Danza

Julieta se rebela

Temporada de ballet del Real. Dirección y coreografía: Goyo Montero. Dtor. musical: Koen Kessels. Solistas: Marina Jiménez, Aleix Mañé, Allan Falieri. 7.8 y 9-VII-2006. P. CarlosV.

La Razón
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En plena incorporación del repertorio clásico, con resultados algo decepcionantes, el «Romeo y Julieta» de Goyo Montero confirma que la CND tiene mucho más que aportar en el terreno del contemporáneo. Coreografiada por maestros como Cranko, Nureyev y MacMillan, a priori cabría calificar de atrevimiento una nueva versión. No lo ha sido. Montero ha construido un «Romeo y Julieta» en el que el movimiento renueva su apariencia pero también rejuvenece la historia. No es una coreografía de gran sofisticación, pero no por sencilla resulta menos expresiva. La fluidez de los pasos a dos –más acertados en el primer acto que las partes corales, algo caóticas– convierte la danza en un movimiento natural gracias al que la historia se eleva a un plano más actual. En la mítica escena del balcón sobresale una Julieta rebelde y enamorada, interpretada por Marina Jiménez, sobre Romeo, ejecutado por Aleix Mañé.

En el segundo acto, el brillo de la coreografía fue más homogéneo. Superados los titubeos iniciales, los grupos funcionaron más orgánicamente, lo que permitió que el drama se expresara con mayor rotundidad. La novedosa solución coreográfica del trágico final de los amantes, la presencia de la muerte a través del cuerpo de baile en el escenario... Montero se sirvió de diversos recursos cuya fuerza escénica se vio adecuadamente aupada por la iluminación casi narrativa. Excelente, en definitiva, versión de un clásico a la altura de las mejores.