Delincuencia

Un derecho amparado por la Constitución

La Razón
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En opinión de Stephen B. Presser, profesor de Historia del Derecho en la Universidad de Northwestern, el tiroteo que se cobró el domingo la vida de tres personas en una feria de la alimentación en Gilroy California) no va a suponer ningún cambio en el debate sobre las armas de fuego. Mientras el Tribunal Supremo no modifique la segunda enmienda de la Constitución que permite portar armas, se repetirán tragedias como ésta, lamenta Presser en declaraciones a LA RAZÓN.

¿Este tiroteo en California reabre el debate sobre la posesión de armas en EE UU?

Cada vez que hay una pérdida de una vida inocente con armas de fuego se reabre la causa, así que podemos esperar un poco eso. En realidad, es una pérdida de tiempo desde que el Tribunal Supremo garantizó que la segunda enmienda de la Constitución autorizaba el derecho a llevar armas, y eso se extiende, aparentemente, a las armas de fuego que se han usado en este caso. Nada va a cambiar sobre esto, a menos que el Suprema se retracte (algo que ocurriría si una mayoría de demócratas ocupasen el banco de la institución), o a menos que haya una enmienda constitucional que elimine la segunda enmienda (y eso no va a ocurrir porque equivaldría a quitar tres cuartas partes de las legislaciones estatales, y dos tercios de cada Cámara del Congreso para conseguirlo, y eso no va a pasar).

¿Hasta que punto esta situación se podría haber evitado con una regulación más severa de la posesión de armas, o incluso con su prohibición? ¿Que medidas podría tomar Trump para solucionar el problema?

Hay muy poco, si es que hay algo, que pueda hacer el presidente para regular las armas de fuego, especialmente estando vigente la segunda enmienda. Aún peor, incluso con una regulación muy severa de la posesión de armas, las armas se siguen “filtrando”, aun cuando la Corte Suprema clarificó que los individuos tenían el derecho a llevar armas. Uno de los eslóganes que utilizan aquellos en contra de la regulación de armas es: “las armas no matan a la gente, las personas matan a las personas”, y hay algo de verdad en ello. Los asesinos de masas que están de verdad comprometidos tienen la posibilidad de encontrar otras armas, como hizo por ejemplo el que usó explosivos en la maratón de Boston hace unos años.

¿Qué diferencia a EE UU de otros países con un permiso de armas donde no ocurren este tipo de tragedias, o con tanta frecuencia?

Esta pregunta es la más difícil de responder. Éste es un país de individualistas y, de hecho, de un individualismo desenfrenado, incluso más peligroso, este es un país que demasiado a menudo cree que es incorrecto fomentar la moral judeo-cristiana en los colegios y en las espacio público. No es una sorpresa, entonces, que personas que están desatadas y, si tienen reivindicaciones individuales, lo pague con sus conciudadanos. Éste es uno de nuestros mayores problemas públicos, pero no puedes tener derecho sino es con una moralidad y no puedes tener moral sin religión. Uno de nuestros partidos políticos (los demócratas) no suscribe esta noción. Y esto es parte del problema.