Snowden: «No me escondo, desvelaré más delitos de EEUU»

El ex empleado de la CIA que filtró el espionaje de las telecomunicaciones del Gobierno de EE UU, Edward Snowden, rompió ayer su silencio acusando a Washington de estar tratando de intimidar al Gobierno de Hong Kong para que lo extradite, y se mostró convencido de que la Administración Obama va a hacer «cualquier cosa» para impedir que informaciones sensibles que conoce vean la luz.

«No soy ni un traidor ni un héroe. Sólo soy un americano», puntualizó Snowden en una entrevista en un lugar secreto con el diario en inglés más importante de Hong Kong, el «South China Morning Post», caracterizado por su independencia del resto de rotativos de la China continental y que lanzó la exclusiva en varios capítulos en su página web pasadas las once de la noche hora local.

En la entrevista de una hora de duración, Snowden acusa al Gobierno estadounidense de hackear ordenadores en Hong Kong y en China desde 2009, si bien puntualiza que ninguno de los documentos revela información militar sobre China.

Sobre la forma de operar, destaca que se realiza a través de «básicamente grandes routers de internet, que son los que dan acceso a las comunicaciones de los cientos de miles de ordenadores sin tener que hackear todos y cada uno de ellos».

En total, el joven calcula que la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense (NSA, en sus siglas en inglés) cuenta con más de 61.000 operaciones de «hacking» en el mundo, con objetivos como la Universidad China de Hong Kong, los estudiantes, las empresas y los funcionarios públicos como los más destacados focos en Hong Kong.

«La semana pasada, el Gobierno estadounidense felizmente operó en las sombras sin ningún respeto por el consentimiento. Todos los niveles de la sociedad están exigiendo la rendición de cuentas y la supervisión», subrayó Snowden. Desde que el joven de 29 años aterrizase en la región administrativa especial de China procedente de su Hawái natal el pasado 20 de mayo, el Gobierno de Hong Kong no ha hecho ninguna declaración sobre la presencia de este ex empleado de la CIA, o su posición ante una previsible solicitud de asilo o de extradición.

«Vamos a dejar a la gente de Hong Kong que decida mi futuro», dijo Snowden en la entrevista. «Las personas que piensan que cometí un error en la selección de Hong Kong como el lugar malinterpretan mis intenciones. Yo no estoy aquí para esconderme de la Justicia, sino para revelar acciones criminales».

Y ante los pesimistas y grupos a favor de los derechos humanos que temen por su seguridad en el ex territorio británico, manda el siguiente mensaje: «No tengo ninguna razón para dudar de su sistema. He tenido muchas oportunidades para huir de Hong Kong, pero prefiero quedarme y luchar contra el Gobierno de EE UU en los tribunales, porque tengo fe en las leyes de este país».

Snowden reconoció que no se ha atrevido a ponerse en contacto con su familia o con su novia: «No he hablado con nadie de mi familia», dijo el ex empleado de la estatal Booz Allen Hamilton, quien reveló su identidad el domingo, tras filtrar los documentos a los diarios «The Guardian» y «The Washington Post».

Sin embargo, agregó estar preocupado por la presión que sentirán del FBI, ya que, según las informaciones procedentes de medios de Estados Unidos, dos agentes del FBI fueron vistos en la casa del padre de Snowden, en el Estado de New Jersey.

En este sentido, dice «no sentirse actualmente seguro debido a la presión que el Gobierno estadounidense está haciendo sobre Hong Kong», pero en este sentido, Snowden cree que la ex colonia británica tiene una fuerte tradición civil. «Siempre y cuando se me asegure un juicio justo y libre y pueda comparecer, me parece razonable», dice al diario, para añadir que se quedará en Hong Kong hasta que le pidan que abandone.

Y en medio de toda la polémica, quizás el hecho más sorprendente es que el presidente Ejecutivo de Hong Kong, Leung Chun Ying, está actualmente de viaje en Estados Unidos para promover las relaciones comerciales, y se negó a responder a las preguntas de los medios de comunicación sobre el caso cuando asistió a una sesión plenaria en Nueva York.