Lisboa
Sócrates celebra su 58 cumpleaños en casa rodeado de familiares y amigos
Después de 288 días internado en la prisión de Évora por sospechas de corrupción, el ex primer ministro luso José Sócrates pudo celebrar hoy su 58 cumpleaños en casa rodeado de familiares, amigos y compañeros del Partido Socialista.
Después de 288 días internado en la prisión de Évora por sospechas de corrupción, el ex primer ministro luso José Sócrates pudo celebrar hoy su 58 cumpleaños en casa rodeado de familiares, amigos y compañeros del Partido Socialista.
Situada en el llamado "Barrio de los actores"de Lisboa, en Areeiro, la casa donde se encuentra Sócrates bajo régimen de prisión domiciliaria desde la noche del viernes está permanentemente rodeada de periodistas y cámaras de televisión a la espera de captar imágenes de cada persona que entra en el edificio.
El más madrugador hoy fue el histórico dirigente y fundador del Partido Socialista portugués, Mário Soares, que no quiso perder la oportunidad de mostrar a su amigo su satisfacción por verle fuera de prisión y aprovechar para felicitarle.
A sus 90 años, Soares es una de las figuras políticas lusas más destacadas de las últimas décadas pues ocupó los cargos de primer ministro (1976-1978 y 1983-1985) y de presidente de la República (1986-1996).
Sus muestras de apoyo a Sócrates fueron frecuentes en estos últimos meses, en los que se acercó a visitarle a la cárcel de Évora, donde estaba en prisión preventiva, y solicitó públicamente su puesta en libertad.
"Muy bien, está muy bien", comentó a los periodistas cuando salió del edificio tras una visita que duró cerca de 50 minutos.
Menos optimista fue un amigo de la infancia que se acercó a ver a Sócrates y que simplemente se identificó ante las insistentes cámaras con el nombre de Fernando, pues admitió haberlo encontrado "un poco abatido".
Además de amigos y compañeros de partido, el ex primer ministro socialista también recibió el apoyo de su familia y pudo celebrar su cumpleaños con una comida en compañía de su madre y de su hijo.
Con un ramo de rosas en la mano, la madre de Sócrates se acercó al actual domicilio de su hijo por segundo día consecutivo después de un largo periodo de nueve meses sin verlo, ya que no le hizo ninguna visita durante su paso por prisión.
Uno de los hijos del antiguo dirigente socialista llegó poco después con un pastel de cumpleaños y se negó a ser filmado por los medios.
Desde que el juez decidió el viernes que abandonase el centro penitenciario y pasara a prisión domiciliaria, Sócrates -considerado sospechoso en un caso de corrupción, fraude fiscal y blanqueo de capitales- permanece en la casa de su ex mujer, Sofia Fava.
El apartamento en Lisboa en el que vivía antes de ingresar en prisión, situado en una céntrica y lujosa calle, fue vendido recientemente a un abogado paquistaní por 675.000 euros para pagar un préstamo que Sócrates tenía con el banco y saldar cuentas con su amigo Carlos Santos Silva, según desveló el abogado del antiguo dirigente socialista.
Santos Silva está igualmente implicado en la llamada "Operación Marqués"y permanece en prisión domiciliaria y, aunque oficialmente no se conocen detalles, las filtraciones a la prensa lusa señalan que actuaba como testaferro del ex primer ministro y le guardaba el dinero en cuentas a su nombre.
En su nuevo hogar, el que fuera jefe del Gobierno luso entre 2005 y 2011 disfruta de cierta intimidad, ya que las ventanas del inmueble no dan a la calle donde se agolpan los periodistas sino a un espacio interior, y dispone además de un ascensor directo al apartamento.
La vivienda cuenta asimismo con un jardín interior y una piscina climatizada, de acuerdo con los detalles publicados por la prensa portuguesa.
Estas comodidades quedan escondidas a los ojos curiosos de los ciudadanos que se acercan a echar un vistazo al lugar donde se encuentra su antiguo primer ministro, una calle normal y corriente de Lisboa por la que actualmente no se puede circular debido a que se encuentra en obras.
La expectación sobre la nueva vida de Sócrates es tal que ni siquiera el repartidor de una cadena de comida rápida que acudió la noche del viernes al edificio se libró de tener que responder las preguntas de alguno de los periodistas, pizza en mano, un momento que se hizo viral en las redes sociales.
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