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Se elevan a 25 los muertos en los enfrentamientos en Kiev
El Ministerio de Sanidad de Ucrania ha elevado este miércoles a 25 el número de muertos, entre ellos nueve policías, en los enfrentamientos registrados desde la tarde del martes entre fuerzas de seguridad y manifestantes antigubernamentales en la capital del país, Kiev.
El Ministerio de Sanidad de Ucrania ha elevado este miércoles a 25 el número de muertos, entre ellos nueve policías, en los enfrentamientos registrados desde la tarde del martes entre fuerzas de seguridad y manifestantes antigubernamentales en la capital del país, Kiev. Los enfrentamientos entre la Policía ucraniana y los opositores se extendieron en la tarde del martes a la plaza de la Independencia de Kiev, epicentro de las protestas iniciadas en noviembre y donde este martes había miles de personas concentradas. El Gobierno movilizó incluso vehículos militares blindados de cara a posibles cargas.
Los manifestantes lanzaron cócteles molotov, artefactos pirotécnicos y piedras contra las fuerzas de seguridad. También prendieron fuego a neumáticos y madera para intentar impedir la entrada de la Policía, según las imágenes difundidas por la televisión.
En el marco de los disturbios fue incendiado además el edificio utilizado por los manifestantes antigubernamentales como sede en la plaza de la Independencia de Kiev.
En las imágenes emitidas se puede apreciar que varios pisos del edificio Trade Union están afectados por las llamas, así como columnas de humo saliendo de las ventanas.
Por otra parte, manifestantes antigubernamentales ucranianos han asaltado en la madrugada del miércoles varios edificios gubernamentales en las localidades de Lviv y Ivano-Frankivsk y han incendiado una comisaría en la ciudad de Ternopil, todas ellas ubicadas en el oeste del país.
Tras los incidentes, el presidente ucraniano, Viktor Yanukovich, pidió a la oposición que se distancie de los sectores radicales y subrayó que "aún no es tarde para resolver el conflicto". En este sentido, manifestó que, a menos que los líderes opositores marquen distancias con los grupos radicales que participan en las manifestaciones antigubernamentales, les hablará "de forma diferente".
Además, resaltó que algunos miembros de la oposición se sobrepasaron cuando pidieron a sus seguidores que llevaran armas a la plaza de la Independencia, centro de las protestas, para defenderse de una eventual carga policial, y dijo que los mismos son "criminales"que serán llevados ante los tribunales.
Poco antes de la publicación de las palabras de Yanukovich, el líder opositor Vitali Klitschko, anunció que las conversaciones entre Gobierno y oposición se habían cerrado sin acuerdo.
"Desafortunadamente, no he sacado nada bueno de las conversaciones", dijo, antes de agregar que abandonó las conversaciones después de que Yanukovich solicitara que la plaza de la Independencia de Kiev, ocupada por los manifestantes antigubernamentales, fuera evacuada sin condiciones. Por el momento se desconoce si las conversaciones entre ambas partes han terminado definitivamente o si serán retomadas en las próximas horas.
Tras varias semanas de tensa calma, con las partes manteniendo posiciones a la espera de movimientos políticos definitivos, ayer volvió a saltar en Kiev la chispa de la revolución con su jornada más sangrienta en dos meses y medio, con un balance de al menos 21 muertos y cerca de doscientos heridos, varios de ellos en estado crítico. Hubo bajas en ambos bandos. Según datos de las autoridades, fallecieron siete antidisturbios y otros 47 resultaron heridos. Pero la peor parte se la llevaron los opositores, con ocho muertos y más de 150 heridos. Y es que las Fuerzas de Seguridad se mostraron especialmente expeditivas, sobre todo por la tarde, cuando trataron sin éxito de tomar la plaza de la Independencia, bastión de la oposición desde finales de noviembre. El recrudecimiento de la violencia se fraguó ayer por la mañana en una marcha de alrededor de 2.000 personas hacia el Parlamento para entregar una solicitud formal para restaurar el modelo de Constitución de 2004, el previo a la reforma de Viktor Yanukovich en 2010, en la que se otorgaba poderes casi plenos a sí mismo en detrimento del Parlamento. De camino, los manifestantes tomaron la sede del Partido de las Regiones, el del presidente, y durante el asalto falleció uno de los guardias de seguridad que custodiaban el edificio, quemado vivo tras recibir el impacto de un cóctel molotov. La televisión estatal ucraniana repitió durante el día imágenes de policías linchados por opositores, y es que durante las jornadas de tregua algunos sectores radicales se hicieron fuertes en la multitud heterogénea que conforma el Maidan.
