Donald Trump
Trump convierte en conflicto diplomático la venta de Groenlandia
Los políticos daneses califican de "ofensa"el anuncio del presidente de EEUU.
Los políticos daneses califican de "ofensa"el anuncio del presidente de EEUU.
La noticia de que Donald Trump cancelaba su viaje a Dinamarca ha provocado reacciones airadas. En declaraciones a la periodista a Alisyn Camerota, de CNN, el ex embajador de Estados Unidos en Dinamarca, Rufus Gifford, objetó los modales. «Esta no es la forma en que tratas a un aliado. Y cancelar el viaje de esta manera es una pena. Es una pena». «Dinamarca es un país muy especial con gente increíble», había escrito Trump en las primeras horas de la noche del lunes, «pero debido a los comentarios de la primera ministra Mette Frederiksen, que no tiene interés en discutir la compra de Groenlandia, pospongo nuestra reunión programada en dos semanas para otro momento...». Inmediatamente después añadió que Frederiksen «fue capaz de ahorrar una gran cantidad de gastos y esfuerzo tanto para los Estados Unidos como para Dinamarca al ser tan directo. ¡Le doy las gracias por eso y espero reprogramar en algún momento en el futuro!». Trump, que ha calificado de «desagradables» las palabras de la primera ministra, respondía así a unas declaraciones en las que Frederiksen comentó que «afortunadamente ha terminado el tiempo en el que comprabas y vendías otros países y poblaciones. Dejémoslo ahí». Aunque subrayó que a su país le «encantará tener una relación estratégica aún más estrecha con los Estados Unidos» el daño era ya inevitable. En cuanto supo de la cancelación la primera ministra hizo votos para que no afecte a la «cooperación comercial o políticas exteriores y de seguridad». La ex primera ministra danesa, Helle Thorning Schmidt, se preguntó en redes sociales si la cancelación de la visita por la negativa a discutir la venta de Groenlandia era «una especie de broma». «Profundamente insultante para la gente de Groenlandia y Dinamarca», añadió. Kristian Jensen, ex ministro de asuntos exteriores, habló de «caos total» y lamentó que el viaje presidencial, que debiera de haber servido para cimentar las relaciones entre dos viejos socios, haya degenerado en una crisis diplomática. Pero nada refleja mejor la estupefacción generada que la reacción de la embajadora de EEUU en Dinamarca, Carla Sands. Apenas 3 horas antes de que Trump anulase su viaje había tuiteado que «Dinamarca está lista para el presidente de los EEUU, Donald Trump. Socio, aliado, amigo». 15 horas más tarde no le quedó más remedio que tratar de recoger los pedazos rotos y escribir que el presidente respeta los valores de Dinamarca y espera una visita «en el futuro para discutir los muchos temas importantes de nuestra sólida relación bilateral. Los grandes amigos y aliados, como EEUU y Dinamarca, deberían poder discutir todos los problemas de manera abierta y sincera». Un intento de apaciguar los ánimos que roza la súplica.
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