Nueva York

La dura resaca del verano noruego

La dura resaca del verano noruego
La dura resaca del verano noruegolarazon

La voz en off del protagonista de «Trainspotting» (interpretado por Ewan McGregor) mientras corre por las calles de Edimburgo al ritmo de «Lust for Life», de Iggy Pop, enumera las numerosas elecciones que la sociedad –la occidental al menos– nos obliga a tomar: elige una lavadora a plazos, elige a tus amigos, elige una hipoteca... para, después, presentarnos su particular elección: la heroína. En la cinta «Oslo, 31 de agosto», la decisión fue la misma, pero la perspectiva es la de un joven que está de vuelta del viaje: recibe un permiso para salir de la clínica de rehabilitación y para hacer una entrevista de trabajo, lo que significará también su reencuentro con familiares y amigos. Presentada en Cannes en la sección «Un certain regard», «la cinta se basa en esta idea de que la vida debe ser algo maravilloso y la dificultad que nos supone aceptar la normalidad. Todos conocemos a gente constantemente insatisfecha, una actitud de la que proceden numerosas adicciones», asegura el director Joachim Trier.

La película, una adaptación de la novela «La feu follet» (1931) y que Louis Malle ya versionó en la gran pantalla, «ahonda en cómo funciona la ambición en la construcción de nuestro interior, en los conceptos de éxito y trabajo», añade el realizador, que, en contraposición de lo hecho en la novela y película anterior, ha omitido la perspectiva política que ofrecía el personaje: «El libro es bastante polémico y a mí me interesaba más su visión romántica del mundo. Es muy potente. Y la vergüenza que experimenta al compararse interiormente con los demás. Su historia es la de aprender a vivir fuera del mundo de las drogas, la de volver a la vida, pero a una en la que la evasión no dependa de ellas», añade Trier, que está entusiasmado con la distribución que ha conseguido la cinta. «No es habitual que una película noruega se estrene en tantos países europeos», asegura su autor. Sin duda, el Festival de Cannes le habrá ayudado un poco en esto.

Familia de cine

Su apellido le delata. Joachim Trier es familiar, algo lejano, eso sí, del «dogmático» Lars. Sus raíces en la industria del cine son más fuertes. Su abuelo, Erik Lochen, fue director, y también presentó una película en Cannes, «Jakten». La hija de Lochen, su madre, también fue cortometrajista. Su debut en el largo se produjo en 2006 con «Reprise», premiado como la mejor ópera prima por los críticos de Nueva York.