Política exterior
Trump reaviva la tensión con Pekín con más aranceles
El presidente de EEUU cargará con tasas del 10% los productos chinos por valor de 300.000 millones. En plenas negociaciones bilaterales, Trump presiona para que el gigante asiático compre más productos estadounidenses.
El presidente de EEUU cargará con tasas del 10% los productos chinos por valor de 300.000 millones. En plenas negociaciones bilaterales, Trump presiona para que el gigante asiático compre más productos estadounidenses.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, vuelve a presionar a Pekín. Y lo hace en su medio preferido, Twitter, donde ayer anunció que impondrá aranceles adicionales del 10% sobre importaciones de productos chinos valorados en 300.000 millones de dólares. Trump dio a conocer esta medida, que pretende aplicar a partir del 1 de septiembre, tras las intenciones fallidas de negociar una rebaja en las tensiones comerciales que mantienen ambas potencias desde el año pasado.
Esta nueva imposición arancelaria anunciada por el presidente estadounidense «no incluye los 250.000 millones de dólares que ya tienen aranceles del 25%», agregó en Twitter. Trump también atacó a China por no cumplir con las promesas de comprar más productos agrícolas estadounidenses y criticó al presidente chino, Xi Jinping, por no evitar las ventas del opioide sintético fentanilo. El gigante asiático es el principal proveedor de fentanilo ilegal y otros de sus derivados a EE UU. Agregó que su «amigo», el presidente chino, le había prometido detener la venta de fentanilo a Estados Unidos, algo que tampoco ha ocurrido «y muchos estadounidenses continúan muriendo» a causa de esa peligrosa droga. «Esperamos continuar nuestro diálogo positivo con China sobre un acuerdo comercial integral, y sentimos que el futuro entre nuestros dos países será muy brillante», concluyó.
Tras el anuncio de Trump, Wall Street experimentó destacadas caídas y los precios del petróleo se hundieron. El precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) cayó un 7,9% hasta los 53,95 dólares el barril. Al cierre de las operaciones a viva voz en la Bolsa Mercantil de Nueva York (Nymex), los contratos de futuros para septiembre se dejaban 4,63 dólares con respecto al cierre del día anterior, la mayor caída en un solo día en cuatro años.
Negociadores de ambos países acabaron las conversaciones de dos días en Shanghái el pasado miércoles sin avances, aunque en un primer momento dieron a conocer que habían sido «constructivas». En septiembre tendrá lugar una nueva toma de contactos, aunque hasta entonces las tensiones comerciales pueden seguir escalando. Esas tensiones tienen sus raíces en el desequilibrio de la balanza comercial a favor de China, que exporta 419.000 millones de dólares más de lo que importa desde Estados Unidos, y que Trump asegura que se debe a las injustas prácticas comerciales chinas.
El frente iraní
Por otro lado, el presidente de EE UU continúa con su política de presión máxima contra Irán y ahora, el Departamento del Tesoro ha impuesto sanciones al jefe de la diplomacia iraní, Mohamed Javad Zarif. Teherán reaccionó con prudencia e hizo alusión al «miedo» de EE UU por la amenaza que representa el portavoz de la república islámica para el Gobierno estadounidense. Sin embargo, las nuevas medidas contra la voz iraní en el exterior tendrán secuelas. Zarif iba a ser el negociador para rebajar las actuales tensiones con Washington en la crisis del Golfo. Ahora, con las nuevas acciones punitivas, difícilmente Irán abrirá una puerta al diálogo con EE UU.
Estas sanciones implican la congelación de los activos que Zarif pueda tener en suelo estadounidense o que esté controlado por entidades de este país. Además, Washington también busca limitar su capacidad de viajar, aunque seguirá visitando la sede de la ONU, en Nueva York, con severas restricciones. A este respecto Zarif escribió en un tuit: «La razón invocada por EE UU para sancionarme es que soy el principal portavoz de Irán en el mundo. ¿Duele tanto la verdad?». En tono burlesco agregó en otro tuit: «Gracias por considerarme una gran amenaza para su agenda». El jefe de la diplomacia iraní puntualizó que las sanciones no le afectan porque no «tengo propiedades o intereses fuera de Irán», indicó. «Tienen miedo de las entrevistas de nuestro ministro de Exteriores», arengó el presidente de Irán, Hasan Rohani, en un discurso difundido por televisión. El presidente de Irán calificó de «infantil» la decisión de Washington y señaló que si EE UU quiere mantener conversaciones con Irán, su interlocutor debe ser Zarif. Con la designación del ministro iraní en la lista negra de EE UU, las voces más intransigentes de Irán que habían criticado duramente a Zarif por ser «demasiado estadounidense y demasiado cercano a la posición de EE UU», ahora lo apoyarán y reforzará su posición nacional. Los analistas ven que sancionar al jefe de la diplomacia iraní aleja toda posibilidad de negociar un nuevo acuerdo con Teherán y abre más la brecha entre Washington y sus aliados.
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