La marcha siguió después camino hacia la Rada Suprema, donde logró romper el cerco policial. Las fuerzas de la Berkut (antidisturbios) contraatacaron entonces con fuerza, armadas con cócteles molotov, algunos rifles kalashnikov, cañones de agua y carros blindados, desalojando a los opositores de la sede del Ayuntamiento y de la Casa de Ucrania. «Estaba tendida en el suelo y pensé que iba a morir. Encima de mí, había un cadáver. Mataron a una mujer y a un hombre. Y en la estación de metro había numerosos heridos», comentaba una sexagenaria.
Por la tarde, rodearon la acampada plaza de la Independencia, cuartel general de la movilización desde hace ya dos meses y medio, de donde se evacuó a mujeres y niños. El Gobierno lanzó entonces un ultimátum a los opositores para que detuviesen los disturbios antes de las seis de la tarde o los reprimiría con el uso de la fuerza. El ministro de Defensa amenazó incluso con la participación del Ejército. A primera hora de la tarde, se vivieron fuertes choques en la calle Jrusheskova, donde volvieron a arder los neumáticos de las barricadas, apilados durante los días de tregua. Pero lo peor estaba por llegar. El servicio de metro dejó de funcionar a mediodía por una supuesta «amenaza terrorista», aunque los verdaderos motivos eran dos, mucho más prácticos: utilizarlo para el transporte de Fuerzas de Seguridad y evitar que la gente acudiese al centro para unirse a la protesta. No sirvió de mucho; según avanzó la tarde y terminó la jornada de trabajo de los vecinos fue aumentado el número de congregados en la plaza de la Independencia, que superó los 50.000. Tampoco surtieron efecto los llamamientos de la Policía por los altavoces pidiendo a la gente que se dispersase.
Al caer la noche, se desató una verdadera batalla campal, cuando las Fuerzas de Seguridad trataron de acceder a la plaza para desalojarla, asalto repelido con una lluvia de piedras y cócteles molotov. Se vivieron entonces los momentos quizá más crudos de los dos meses y medio de crisis. Los opositores, peor equipados pero en mayoría numérica y protegidos por las barricadas, repelieron la carga e incendiaron de paso varios autobuses de la Berkut (fuerzas antidisturbios) y uno de los carros blindados. Se registraron explosiones dentro de la plaza, seguidas de importantes incendios en el campamento. Los líderes políticos de la oposición, Arseni Yatseniuk y Vitali Klitschko, tomaron la palabra en el escenario de la plaza para reclamar a la Policía que retrocediese 200 metros. Bien entrada la noche, a las 23:00, el presidente Yanukovich se reunió con ellos.
A partir de la medianoche, Kiev es oficialmente una ciudad cerrada, el Gobierno decretó el bloqueo de los accesos por carretera para evitar la llegada de más opositores. En otras ciudades del país, incluidas algunas de la mitad oriental, la gente salió a la calle a protestar y a mostrar su solidaridad con los manifestantes de la capital. Se registraron concentraciones en centros urbanos importantes como Jarkov, Lvov, Ternopol, Zaporozhia e Ivano-Frankivsk, entre otros.
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