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Hotel Terror: Al Qaeda golpea a Francia en Mali
Un grupo de al menos 13 yihadistas retiene durante más de diez horas a 170 civiles en el resort Radisson de Bamako. El ataque, que se saldó con 27 rehenes muertos, fue reivindicado por AQMI y la milicia Al Murabitun. El atentado confirma la amenaza islamista contra intereses galos por sus misiones en África y en Siria
Un grupo de al menos 13 yihadistas retiene durante más de diez horas a 170 civiles en el resort Radisson de Bamako. El ataque, que se saldó con 27 rehenes muertos, fue reivindicado por AQMI y la milicia Al Murabitun
Situado en un área relativamente segura del centro de la capital maliense, sede de ministerios y embajadas, el hotel de lujo Radisson Blu fue objeto ayer de una toma de rehenes y de una operación de rescate que se saldó con la muerte de, al menos, 27 personas. Pasadas las siete de la mañana, hora local, un grupo de hombres armados irrumpió al grito de «Allahu Akbar» (Alá es el más grande) en el edificio, lugar de hospedaje habitual de extranjeros en la ciudad de Bamako. Tras herir a varios guardias de seguridad con una primera ráfaga de disparos, los asaltantes se atrincheraron en el hotel, reteniendo a unas 170 personas, entre las que se contaban ciudadanos franceses, estadounidenses, belgas, un español, turcos y chinos, incluidos tres empleados de Naciones Unidas y 12 trabajadores de la aerolínea Air France que fueron rescatados poco después del ataque.
Las fuerzas de seguridad de Mali acordonaron las instalaciones del Radisson Blu y se dispusieron a lanzar una aparatosa operación de rescate en la que participaron 40 agentes de las fuerzas especiales de intervención de la Gendarmería francesa (GIGN) y una decena de integrantes de la Policía científica. Representantes del mando de Estados Unidos para África (AFRICOM) prestaron asistencia en las labores de liberación de los cautivos, trasladándolos a lugares seguros.
Las Fuerzas de Seguridad del país africano que lideraron la redada según las autoridades malienses fueron avanzando e inspeccionando, piso por piso, las 190 habitaciones con que cuenta el hotel mientras que los atacantes se pertrecharon entre la quinta y la séptima planta. Al menos trece de ellos fallecieron en la refriega. El intercambio de disparos se alargó hasta bien entrada la tarde de ayer y continuaba después de que el ministro de Seguridad Interior, Salif Taoré, aseverara en rueda de prensa que los terroristas no tenían a ningún rehén en su poder. El primer saldo de víctimas mortales confirmaba la muerte de un nacional de Francia, un belga y dos malienses.
Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI) y el grupo armado Al Murabitun reivindicaron la acción perpetrada en un área comercial de Bamako en la que se encuentran las embajada de España, Estados Unidos y Túnez. Ambas agrupaciones confesaron por teléfono a la agencia de noticias mauritana Al Ajbar su responsabilidad en el asalto. Si bien la intervención militar gala en 2012 y 2013 logró expulsar a las milicias islamistas del norte del país, su debilitamiento no ha acabado con la violencia impuesta por quienes pretenden imponer una interpretación radical de la sharía o Ley Islámica en toda la región. El Acuerdo de Paz y Reconciliación Nacional firmado en junio de este año por los rebeldes tuareg y las fuerzas pro gubernamentales constituyó un importante paso para la pacificación del país aunque su seguridad continúa amenazada por el azote del yihadismo. El pasado mes de agosto, un hotel situado en la población de Sévaré fue objeto de una toma de rehenes extranjeros en la que fueron asesinadas 12 personas entre asaltantes, miembros de las fuerzas del orden y empleados. También falleció un surafricano que trabajaba para una de las empresas de aviación utilizadas por la ONU.
Impelido por la gravedad de la situación, el presidente de Mali, Ibrahim Boubacar Keita, puso fin a su visita a Chad y emprendió rumbo de vuelta. Antes de abandonar la ciudad de Yamena, en la que se estaba celebrando el encuentro del G-5 Sahel, el mandatario recordó que «nadie, en ningún sitio, está completamente a salvo del terrorismo». Consciente de que el ataque está previsiblemente dirigido contra la intervención gala en Malí, el líder del Ejecutivo francés, François Hollande, se comprometió a no dejar a su antigua colonia en la estacada: «Después de hablar con el presidente, Ibrahim Boubacar Keita, le he asegurado que Francia estará disponible para aportar a las Fuerzas de Seguridad de su país el apoyo necesario», subrayó. Laurent Fabius, titular de Exteriores, insistió en que los yihadistas instrumentalizan la religión para servir a sus intereses, haciendo lo contrario de lo que ellos mismos predican: «No es posible negociar con ellos, porque sólo quieren matar a aquellos que no aceptan su dominación. Tenemos que combatirlos nacional e internacionalmente», insistió.
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