Libros
Barcelona pone freno a los «foodtrucks» como palanca para jóvenes cocineros
Un libro recoge este fenómeno de comida callejera que eclosiona con la crisis como alternativa económica a abrir un restaurante
Un libro recoge este fenómeno de comida callejera que eclosiona con la crisis como alternativa económica a abrir un restaurante
La periodista Rosanna Carceller ha recogido el fenómeno de los «foodtrucks» en el ensayo, que se publicará mañana, «Food trucks. Cocina sobre ruedas» (Librooks), un trabajo que quiere «demostrar que no es una moda de un día». En una entrevista de Europa Press, la autora cuenta que desde su aparición en el siglo XIX en Estados Unidos, el fenómeno «se ha gourmetizado», una tendencia que en Norteamérica empezó en 2007 tal y como se conoce ahora, y que llegó a España en 2014, todo ello en medio de la crisis.
«Con toda esta base, cuando estalló la crisis económica muchos cocineros jóvenes vieron que no tenían dinero para montar sus restaurantes y abrieron sus camiones de comida», explica. Pero en Estados Unidos la regulación es más abierta y fácil. La tendencia se estableció en España en 2014 de la mano de uno de los pioneros Koldo Royo y, según la autora, fue una fórmula de éxito por sus precios asequibles, entre cinco y siete euros el bocado, además de la informalidad de esta forma de salir a comer.
«Los jóvenes buscan esta informalidad. Van con el grupo de amigos y cada uno puede pedir lo que quiera», explica Carceller, que también señala como factor del éxito al buen clima mediterráneo.
La periodista, que participó en el libro «El Celler de Can Roca» (Librooks), y conduce varias secciones radiofónicas sobre gastronomía, está personalmente muy vinculada a este sector: «Me apasiona este mundo».
Su objetivo era alumbrar una miniguía para llegar al gran público incluir recetas que los lectores puedan hacer en casa, pero también realizar una lectura sobre los orígenes y statu quo de este fenómeno «viendo el éxito que está teniendo aquí en numerosos eventos». Carceller quería ahondar en el estado de la legislación, así como dar consejos prácticos a los emprendedores que deseen adentrarse en este sector». «Depende mucho de cómo se regule y de cómo evolucione el tema. Si se hacen bien las cosas, no tiene porque estar muerto, creo que tiene recorrido», considera la periodista sobre la evolución de este fenómeno.
Defiende que los «food trucks» tendrían un impacto positivo como vía de generación de empleo y de ocupación de emprendedores que se pueden ganar la vida con ello, además de que puede ser «un nuevo ocio gastronómico de largo recorrido». En la situación actual, en la que son los ayuntamientos los que regulan este negocio, los «food truckers» deben cumplir la normativa sanitaria europea y pagar sus impuestos, pero tienen muy limitado el lugar de aparcamiento.
A su juicio, el modelo a seguir es el de París, Las Palmas y Málaga, donde se negocia con el sector una regulación de puntos fijos donde pueden establecerse estos camiones.
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