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Álvaro Muñoz Escassi: El ímpetu contra la paz de la huerta

Jinete

Álvaro Muñoz Escassi: El ímpetu contra la paz de la huerta
Álvaro Muñoz Escassi: El ímpetu contra la paz de la huertalarazon

Siempre de un lado a otro, su sueño es poder abastecerse de verduras y hortalizas de su propia cosecha. Mientras, mata el gusanillo con el jamón

Siempre de un lado a otro, su sueño es poder abastecerse de verduras y hortalizas de su propia cosecha. Mientras, mata el gusanillo con el jamón

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Corderoa la cruz

Ingredientes:

-Un cordero abierto

-Unas tablillas y brasas de fuego

-Sal

-Agua

Elaboración:

-Se abre un cordero en forma de cruz, se sala y se pone abierto y sujeto con tablillas. Se clava en la tierra y pegado a unas brasas de fuego, sin llegar a tocarlo, sólo recibe el calor.

-De vez en cuando se le rocía con un poco de agua y se le va cambiando de posición, hasta que esté bien asado, lo que puede durar unas cinco horas.

-Es una idea parecida a cómo ponen las sardinas en la playa, los llamados espetos.

Dice que «en Sevilla somos mucho de llamarnos por el apellido más sonoro, no tengo ningún problema en que me llamen Escassi, aunque primero soy Muñoz». Así se presenta el jinete Álvaro Muñoz Escassi, delgado porque sigue una dieta «muy particular». «Siempre digo que como no he estudiado tengo que cuidarme más que el resto. Por supuesto que me gusta comer y, además, muchísimo, porque me cabe más comida que a nadie». Eso sí, cuando tiene que competir hay que cuidar el peso, por lo que sabe controlarse, y elimina radicalmente de su hábitos el alcohol, «especialmente la cerveza». «Soy muy disciplinado, pero, igual que estoy a todo, si hay que beber soy el que más bebe y si hay que comer soy al que más le cabe. Cuando estoy a dieta soy muy estricto y me quito hasta la comida porque yo, en vez de cinco, soy de hacer sólo una, donde me lleno bien la tripa sobre las tres de la tarde. Me lleno a tope y ya no como más hasta el día siguiente», cuenta el jinete.

Aunque reconoce que también tiene sus excepciones, principalmente en los viajes, en los que se convierte en un hambriento voraz: «Soy muy de coger todo lo que encuentro en una gasolinera, lo mismo me dan las galletas, patatas, pipas, dulces o salados, lo mezclo y vacío las estanterías porque me aburro conduciendo. Soy inestable e irregular para todo».

Un ímpetu que choca con su apacible sueño de tener una huerta para abastecerse de verduras y hortalizas. Idea, a priori, incompatible con su sistema de vida: «Yo vuelvo un lunes a casa y me marcho el martes, así que no paro mucho en ella. No me gusta despertarme cada día en un sitio, pero sí dedicarme a lo mío y eso conlleva no parar en casa, de ahí que, aunque por un lado mi cuerpo me pide asentarme y tener mi nevera llena, dado lo inestable que soy, otras me demanda despertarme cada día en un sitio. Por eso no puedo abastecer mucho la despensa y el frigorífico».

Aun así, con todas estas idas y venidas, y la falta de tiempo, a Muñoz Escassi le gusta cocinar y domina el arte del corte de jamón, que tiene que ser «limpio y fino», puntualiza. Sus amigos se sorprenden cuando coge los mandos y se pone manos a la masa: «Me encanta y hago mucha cocina. He vivido bastante tiempo en Argentina y soy muy de hacer asados, mi cordero a la cruz es espectacular. Nadie se lo imagina hasta que lo prueba, parece mantequilla. Claro que, viviendo en España, tenemos lo mejor de la despensa: el jamón ibérico. Yo por uno mato. Y está feo que lo diga, pero lo corto muy decentemente y me gusta muchísimo».

Mi restaurante favorito

«Me gustan El Paraguas y el Ten con Ten en Madrid, porque ya que como una vez al día, me gusta disfrutar y con todos mis respetos por las comidas científicas, a mí me gusta comer, comer»