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Joaquín Cortés: El arte de vivir con un buen jamón

Bailaor

Joaquín Cortés
Joaquín Cortéslarazon

Embajador por el mundo del ibérico y del arte en general, los fogones no son el lugar donde se siente más cómodo

Embajador por el mundo del ibérico y del arte en general, los fogones no son el lugar donde se siente más cómodo

Su Selfiereceta

Papas con Carne y huevos fritos

Ingredientes:

-Patatas-Filetes de ternera-Huevos-Aceite de oliva-Sal-Pimienta

Elaboración:

-Se pelan las papas finitas y se hacen lentamente en la sartén con aceite. Cuando estén doraditas, se sacan y, en ese mismo aceite, se hacen los huevos fritos con su puntillita y sin cuajar mucho para poder mojar pan en la yema. Por último, se le quita el aceite a la sartén y ahí mismo se hacen a la plancha dos buenos filetes de ternera. La sal y la pimienta al gusto de cada uno.

Joaquín Cortés tiene muy difícil cocinar por dos motivos: «Yo empecé con diez años a viajar por el mundo, era un niño así que no he podido aprender. Por mi profesión me he pasado la vida viviendo en hoteles y comiendo fuera, no he estado en un lugar fijo con tiempo suficiente para aprender, además, soy de los que o hacen las cosas bien o si no las hago». Es mejor que el mundo cuente con uno de los mejores bailaores a que se meta en los fogones. Mito, icono, referente, si hay que cocinar para él se hace.

«Ahora estoy haciendo gira con “Gitano”, vestido por Armani, y en todos los lados pierden el sentido con nuestro arte, con mi manera de verlo, porque he cambiado bastante la película con mi forma de hacer. No me digas por qué pero en el extranjero alucinan. Lo mío es congénito, ya daba pataditas en el vientre de mi madre, el arte es algo innato en los gitanos», cuenta.

Antes de salir al escenario no come, mejor bailar con la barriga vacía, pero después, se reconoce «muy carnívoro», así que se toma un buen filete con papas fritas. Insuficiente, sin duda, para saciar aquello que echa en falta, el principio de todo: «Las recetas de mi madre porque era una maravillosa cocinera y me preparaba un buen plato de cuchara cuando llegaba de las giras y me tenía unas lentejas en condiciones o un arroz con habichuelas. Ahora que ella ya no está los extraño».

Tan número uno en el baile como negado delante de los fogones, no titubea al reconocerlo: «Soy un pésimo cocinero, me encanta la gastronomía mediterránea, que es la nuestra, y la italiana, pero soy un desastre porque para hacerlo bien necesitas tiempo y para hacerlo mal, no lo hago. Algo sé hacer, pero no me pidas que te guise un cocido porque no soy capaz». Y es que él con poco resuelve: «Para mí me hago cualquier cosa básica; un sandwich y un huevo frito, cosas elementales de esas que hace cualquiera, pones a un niño chico a hacer unas papas fritas y te las hace. Como a todo tienes que ponerle pasión, si te gusta algo lo tienes que hacerlo bien. Además, también abro latas», bromea.

Eso sí, tampoco es de probar cosas excepcionales, por lo que cuando viaja por el mundo prefiere no cambiar sus costumbres. «La macrobiótica la dejé desde que nací, sé que es lo mejor y soy consciente pero no va conmigo, le tengo alergia. Eso sí, estoy concienciado de que los alimentos cuanto más biológicos sean, mejor». Está claro que la quinoa y el tofu no han llegado a la vida de Joaquín Cortés, pero sí que podría vivir con una buena «pata». «Pierdo la cabeza por un buen plato de jamón de pata negra de esos que están bien sudaditos. Yo viviría con platos de jamón del bueno y hay una cosa que a los gitanos nos gusta mucho que son las papas con huevo y una buena carne. A las patatas fritas hay quien le pone ajos doraditos pero a mí me gustan hechas a fuego lento para que se doren bien y te cruja un poquito en la boca».

Mi restaurante favorito

«Tres: el Cipriani de Nueva York, el asiático del hotel Palace y también DeMaría, que tienen una carne estupenda».