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Un danés de 22 años fichado, autor de los atentados

La Policía abatió a tiros al terrorista tras una intensa persecución por las calles de la capital

El sospechoso, en las imágenes distribuidas por la policía de Copenhague
El sospechoso, en las imágenes distribuidas por la policía de Copenhaguelarazon

El sospechoso de los dos atentados ocurridos en las últimas 24 horas en Copenhague, en los que murieron dos personas, era un joven de 22 años nacido en Dinamarca e identificado por los medios de comunicación como Omar Abdel Hamid El-Hussein.

El balance de víctimas de los tres tiroteos ocurridos entre la tarde del sábado y la madrugada de ayer en distintas zonas del centro de Copenhague se saldó con tres personas muertas, incluido el terrorista, y cinco policías heridos de bala. Debido a lo que las autoridades danesas consideran «unos ataques de claros motivos políticos» que parecen un intento de imitar los atentados contra la revista francesa «Charlie Hebdo» y se han calificado de atentado terrorista.

El drama finalizaba en la madrugada de ayer con la muerte del supuesto terrorista tras ser abatido al lado de una óptica en una calle del barrio multicultural de Nørrebro, en la parte norte de la capital danesa. Los agentes habían conseguido seguirle gracias a una imagen captada por una cámara de seguridad. Horas antes, el terrorista había acudido al centro cultural Krudttønden, que en danés significa «El Barril de Pólvora», donde se celebraba un debate sobre la libertad de expresión y el islam bajo el título «Arte, blasfemia y libertad de expresión». En este seminario participaban como oradores François Zimeray, el embajador francés en Dinamarca, y el dibujante sueco Lars Vilks, al que los islamistas han puesto precio a su cabeza y vive amenazado de muerte desde 2007 por haber dibujado a Mahoma como un perro. El terrorista –que al principio se creía que eran dos– llegó al centro y, al abrir la puerta para entrar y ver a los policías que cuidaban de la seguridad de los oradores, disparó varias ráfagas, entre 20 y 40 disparos, hacia las ventanas y el interior del local. Las balas dieron de lleno al conocido director de cine Finn Nørregård, de 55 años, que salía en ese momento y murió en el acto. Tres de los policías, entre ellos el escolta del dibujante Vilks, fueron heridos por los disparos, pero su vida no corre peligro.

Tras escuchar los disparos, alguien dio la alarma y tanto el dibujante como el embajador se tiraron al suelo y se parapetaron debajo de las mesas. Otros se metieron en la cocina y algunos en el frigorífico. No es cierto, como comentan otros medios, que se refugiaran en una «habitación blindada», algo que no existe en estos locales. Apenas un minuto después, el yihadista huyó del lugar andando y recogió su coche, un Polo negro con el que se dirigió a su casa en el barrio de Nørrebro, a unos dos kilómetros del centro «El Barril de Pólvora».

Minutos después, la Policía danesa iniciaba en Copenhague lo que se conoce como la «caza del hombre», sin saber que el terrorista descansaba en su piso antes de volver a salir a realizar un segundo atentado. Después de la medianoche, mientras la Policía peinaba las calles del centro y norte de la capital danesa tras encontrar el coche con el que había huido, el sospechoso llamó a un taxi y se dirigió a la sinagoga de la calle Krystalgade. Allí intentó entrar en el centro religioso, que albergaba en ese momento unas 80 personas, muchos de ellos niños, que celebraban su «confirmación» por el rito judío. Uno de los empleados de la sinagoga, Dan Uzan, de 37 años y encargado de la seguridad, intentó detener al terrorista. Un disparo en la cabeza acabó con la vida del judío. Dos policías que estaban fuera también recibieron disparos en un brazo y pierna respectivamente. El yihadista, que esta vez iba a cara descubierta, huyó hacia una calle adyacente donde paró un taxi para que le llevara de regreso a casa.

A las dos de la mañana, la Policía ordenó la evacuación del casco viejo de la ciudad y parte del barrio de Nørrebro. Una evacuación que incluía no sólo a los moradores de la zona, sino a los clientes de los bares, lo que llevó a vaciar las calles de la capital hasta darle un aspecto de ciudad fantasma. A las cuatro, y tras ir buscando casa por casa al supuesto terrorista, la Policía concentró los esfuerzos en vigilar los edificios de la calle donde el taxi le había dejado. Se apostaron frente a una de las casas de Mjølnerparken, en el barrio de Nørrebro.

