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Último pulso sindical en las calles contra la reforma laboral de Hollande
Los sindicatos denuncian que supone un paso atrás en los derechos adquiridos
Los sindicatos franceses echaron hoy un nuevo pulso en las calles a la reforma laboral del presidente, François Hollande, con una movilización nacional.
Los sindicatos franceses echaron hoy un nuevo pulso en las calles a la reforma laboral del presidente, François Hollande, con una movilización nacional que algunas agrupaciones anuncian como la última antes de trasladar su combate a los tribunales y las empresas.
Esta decimocuarta jornada desde el comienzo de su lucha en marzo, encabezada de nuevo por la Confederación General del Trabajo (CGT), reclamó la derogación de esa ley adoptada en pleno periodo estival y que en su trámite parlamentario evitó el debate y el voto de los diputados.
Más de 110 marchas en todo el país, acompañadas de paros en sectores como el transporte o la televisión, intentaron mantener viva la oposición de los trabajadores, después de que su última protesta antes de las vacaciones, el 5 de julio, apenas llenara las calles.
Ese día, 30.000 personas se manifestaron en toda Francia, según la Policía, lejos de las 390.000 y 1,2 millones que según fuentes policiales o sindicales se congregaron en la mayor congregación hasta la fecha, el 31 de marzo.
El balance de la cita de este jueves, según las autoridades, reflejó que 78.000 personas protestaron en todo el país y de ellas unas 13.000 en París, cifra que los sindicatos elevaron, respectivamente, a 170.000 y 40.000.
"Ha habido altibajos y mucha presión exterior sobre los que querían actuar, pero al mismo tiempo unidad sindical. Desde el primer día he oído decir que la unidad no iba a durar, pero todavía estamos aquí. Seguimos determinados", dijo hoy antes de la marcha el líder de la CGT, Philippe Martinez.
En París, el trayecto se limitó a los dos kilómetros que separan las plazas de Bastilla y de la República, y estuvo vigilado por 1.200 policías y gendarmes.
Como en otras ocasiones, el despliegue no pudo evitar unos altercados que se saldaron con al menos 15 detenidos en la capital, el habitual lanzamiento de cócteles molotov y gases lacrimógenos, y al menos cuatro manifestantes y ocho policías heridos.
La reforma, una de las últimas del quinquenio socialista, se ha visto contestada desde que se filtraron en febrero sus primeras disposiciones. Aunque el Ejecutivo la presenta como una solución contra el paro, los sindicatos denuncian que supone un paso atrás en los derechos adquiridos.
La CGT no cierra la puerta definitivamente a nuevas protestas en las calles, pese a que no se ha fijado aún ninguna nueva reunión intersindical, pero el segundo mayor sindicato de los convocantes, Fuerza Obrera (FO), ha avanzado su intención de centrarse solo en el terreno jurídico y empresarial.
Ahora tienen la intención de solicitar un dictamen de constitucionalidad sobre algunas de sus disposiciones más polémicas y de obstaculizar su aplicación dentro de las empresas.
Para el líder de FO, Jean-Claude Mailly, no haber podido evitar la promulgación de esa ley en agosto no debe ser visto como una derrota. Sin la movilización, señala, esa reforma habría sido peor.
El Ejecutivo, pese al rechazo sindical y ciudadano, no ha bajado los brazos en este tiempo: "Hace falta que el Estado desempeñe su papel y lo ejerza con autoridad para que el mercado pueda ser más eficaz", dijo Hollande en una entrevista a la revista "Le Débat"difundida hoy.
La ministra de Trabajo, Myriam El Khomri, que da nombre a la ley contestada, no se ha mostrado tampoco preocupada ante la anunciada batalla jurídica, y desde su gabinete se alega que el trabajo previo se hizo con todo el cuidado necesario para evitar dificultades posteriores.
Pero a siete meses de las presidenciales, y a la espera de que socialistas y conservadores elijan a sus candidatos, la manifestación de hoy sirvió también para que los sindicatos se hicieran escuchar en términos más amplios.
"Queremos que la campaña aborde las cuestiones económicas y sociales", señaló Martinez, que destacó que en el pasado Francia fue reconocida a nivel internacional por sus derechos sociales, y lamentó que, en su opinión, hoy se hagan eco de ella en el extranjero por todo lo contrario.
Efe
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