Gastronomía
Viernes Santo de sabores
Madrid, Valladolid, Málaga, Sevilla y Cáceres. En estos destinos, el día de hoy se vive con pasión religiosa y culinaria más allá del potaje de vigilia
Madrid, Valladolid, Málaga, Sevilla y Cáceres. En estos destinos, el día de hoy se vive con pasión religiosa y culinaria más allá del potaje de vigilia
Entre procesiones y pasos, el de hoy es un día para asistir a los actos religiosos, pero también para comer en los distintos destinos en los que la Semana Santa se vive con ferviente pasión. Uno de ellos es Madrid. Para quien no se mueva de la capital, Álvaro Castellanos e Iván Morales han diseñado en la sede de Arzábal que acoge el Reina Sofía un par de menús, de trece y cinco pases, como tributo al pintor malagueño con motivo de la muestra «Piedad y Terror en Picasso. El camino a Guernica». Elaboraciones con guiños a su ciudad natal y emplatados picassianos.
En Valladolid, antes de contemplar la procesión de la Sagrada Pasión del Redentor, hágase con una mesa en Trigo. Víctor Martín sirve dos propuestas (40 y 50 euros) de base castellana y clara tradición contemporánea. El arroz con marisco, la anguila con azafrán, la raya con coliflor y la tarta de naranja, dulce con manzana y calvados (destilado creado con la misma fruta), saldrán de su cocina. A escasos kilómetros se encuentra Sardón de Duero. Se impone Abadía Retuerta Le Domaine y sería un pecado no fijar la mirada en la antigua abadía del siglo XII, edificación declarada Bien de Interés Cultural, o dejar de visitar la bodega. El hotel posee servicio de mayordomía y el restaurante Refectorio, con una estrella Michelin (140 y 160 euros), lo dirige Marc Segarra. Proponen cursos de cata, aperitivo campero, paseo a caballo entre viñedos y una jornada apícola. Decídase por una experiencia.
Cocina de mercado
Para quien viva el Viernes Santo malagueño, entre trono y trono debe conocer la almazara Finca La Torre. De sus 380 hectáreas de extensión, 230 son de olivares. ¿El resultado? Un aceite de oliva virgen elaborado a través de las prácticas de agricultura biodinámica y ecológico. Ya en el centro de la ciudad, triunfa Dani Carnero en los fogones de La Cosmopolita. La suya es una cocina de mercado que cambia a diario. Hoy mismo, anuncia coquinas gazpachueladas, bogavante, quisquilla, salmonetes y langosta. También, unos riquísimos guisantes lágrima con caldo de pintada y gamba rojas y las colmenillas rellenas de hígado de rape con una bilbaína de su cabeza. Y junto a la catedral se encuentra la Taberna Uvedoble. Desde la barra vuelan la ensaladilla con gambas y el morrillo de pez espada con manteca colorá.
Si se encuentra inmerso en la intensa pasión que sienten estos días los sevillanos, en el María Luisa, espacio del hotel Mercer, la idea es personalizar su propuesta. Si escoge seis platos, le costará 72 euros. La urta a la roteña con tomate y, por supuesto, las torrijas de burbujas de miel y mango son nuestros preferidos. En La Buhaira se encuentra Tribeca y, al frente de sus fogones, Pedro Giménez, quien improvisa los platos, entre ellos, las cocochas de bacalao al pil pil y el tartar de carabineros y tuétano. Y, por último, Alhucemas es conocido por el arte de su fritura. Los boquerones victorianos o abiertos al limón, los salmonetes, las pijotas, las acedías, así como las puntillitas, los calamares y los chocos son gloria bendita.
En Cáceres, la Semana Santa está declarada de Interés Turístico Internacional y los actos religiosos se celebran en el casco histórico de la ciudad, Patrimonio de la Humanidad. Allí se encuentra Atrio, Relais & Chateau en el que Toño Pérez atiende a las «peticiones y creencias», en este día de penitencia. El arroz meloso con setas y papel de manitas, el bollo de tinta con calamar y guiso de oreja de cerdo y la cereza que no es cereza son recetas de temporada. José Polo es el responsable de que este dos estrellas cuente con una de las mejores cartas de vinos de España. En Villaviciosa (Asturias), también se vive con devoción esta jornada. Tras los actos religiosos proponemos descubrir a El Gaitero en la capital manzanera por excelencia.
Zamora, también declarada de Interés Turístico Internacional, posee un museo que rinde culto a esta festividad. Tras visitarlo tome carretera y manta, porque en Castroverde de Campos le espera en Lera Luis Alberto Lera con un menú cinegético de ocho platos, como el salazón de ciervo con praliné de piñones y lombarda guisada. El viaje lo culminamos en Teruel. Después de la procesión y Adoración de la Santa Cruz de la Hermandad de Nuestra Señora de la Villa Vieja y de la Sangre de Cristo, en Teruel, descanse en el Relais & Château La Torre del Visco. El plato fuerte son los cursos de cocina que imparte Bernd Knöller, del restaurante Riff de Valencia, además de las excursiones por el huerto y el campo.
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