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Unos 400 inmigrantes podrían haber muerto ahogados al naufragar su barco
Su barco naufragó un día después de salir de Libia. Roma trabaja con la ONU para lanzar una misión que estabilice el país
Su barco naufragó un día después de salir de Libia. Roma trabaja con la ONU para lanzar una misión que estabilice el país
El buen tiempo de los últimos días ha hecho que las personas que huyen de la guerra, el hambre y la persecución vuelvan a lanzarse al mar desde el norte de África para intentar llegar a Europa a través de Italia. Desde el viernes, alrededor de 8.500 de estos inmigrantes han sido salvados por los barcos militares de la «Operación Triton», un dispositivo de la misión europea Frontex en el Canal de Sicilia.
Ellos son los afortunados, pues alrededor de 400 personas están desaparecidas después de que naufragaran en el barco con el que habían partido desde Libia. Muchos de ellos eran niños, según el testimonio de los 150 supervivientes socorridos por la Guardia Costera italiana y desembarcados ayer en el puerto de Reggio Calabria junto a otros centenares de inmigrantes rescatados en otras embarcaciones. La mayor parte de estas personas provienen del África subsahariana, de Eritrea, Somalia o Siria, naciones estas últimas en guerra, por lo que tendrían derecho a solicitar protección como refugiados.
Según Save the Children, entre el pasado sábado y el lunes han llegado a los distintos puertos del sur de Italia alrededor de 450 niños, de los que 317 no iban acompañados por un adulto. Valerio Neri, director de esta ONG en Italia, contó que muchos de estos menores de edad han vivido «experiencias atroces de violencia sufrida y asistida». Además, han perdido a amigos o familiares durante el difícil viaje y el ulterior naufragio. «Según cuentan, la situación en Libia está fuera de control, es inaudita la violencia también por las calles. Es fundamental garantizar una acogida adecuada y el necesario apoyo psicológico, en particular a los más vulnerables», reclamó Neri.
Para conseguir que no se repitan estas muertos y poner fin al flujo migratorio, el Gobierno italiano considera necesario intervenir cuanto antes en Libia. En una entrevista con la emisora Radio 24, el ministro de Asuntos Exteriores, Paolo Gentiloni, reconoció que Roma está trabajando con Naciones Unidas para poner en marcha una misión en el país norteafricano que permita su «reconstrucción» y que sus fronteras vuelvan a estar vigiladas. Gentiloni admitió que para ello será necesaria una «presencia militar». «Pero la presencia militar», subrayó, «no hace falta para realizar una expedición en el desierto, sino para reconstruir el país. Hace falta una base de Naciones Unidas».
El Gobierno italiano espera mayor implicación de sus socios europeos para revertir la situación en Libia, convertida en un auténtico polvorín al otro lado del Mediterráneo. La Guardia Costera italiana lleva semanas sufriendo en sus propias carnes el caos libio. En la noche del pasado lunes, una de sus naves fue tiroteada por un barco de la guardia costera libia. Los atacantes dispararon después de que los agentes transalpinos socorrieran a un grupo de inmigrantes que viajaban en una patera. Según la Guardia Costera, los agresores querían recuperar la embarcación en la que viajaban los indocumentados, algo que finalmente lograron.
No es la primera vez que se produce un episodio así: hace unas semanas también abrió fuego otra nave de la guardia costera libia. Ante el desmoronamiento de las autoridades estatales en el país magrebí, Roma cree que estos barcos están ahora en posesión de las mafias que se lucran con la inmigración o de los grupos armados que se disputan el control del territorio libio.
Como llevan ya años haciendo los distintos Gobiernos italianos, Gentiloni también lanzó una crítica a Bruselas por la escasa implicación en la cuestión migratoria. La «Operación Triton» no resulta para Roma la «solución adecuada» para este desafío, cada vez más grave debido a que la situación en Libia hace pensar que aumentará el número de embarcaciones que parten de sus costas dirigidas a Italia. «Las previsiones hablan de 250.000 personas llegando en naves a Italia en los próximos meses», advirtió.
Libia, la válvula de escape de los indocumentados
Desde la caída de Gadafi en 2011, Libia se ha convertiro en un país inestable, que sirve de puerta de entrada para miles de inmigrantes subsaharianos que sueñan con partir desde las costas libias hacia Europa. Actualmente, hay dos gobiernos dentro del país, enfrentados, que pugnan entre sí por el poder. El representante de la Secretaría General de Naciones Unidas para Libia, Bernardino León, reclamó este lunes a las partes en conflicto que «den una oportunidad para que se logre una solución política».
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