de los testimonios y de las experiencias de los propios protagonistas", concluyó.