Sucesos
Un accidente con trágicas consecuencias
En primer lugar, la familia de Oswaldo Payá no acepta la versión de los hechos facilitada por el Gobierno cubano y reitera su petición de que sea una comisión internacional e independiente la que investigue con transparencia el caso. A la ausencia de información se une la casualidad de que al líder del Movimiento Cristiano de Liberación ya le hubieran perseguido en junio hasta que tuvo un accidente de tráfico, tal y como denunció entonces Payá. Su hija no entiende por qué nunca les han facilitado la autopsia de su padre ni tampoco por qué el Gobierno aún no ha devuelto a la familia de Harold Cepero las tarjetas SIM de los móviles con los que viajaba. Son muchas las incógnitas, por lo que inevitablemente, alrededor del fatídico accidente hay todo tipo de elucubraciones. Oscar Suárez, de «Universo Increíble» explicó entonces que le pareció muy sospechoso que días después se invitara a los medios a acudir al tramo de la carretera donde tuvo lugar el siniestro y que se viera una señal de «baches». «Nunca antes se han visto carteles avisando de la presencia de baches. Puede haber alguno que diga carretera en construcción, desvío, o algo por el estilo, pero nada, eso de ''baches'' nos parece a los cubanos muy sospechoso», reconoció Suárez. También se duda de la alta velocidad a la que el Gobierno cubano estimó a la que iba el Hyundai Accent azul que alquilaron en La Habana, incluso el dirigente de NN GG en su juicio explicó que «la última vez que miré efectivamente iba a 80 km/hora, pero cuando tuve el accidente no miré el cuentakilómetros así que no puedo precisar con exactitud a qué velocidad iba», se defendió.
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