Kava Marbella: Cocina viajera de un abogado loco por los fogones

Es abogado con un master en Derecho Internacional. Sin embargo, con 24 años Fernando Alcalá decidió dejar la carrera a la que había echado codos para comenzar otra entre fogones. Sí, se fue del despacho en el que trabajaba en Suiza para abrir su propio restaurante en Marbella hace ya cuatro años. De ahí que sea autodidacta y la única formación culinaria que haya recibido sea un «stage» de cuatro meses en Arzak, donde aprendió «a trabajar con mucha presión y a respetar el producto», nos cuenta. Gracias a su propuesta culinaria personal y viajera, alimentada con las materias primas de aquí y de allá, ha sido galardonado con el premio al cocinero revelación en Madrid Fusión. El suyo es un espacio con una capacidad para poco más de 30 comensales en el que sirve los platos que a él le gusta comer. Improvisa a diario, según el antojo de los productos de temporada para ofrecer diez platos en los que destaca el juego de texturas en unas composiciones sencillas repletas de sabor. Redondo es el plato de la anguila con colinabo y espuma de huevo frito. Tanto como la gamba blanca con gazpacho taiwanés y kale rojo y el pato madurado con cinco especias chinas, salsa de ciruela fermentada, puré de pera y berenjena confitada en grasa de ganso. La vieira soasada con grosellas y mandarina y las setas con yema y caldo de angula son recetas de temporada, mientras que la col asada con morcilla y sofrito XO honkonés es un clásico que no puede eliminar de la carta, lo mismo que la tarta de queso.