Accidente aéreo

«Sé que mi hija iba en ese avión y no me dicen nada»

Los familiares fueron confinados en hoteles cercanos a los aeropuertos

Varios familiares de las víctimas, ayer, en el aeropuerto de El Cairo
Varios familiares de las víctimas, ayer, en el aeropuerto de El Cairolarazon

Los familiares fueron confinados en hoteles cercanos a los aeropuertos

Las imágenes de dolor y desgarro se repetían al mismo tiempo en París y El Cairo. Los familiares y amigos de los 66 desaparecidos del vuelo MS804 llegaban a cuentagotas a los aeropuertos de ambas ciudades. Unos acababan de despedir a sus seres queridos hacía unas horas en el aeródromo Charles de Gaulle, mientras que otros esperaban su llegada en la madrugada de ayer en el aeropuerto internacional de El Cairo. «Nos han dicho que no escuchemos lo que se dice por ahí, que el avión ha desaparecido y punto», decía a «The New York Times» uno de los familiares.

En Egipto, rápidamente los familiares fueron confinados en un hotel próximo al aeropuerto para que fueran atendidos por psicólogos y para alejarlos así de las decenas de periodistas que les perseguían por el hall del aeródromo. Muchos de ellos solicitaban información en los mostradores de EgyptAir, pero ninguno encontraba respuesta. «Mi hija viajaba en ese avión, pero no me dan información», se lamentaba una mujer vestida con el niqab. Otro hombre se secaba los ojos con un pañuelo mientras agarraba a su esposa. «Por favor, tengan en cuenta nuestros sentimientos, estamos rotos», decía un joven. Una de las azafatas que horas antes había realizado en París el «check in» de los pasajeros del Airbus siniestrado aseguraba a la agencia Associated Press que «estaba rota de dolor. No puedo hablar, me siento confusa», reconocía al tiempo que se ponía manos a la obra para realizar la facturación de los pasajeros que cogerían el siguiente avión rumbo a El Cairo, el primero tras el accidente. Otra azafata explicaba a «La Provence» que en el último minuto había conseguido que un matrimonio con sus cinco hijos se subieran al avión. «Se habían equivocado de terminal, pero les dije que yo hablaría con la compañía para que esperaran por ellos. Nunca lo había hecho antes», declaró.

Los familiares que se acercaban a Roissy, donde se encuentra el aeropuerto Charles de Gaulle, pedían ser trasladados de inmediato a El Cairo para seguir de cerca la investigación sobre lo sucedido. Los nervios se sumaban a las lágrimas de los afectados. «Un padre y sus tres hijos, quietos, en silencio y emocionados son atendidos por el equipo de psicólogos», relataba desde el interior del aeródromo una periodista de «Le Parisien». De inmediato, los seres queridos de los 15 franceses que iban en el avión fueron llevados al Hotel Mercure. «Se iba unos días de vacaciones. Era como un hermano para mí», decía a France 3 un conocido de otro de los pasajeros.