Turquía

«Tras la deportación de Beatriz, hay mucho miedo entre los españoles y los no españoles»

Académicos y amigos de la periodista temen que con el Estado de emergencia en Turquía puedan repetirse más casos como el de la colaboradora de LA RAZÓN

La joven, de 26 años, en la sede de LA RAZÓN
La joven, de 26 años, en la sede de LA RAZÓNlarazon

Académicos y amigos de la periodista temen que con el Estado de emergencia en Turquía puedan repetirse más casos como el de la colaboradora de LA RAZÓN

La deportación de la académica española Beatriz Yubero ha sido un hecho completamente imprevisto. Mientras la joven periodista de 26 años y colaboradora de LA RAZÓN tras el intento fallido de golpe de Estado espera en Madrid a conocer las causas de su detención y posterior expulsión a España, en Turquía sus amigos y colegas confiesan tener miedo. Sus compañeros de piso se han marchado del hogar en el que vivían con ella y entre la diáspora española se teme que con la declaración del Estado de emergencia, situaciones como la de Yubero se puedan producir arbitrariamente y les toque a ellos. Por eso creen que es urgente que se aclaren los motivos reales por los que esta madrileña –que lleva dos años en la capital turca haciendo su doctorado– fue deportada tras pasar 36 largas horas detenida.

Manuel, amigo íntimo de esta licenciada en Periodismo, reconoce que no lo pasó nada bien durante esas horas. «Pero una vez la metieron en el avión de Turkish Airlines yo sólo pensaba que lo más importante era que llegase a Madrid, que llegase a España», confiesa el joven. «Aún no sé qué cargos tiene, si es que los tiene, y de qué se la acusó». Manuel cree que ahora está en manos de las autoridades y de la diplomacia solucionar su situación, pues si hay algo que Yubero tiene claro es que quiere volver, pese a todo, a Turquía, a continuar con su vida en Ankara y terminar las dos asignaturas que le quedan.

Fuentes del Ministerio de Exteriores señalan que desde el primer momento los diplomáticos españoles en Ankara estuvieron pendientes del caso prestando acompañamiento, protección y ayuda consular en todo momento. Y ahora, desde Madrid, el caso se sigue con enorme interés y se está gestionando junto a las autoridades turcas su situación ininterrumpidamente. Este periódico espera recibir la versión de Turquía hoy. La Embajada turca aseguró ayer a LA RAZÓN que ha pedido información a su Gobierno para aclarar lo ocurrido.

Amigos, conocidos y hasta desconocidos están dando todo su apoyo a Beatriz tanto desde España como desde Turquía. Eso sí, allí, según cuenta Manuel, la deportación de Yubero «ha causado un auténtico ‘‘shock’’ y ha indignado tanto a académicos como a personas que ni la conocen». Y es que Yubero «no ha hecho nada malo y ha pasado esto. Todos tenemos el miedo en el cuerpo, españoles y no españoles, porque tras la proclamación del estado de Emergencia se pueden producir este tipo de detenciones, así que estamos todos llevando una vida normal, con un perfil muy bajo».

La casa en la que vivía la académica española hasta el viernes 5 de agosto se ha quedado vacía. Sus compañeros han decidido que igual no era seguro seguir viviendo allí, pues se sentían incómodos al ser una vivienda «fichada». Es más, Manuel confiesa que hay mucha curiosidad por saber qué ha pasado y mucho nerviosismo entre la diáspora española y otros extranjeros por si les puede pasar a ellos, pues la purga tras la asonada del 15 de julio afecta a prácticamente a todos los estratos sociales.

Por ejemplo, Basir, amigo de la joven, cuenta a LA RAZÓN que él, al trabajar en una universidad pública de Ankara, no ha podido salir de la ciudad ni cogerse vacaciones. Se emitió un instancia a todos los funcionarios y, para que la purga fuera lo más efectiva posible, y los supuestos sospechosos localizados más rápidamente, se les prohibió dejar sus domicilios temporalmente. De hecho, en su universidad el veto a salir de Ankara no se levantó hasta ayer. «El intento del golpe de Estado fue algo completamente inesperado», explica este profesor, por lo que ahora las autoridades quieren saber quién lo dirigía y quiénes lo apoyaban. Tras la declaración del estado de emergencia, «se puede detener a personas sin pruebas, como le ha ocurrido a Beatriz». Pero, en su opinión, el gulenismo está tan arraigado que llevará años encontrarlos a todos.

Sobre las causas de la deportación de la académica, Basir no cree que sea como han dicho algunos medios, por tuitear contra Erdogan. «La sigo en las redes sociales y nunca he visto que le insultase ni nada parecido; eso sí, tampoco sería motivo de deportación estar contra Erdogan». Otra compañera de Beatriz, Mine, reconoce que no le ha gustado la versión que alguna prensa turca está dando de la española. «Escriben que en la Embajada de España no sabían quién era, que no era periodista... Todo un poco raro».