Política

Accidente de Germanwings

Un fallo técnico pudo provocar el accidente

La Razón
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El avión, un A320 (AIPX), perdió el contacto con la torre de control francesa a las 09.53 horas GMT, cuando se encontraba a una altura de sólo 6.000 pies. El aparato había alcanzado una altura de 38.000 pies a las 09.45 GMT y después comenzó a descender.

A las 10:47 horas de ayer, el vuelo 4U9525 operado por la línea de bajo coste de Lufthansa, Germanwings, que viajaba de Barcelona a Düsseldorf (Alemania), desapareció de los radares de control cuando se encontraba sobrevolando los Alpes. El aparato, un Airbus A320, se había estrellado en los Alpes-de-Hautes-Provence, entre las localidades de Digne-les-Bains y Barcelonnette, con 144 pasajeros a bordo, 67 alemanes y entre 45 y 47 españoles, más los seis miembros de la tripulación.

Algunos de los testigos que habían visto el aparato descender comentaron que «no había humo, ni hacía ruido», y comprendieron inmediatamente que se iba a estrellar. Anoche, el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, que se había desplazado hasta la zona, en Seyne-les-Alpes, indicó que había «pocas esperanzas de encontrar supervivientes». «La violencia del choque deja pocas esperanzas, pero cuando se está en una situación como ésta en la que estamos, hasta el último minuto intentamos hacer todo lo que debemos para salvar a los que se pueda», explicó.

El avión de Germanwings había despegado del aeropuerto de Barcelona a las 10:01 horas, con unos minutos de retraso sobre el horario previsto. Durante unos 20 minutos tomó altura hasta llegar sobre territorio francés. Cuando sobrevolaba los Alpes, el aparato comenzó súbitamente a descender, sin que se conozcan aún las causas. El cielo estaba prácticamente despejado y, según los servicios de meteorología, no había perturbaciones en la zona en ese momento. Según la Dirección General de Aviación Civil (DGAC), los pilotos no lanzaron ninguna señal de alarma. En poco menos de diez minutos, el avión perdió 9.500 metros de altura siguiendo una trayectoria de descenso muy regular, a una velocidad casi constante. El impacto se produjo entre Digne y Barcelonette cuando volaba a 700 km/h, algo inferior a los 820 km/h que llevaba antes de comenzar el descenso. Fueron los controladores aéreos franceses los que dieron la señal de alerta a la Gendarmería tras perder la señal del aparato en sus radares. Los primeros gendarmes localizaron el lugar donde se había estrellado el A320 ayudados por algunos habitantes de las localidades vecinas que se conocen los caminos para poder acceder a pie hasta el lugar. Uno de ellos, Jean-Christophe, que conoce bien el lugar del accidente porque ahí es donde lleva a pastar a sus vacas en primavera y otoño», contó a la televisión alemana RTL que había visto los restos del avión todavía humeando. «Los trozos de avión no son grandes, se ve que todo ha explotado y ha quedado en trozos pequeños, pulverizado completamente». El avión «se chocó como contra un muro, porque donde ha chocado está recto como la mano», añadió el testigo.

Por la tarde, el ministro del Interior sobrevoló la zona del impacto acompañado por la embajadora de Alemania en Francia, y pudieron contemplar la extensión del desastre aéreo. Los restos del avión habían quedado desperdigados en la falda de un monte, en un flanco muy inclinado y sobre una superficie de 200 hectáreas. Cazeneuve confirmó poco después que habían localizado una de las cajas negras del aparato. «Se ha encontrado una caja negra que será objeto de un análisis inmediato. La caja negra va a ser transmitida a las Oficinas de Investigación de Accidentes (BEA) esta misma noche [por anoche]». Todas las esperanzas están puestas en que la información que guarda la caja permita encontrar las respuestas a este accidente.

Incógnitas

Sin la información todavía de las cajas negras, los expertos apuntaban a un posible fallo mecánico como causa del accidente. Las dos principales hipótesis eran o bien una despresurización explosiva causada por una repentina perforación del fuselaje, o bien la congelación de las sondas que dan información en el avión. Ese supuesto se dio en un vuelo de Lufthansa de Bilbao a Múnich el pasado noviembre que pudo ser controlado por la tripulación. Sin embargo, fuentes del sector aéreo español descartaron una despresurización de la cabina del piloto del avión ni del resto del habitáculo del Airbus A320 de Germanwings. Además, las mismas fuentes consideraron muy improbable que saltara alguna alarma (fuego o similar), ya que la aeronave volaba cerca de aeropuertos como el de Marsella y no intentó desviarse para realizar un aterrizaje de emergencia. Desde el primer momento se descartó la posibilidad de utilizar el transporte por carretera porque es absolutamente imposible. Tampoco los helicópteros pueden posarse en el lugar. El teniente coronel de la gendarmería local, Jean-Paul Bloin, comentó que la zona del accidente «sólo es accesible por el aire, hay muy pocos caminos y es muy complicado progresar a pie».

Las condiciones meteorológicas no iban a facilitar la labor. El portavoz del Ministerio del Interior, Pierre-Henry Brandet, informó de que los gendarmes se han quedado toda la noche sobre la zona para asegurarla hasta que las operaciones vuelvan a iniciarse de nuevo esta mañana con la llegada del día.

Unos 40 gendarmes de montaña experimentados y correctamente equipados fueron trasladados en helicóptero hasta el lugar del accidente para velar toda la noche los restos del Germanwings y asegurarse de que nada ni nadie perturbaba los restos del avión antes de que los equipos de investigación de 300 personas recomiencen su trabajo a las seis de la ñana de hoy.

En Madrid, Aeuropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) suspendió la publicación de resultados de 2014, prevista para las seis de la tarde. La misma se realizará este viernes a las once de la mañana. La empresa pública, dependiente del Ministerio de Fomento, habilitó una sala en la T-2 del aeropuerto de El Prat (Barcelona) para atender a los familiares de las víctimas del avión de Germanwings siniestrado. Dos investigadores de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil y un experto en aviación civil del Ministerio de Fomento se dirigen desde España al lugar del siniestro del avión del Airbus A320.