Según fuentes policiales, a las 5:20 los agentes vieron salir al sospechoso de una de las casas. Cuando ya se encontraba en la calle le dieron el alto. Lejos de salir corriendo, el terrorista sacó una pistola y abrió fuego contra la Policía. Los agentes respondieron de la misma manera y cayó muerto en la acera. Segundos después, los agentes de las fuerzas antiterroristas entraban en los pisos del edificio por el método de patada en la puerta en busca de posible cómplices. En uno de los apartamentos encontraron el arma automática y munición, que posiblemente fue la usada por el terrorista. Un portavoz de la Policía y otro de los servicios de inteligencia daneses (PET) explicaron durante una rueda de Prensa ayer por la mañana que conocían la identidad del supuesto terrorista, pero no la revelaron. Los periodistas daneses no les creyeron y preguntaron el porqué, si sabían quién era y su domicilio, no le detuvieron ocho horas antes. La pregunta incomodó a los portavoces policiales, que alegaron secreto de la investigación.

En alerta

Ayer, Copenhague estaba todavía en estado de máxima alerta mientras la investigación continúa. Por otra parte, en Suecia se han disparado las alarmas al interceptar los servicios de inteligencia suecos (SAPO), que un «comando» terrorista se dirige a Malmö, en el sur, con la intención de acabar con la vida del dibujante Vilks. También en Alemania, el ministro del Interior, Thomas de Maizière, calificó de «invariablemente alto» el peligro de que en Alemania se registren atentados terroristas como los de Copenhague. De hecho, las autoridades de Braunschweig cancelaron ayer un desfile de carnaval en la ciudad por tener «indicios concretos» de un posible atentado yihadista.

Inmigrante de segunda generación con un largo historial criminal

Perfil / Omar Abdel Hamid el Husein. El «lobo solitario»

El terrorista nació y creció en Dinamarca hace 22 años, es un inmigrante de segunda generación. Los testigos en el centro cultural le escucharon hablar en perfecto danés. No se puede decir que el sospechoso era muy discreto en su apariencia. En la primera foto que hizo pública la Policía danesa tras el primer tiroteo, se veía a un individuo con ropas oscuras que caminaba embozado en una bufanda de color burdeos y un gorro del mismo color, cuando se dirigía con un arma larga automática dentro de una bolsa hacia el centro cultural Krudttønden, que en danés significa «El Barril de Pólvora». Para atentar en la sinagoga, vistió un anorak gris claro con bandas de colores. El terrorista tenía antecedentes criminales por violencia, pertenencia a banda armada y tenencia ilícita de armas. Había acuchillado a un hombre en 2013. No se informa de su identidad, pero la televisión pública danesa indicó que se trata de Omar Abdel Hamid El Husein.

Netanyahu, a los europeos: «Los ataques contra judíos no cesarán»

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó ayer que los atentados contra judíos en suelo europeo continuarán y que Israel se preparara para una ola migratoria a raíz de esta violencia. «El terrorismo extremista islamista ha vuelto a golpear en Europa, esta vez en Dinamarca (...). Judíos han vuelto a ser asesinados en suelo europeo sólo por el hecho de ser judíos y esta ola de ataques terroristas –que incluye ataques asesinos antisemitas– se espera que continúe», señaló el «premier» israelí.

En el centro cultural se llevaba a cabo un debate sobre islamismo y la libertad de expresión al que estaba invitado el artista sueco Lars Vilks, conocido por una viñeta de Mahoma con cuerpo de perro, y el embajador de Francia en la capital danesa, que no sufrieron daños.

Aquí murió el cinesasta Finn Norgaard, de 55 años, que se cruzó con el terrorista a la entrada del centro, y resultaron heridos de bala tres policías que protegían el centro.

Minutos después se iniciaba en la capital danesa lo que se conoce como la «caza del hombre» y a la una de la madrugada del domingo, un nuevo tiroteo al lado de la sinagoga de Krystalgade (Calle del Cristal) en la zona de Nørreport, se saldaba con un joven judio muerto de un tiro en la cabeza y dos agentes de la policía que protegían el lugar. Según la policía, el sospechoso llevaba otro anorak y esta vez lo hizo a cara descubierta amparado en la oscuridad, huyó del lugar corriendo y después subió a un taxi que le llevó a su casa. A las dos de la mañana la Policía ordenó la evacuación del casco viejo de la ciudad y parte del barrio de Nørrebro. Una evacuación que incluía a los moradores de la zona y a los clientes de bares y discotecas, lo que llevó a vaciar las calles de la capital danesa hasta darle un aspecto de ciudad fantasma.

A las cuatro de la mañana y tras ir buscando casa por casa al supuesto terrorista, la policía concentró los esfuerzos en vigilar los edificios de la calle donde el taxi le había dejado. Se apostaron frente a una de las casas de Mjølnerparken, en el barrio de Nørrebro, cercano a la estación de Nørreport. Según las mismas fuentes policiales, a las 5:20 de la madrugada los agentes vieron salir al sospechoso de uno de las casas y cuando se encontraba en la calle le dieron el alto. Lejos de salir corriendo, el supuesto terrorista sacó un arma y abrió fuego contra la Policía. Los agentes respondieron de la misma manera y le mataron.