Política

El Futuro de Venezuela

Tatarabuelo canario y un padre que llega al cambio al volante de un taxi

Wilmer Guaidó ha pasado de disfrutar de una vida anónima en el sur de Tenerife, adonde huyó del chavismo hace 16 años, a participar en la transición que lidera su hijo en Venezuela

Wilmer Guaidó, padre del presidente interino de Venezuela, junto a su esposa
Wilmer Guaidó, padre del presidente interino de Venezuela, junto a su esposalarazon

Wilmer Guaidó ha pasado de disfrutar de una vida anónima en el sur de Tenerife, adonde huyó del chavismo hace 16 años, a participar en la transición que lidera su hijo en Venezuela.

Wilmer Guaidó ha pasado del anonimato que le brinda trabajar como taxista en una de las zonas turísticas del sur de Tenerife, a formar parte del cambio político que vive Venezuela. Y no solo por tratarse de un ciudadano involucrado con los problemas de su país, sino porque el destino lo ha puesto en el foco mediático por ser el padre del presidente interino, Juan Guaidó. En sus orígenes hay raíces canarias, ya que su bisabuelo era de La Palma. De pequeño era frecuente verlo participar en las actividades del club canario de La Guaira, en el Estado de Vargas. Pero fue hace 16 años cuando visita por primera vez las islas para quedarse a vivir definitivamente en Tenerife.

Era la época del presidente Hugo Chávez y aquel viaje fue impulsado por la necesidad económica. Venezuela vivía una intensa crisis que ya afectaba a las aerolíneas que operaban en el país y, por tanto, a su trabajo como piloto. Fue entonces cuando decide trasladarse a la isla con su segunda esposa, de origen canario también, y las dos hijas en común. En su país se quedaban sus otros dos hijos fruto de una relación anterior. Uno de ellos era Juan Guaidó.

Juan acabó los estudios y comenzó una trayectoria política al frente de Voluntad Popular, partido que fundó junto a Leopoldo López, actualmente en prisión. Tras un corto periplo como diputado, Guaidó asumió la presidencia de la Asamblea Nacional el 5 de enero. En pocos días logró, con la Constitución y la ley de su mano, juramentar como presidente interino e iniciar así un cambio de régimen anhelado durante más de veinte años.

Mientras el momento histórico se gestaba en Venezuela, al otro lado del Atlántico, su padre, Wilmer Guaidó, llevaba una vida discreta, alejada de cualquier protagonismo a pesar de conocer los pasos de su hijo. Muy pocos en Tenerife sabían que Juan era un activo diputado. Solo algunos compañeros de la asociación del taxi de Granadilla conocían su historia. El 23 de enero, Wilmer acudió a la manifestación en apoyo al cambio. A las siete de la tarde, con cientos de venezolanos, participó en la Plaza de España de Santa Cruz de Tenerife.

«Nos pilló por sorpresa. Él nunca había tenido una participación activa más allá de formar parte de nuestra comunidad y de asistir a las reuniones como cualquier otro ciudadano», comenta Agustín Rodríguez, presidente de la Unión Canario Venezolana (UCVE). «Me dijeron: ''¿Sabes que el papá de Juan está aquí?''. Me dictan su número y resulta que lo tengo entre mis contactos y que lo conocía de haber hablado con él en otras reuniones anteriores. Sin duda es un aliciente para nosotros», añade.

Agustín relata que en la organización conocían las hazañas políticas de Juan Guaidó desde que Chávez cerró Radio Caracas Televisión. «Era un joven estudiante que participó en las manifestaciones junto a otros activistas como Freddy Guevara, pero hasta tres días antes de su juramentación no sabía que él era su padre». Durante la concentración del miércoles, cuando lo animaron a tomar el micrófono, Wilmer compartió con los asistentes la conversación previa con su hijo. «Le di mi bendición y mi apoyo», recordó. Y repitió que la intención de Juan es celebrar elecciones libres «teniendo al pueblo unido y a los militares en el lado correcto para defender la Constitución». Ese anonimato, aseguran los que lo conocen, le ha desbordado en los últimos días, al punto que ha preferido distanciarse de los medios tras sus primeras apariciones.

De las únicas entrevistas que ha concedido a las televisiones destaca de su hijo que es una persona responsable, comedida y tranquila. Difícilmente Wilmer Guaidó podrá seguir con su vida tal y como era antes. Aseguran que no quiere perder su trabajo como taxista, pero ven difícil que pueda convivir con el anonimato y el papel de portavoz que indirectamente ha asumido desde España. Nadie mejor que él para apoyar el proyecto de su hijo.

Hay un vínculo sentimental, económico y familiar entre Canarias y Venezuela. No en vano, se considera a ese país como la «octava isla» por los lazos innegables de la emigración. Se estima que en Canarias residen cerca de 60.000 venezolanos, de los 300.000 que hay radicados en España. Seguidos por Galicia, y cada vez más por Cataluña y Madrid, la alta presencia de venezolanos en nuestro país está obligando al Gobierno a posicionarse ante el conflicto que vive Venezuela. El presidente de la UCVE, Agustín Rodríguez, lamenta la tibieza del Ejecutivo al respecto y exige que España lidere en Europa la defensa de la democracia en Venezuela. «No se puede pactar con Dios y con el diablo a la vez», señala tras la comparecencia de Pedro Sánchez ayer, en la que el presidente pidió a Maduro la convocatoria de elecciones en ocho días.

La esperanza puesta en el presidente interino es tal que, a pesar de que no tiene tanta experiencia política, ese no es un problema para los venezolanos. «Tiene algo más importante. No representa a un partido, no es Voluntad Popular, sino a la Asamblea Nacional», resalta el presidente de la Unión Canario Venezolana. «Ha logrado unir a un país representando al tricolor». Asegura que Maduro y su Gobierno juegan al cansancio. La diferencia en esta ocasión es el apoyo internacional. «Los activos venezolanos en EE UU han sido congelados y solo se permitirá a Guaidó que los toque». La estrategia está en buscar el «quiebre militar». Que los militares sobre los que no pesen crímenes de lesa humanidad acepten la amnistía. Sobre las críticas de que se está permitiendo una intervención extranjera, Agustín es rotundo: «Desde hace años tenemos una intervención extranjera, pero con Cuba. Ahora mismo no vemos la intervención de EE UU, a menos que Maduro la provoque».

Mientras el proceso activado por el presidente de la Asamblea Nacional ha comenzado, ayer tuvo lugar una nueva concentración en Santa Cruz de Tenerife para exigir al Gobierno de Sánchez una posición clara en favor de Guaidó, en la que su padre volvió a ser su más fiel apoyo.