Relaciones internacionales

Tillerson defiende el diálogo con Moscú pese al «hackeo»

El futuro secretario de Estado quiere que EE UU sea el guardián del mundo

Rex Tillerson, el nominado de Trump a secretario de Estado, ayer, durante su audiencia ante el Senado
Rex Tillerson, el nominado de Trump a secretario de Estado, ayer, durante su audiencia ante el Senadolarazon

El futuro secretario de Estado quiere que EE UU sea el guardián del mundo.

La sesión de preguntas en el Senado a Rex Tillerson, ex consejero delegado de la petrolera Exxon Mobil y designado secretario de Estado por Donald Trump, siguió el guión esperado. La mayoría de las cuestiones versaron sobre Rusia y su amistad con el presidente Vladimir Putin. Durante la audiencia, se desmarcó del presidente electo al afirmar que los informes sobre una injerencia rusa en las elecciones estadounidenses son «preocupantes» y que es probable que el mandatario ruso esté detrás de ese empeño. «Ese informe es claramente preocupante e indica que todas las acciones que usted acaba de describir tuvieron lugar», sostuvo Tillerson al ser interrogado duramente por Marco Rubio, senador republicano y rival en las primarias de Trump.

Preguntado por si, en caso de que Rusia estuviera detrás de esos ciberataques, Putin habría dado su consentimiento para que ocurrieran, Tillerson respondió: «Creo que ésa es una suposición acertada». El multimillonario intentó despejar los temores sobre sus profundos lazos con Rusia al reconocer que «Moscú representa un peligro. Tenemos que tener las cosas claras con Rusia. Nuestros aliados de la OTAN tienen razón al estar alarmados ante el resurgimiento de Rusia», concluyó el texano, que incluso fue más allá y cargó contra la anexión de Crimea. «Aquello fue la toma de un territorio que no era suyo», indicó Tillerson, que aprovechó para criticar al presidente saliente, Barack Obama, por no haber proporcionado ayuda a Ucrania para defender sus fronteras. «En Rusia, se consideró una respuesta débil que no hubiese una reacción de fuerza contundente», añadió. En cambio, alabó la respuesta de la OTAN frente a la escalada militar del Kremlin en el Este de Europa.

Sin embargo, Tillerson evitó referirse a Putin como «criminal de guerra» por los bombardeos en Siria cuando Rubio le preguntó al respecto. El ex jefe de la petrolera Exxon Mobil mantiene desde hace más de dos décadas una amistad con el líder del Kremlin y en el pasado censuró las sanciones impuestas por la Administración Obama a Moscú. Pero ayer defendió que «él nunca había presionado al Gobierno» para que eliminase los castigos y tampoco dejó claro si apoyaría sancionar a Rusia por sus ciberataques, como promueven varios senadores. Eso sí, reconoció que las sanciones son «una herramienta poderosa» de la política exterior. Durante la comparecencia –que fue bastante tensa– Tillerson aprovechó para criticar la política exterior de Obama con unas palabras que ya se han oído dentro del Partido Republicano: «Si no lideramos el mundo, nos arriesgamos a sumir a la comunidad internacional en la confusión y el peligro».

Sobre el cambio climático, una preocupación entre los activistas medioambientales y ecologistas, ya que Tillerson nunca ha dejado de defender el consumo de combustibles fósiles como los que extraía su petrolera, aseveró que cree que existe el «riesgo de cambio climático», pero que su efecto es muy difícil de predecir. La nominación de Tillerson también ha despertado dudas sobre la posibilidad de que incurra en conflictos de intereses o trate de beneficiar a Exxon Mobil mediante sus contactos como futuro jefe de la diplomacia. Si es confirmado, se ha comprometido a vender unos 55 millones de dólares en acciones de la petrolera que posee y a no participar en ninguna decisión relacionada con Exxon durante al menos un año.