París
Valérie Trierweiler, la pareja del presidente, prolongará su hospitalización
Valérie Trierweiler permanecerá ingresada durante un tiempo indeterminado en el hospital en el que reposa desde el pasado viernes
La realidad es a veces más prosaica de lo que a cierta Prensa le gustaría. Cierto es que la infidelidad de Hollande tiene los suficientes elementos para un vodevil digno del teatro de bulevar al más puro estilo «frenchy», pero de ahí a convertirla en novela negra o tornarla en episodio de género policiaco hay más de un paso. Aún no sale de su perplejidad el dueño del apartamento en el que el presidente Hollande se reunía a hurtadillas con su amante secreta, la actriz Julie Gayet, y que se ha llegado a describir como un mítico «picadero» de políticos y otras personalidades de los años Chirac y hasta «piso de la mafia corsa». En realidad, el propietario es un apacible comerciante de 71 años hoy jubilado en Biarritz. Nada que ver con la multimillonaria a la que algunos medios le atribuían ese domicilio del número 20 de la rue du Cirque, aledaña al Elíseo y una de las direcciones más consultadas en internet estos días.
«Estoy muy afectado por todo lo que se ha dicho de mí», declaraba a la agencia France Presse Jean-Pierre Discazeaux, que durante cuarenta años ocupó esa vivienda hasta que la puso en alquiler en 2003.
No fue el único desmentido ayer. El actor Michel Ferracci, cuyo pasado al frente de varias salas de juegos y sus vínculos con la mafia corsa le valieron una condena de 18 meses de cárcel por un caso de blanqueo de dinero, también aseguró que nunca vivió en ese apartamento, como se ha comentado. La actual ocupante, su ex pareja, la también actriz Emmanuelle Hauck, y amiga de Julie Gayet, es quien se lo prestó a la amante del presidente como nido de amor. Con lo que Ferracci se desmarca de toda relación con ese piso que, sin embargo, aparece a su nombre en las páginas blancas. «Porque el contrato del teléfono está todavía a mi nombre», explicaba al diario «La Parisien» el actor, separado desde hace seis años de la madre de sus hijos, y eliminando así toda relación de ese domicilio con los círculos de la mafia.
Por su parte, la primera dama y pareja oficial de Hollande, Valérie Trierweiler, continúa ingresada, «y por una duración indeterminada», tras la crisis nerviosa que sufrió tras publicarse las fotos de la infidelidad. «Los médicos consideran que necesita más reposo y por eso va a seguir hospitalizada», informó ayer su gabinete. «Necesita recuperarse tras el 'shock' que ha sufrido. Requiere mucha tranquilidad», añadió.
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