México
Trump propone militarizar la frontera hasta levantar el muro
El presidente presiona a su vecino para frenar una marcha de migrantes centroamericanos.
El presidente presiona a su vecino para frenar una marcha de migrantes centroamericanos.
Todo empezó el 25 de marzo, cuando, como cada año, el Víacruzis Migrante arrancó su larga caminata desde la localidad mexicana de Tapachula, cerca de la frontera con Guatemala. Una marcha impulsada anualmente por el grupo activista Pueblo sin Fronteras, y que busca denunciar el calvario que supone el proceso migratorio desde el Triángulo de Centroamérica. En esta ocasión estuvo integrada por 1.500 personas (en su mayor parte hondureños) que huyen de la pobreza y la violencia. En sólo 4 días ya habían recorrido más de 245 kilómetros por territorio mexicano, una noticia que alarmó a Donald Trump y le sirvió también para justificar nuevamente su muro y su dura política antiinmigración.
«México tiene poder absoluto para no dejar que esa enorme ‘caravana’ de personas ingrese a nuestro país. Deben detenerla en su frontera norte», escribió el presidente estadounidense en Twitter, para más tarde presionar a sus rivales demócratas: «Los demócratas no quieren fronteras, por eso tenemos drogas y crimen».
Y la presión parece que surtió efecto, ya que la caravana se encuentra detenida desde el fin de semana en un pabellón municipal en Matías Romero, en el Estado mexicano de Oaxaca. Según su director, Irineo Mujica, «nunca habíamos visto una marcha de esta magnitud, es innegable». Allí estarán mientras las autoridades mexicanas y las organizaciones civiles les ayuden.
Entretanto, en la Casa Blanca, Trump aseguró que, tras discutirlo detenidamente con su secretario de Defensa, el general Jim Mattis, está preparado para dar el «gran paso»: enviar a sus Fuerzas Armadas a proteger la frontera sur. Militarizar una zona por recomendación de uno de sus asesores estrella, un veterano de Afganistán e Irak.
En un encuentro con los periodistas, el presidente justificó esta antidiplomática medida porque «si la caravana llega hasta nuestra frontera, nuestras leyes son tan débiles y patética. Es como si no tuviéramos frontera. Lo que necesitamos es un muro de hasta 1.300 kilómetros de largo». Un proyecto para el que ya se han presentado prototipos y para el que se empieza a vislumbrar algo de inversión, después de que el Congreso aprobara el 23 de marzo el proyecto de financiación del Gobierno. El billón de euros aprobados hasta septiembre incluye un gasto extra de casi 65.000 millones de euros en Defensa, el mayor incremento de los últimos 15 años. En realidad, para el muro sólo se ha aprobado un gasto de 1.600 millones, muy lejos de los 25.000 que ansía Trump.
El primer objetivo del magnate siempre fue que México terminara pagando su construcción, algo que el país azteca jamás podría ni plantearse. Ante semejante callejón sin salida, el presidente estadounidense ha encontrado en la renovación del TLCAN su forma de cobrarles la cuenta. Según aseguró en la redes sociales, «con todo el dinero que se están haciendo a costa de EE UU, espero que eviten que esas personas ingresen a su territorio y al nuestro, está en juego el TLCAN, la vaca del dinero». La negociación arrancará previsiblemente este mes su octava ronda y todavía no se han producido avances significativos.
Por su parte, México encara el final del sexenio de Peña Nieto y la llegada de un nuevo presidente a partir de julio. Para el líder priísta el papel no es fácil, y hasta ahora ha preferido mantener la prudencia y no entrar en terrenos pantanosos meses antes de abandonar el cargo. Por el momento, el populista Andrés Manuel López Obrador sigue liderando todas las encuestas y su agresiva actitud podría encender aún más los ánimos.
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