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Carmen Martínez-Bordiú: «He vendido mi piso de Santander»

Confiesa que de vez en cuando desaparece por «circunstancias de la vida», aunque este mes se ha debido a una mudanza doble que la tiene agotada

Para la Gala Starlite anteayer en Marbella lució un traje de Givenchy
Para la Gala Starlite anteayer en Marbella lució un traje de Givenchylarazon

Confiesa que de vez en cuando desaparece por «circunstancias de la vida», aunque este mes se ha debido a una mudanza doble que la tiene agotada.

Carmen Martínez-Bordiú aparece y desaparece de nuestra vida social como el Guadiana. El domingo reaparecía en la Gala Benéfica Starlite, en Marbella, con un traje de Givenchy: «Es de Alta Costura que tenía y reformé para podérmelo poner. Éste no lo tengo expuesto, los otros están intactos, tal y como Givenchy me los hizo». Allí nos daba las claves de estas entradas y salidas en la escena pública. En esta ocasión se debe a que acaba de llegar de Francia, donde ha estado disfrutando de su función de abuela, con su hija y su nieto.

–De vez en cuando desaparece. ¿A qué se debe?

–A circunstancias de la vida, no es para nada planeado.

–¿Y cuáles son esas circunstancias?

–He hecho dos mudanzas: he vendido una casa en Santander y me he cambiado a otra en Madrid, y todo eso en un mes, la verdad es que agota y por eso desaparezco.

–¿Su piso de Santander lo ha vendido bien?

–Bueno, con la crisis ha bajado todo un poco, pero a lo mejor todo sigue bajando más, así que lo he vendido y no está mal.

–¿Y dejará de ir por Cantabria, que tanto le gustaba?

–Bueno, los amigos siguen allí y hay hoteles buenísimos.

–Acaba de llegar de Francia, ¿de ver a su hija?

–Pues sí, y a mi nieto, que es lo más guapo que existe en el mundo. No es que lo diga yo por pasión de abuela, es que de verdad es guapísimo (lo pronuncia arrastrando la i).

–Dice su nuera Margarita que su nieta se parece mucho a usted. ¿Eso es bueno o malo?

–Sí, es verdad. No lo sé, si es bueno o malo. Y también mi hijo cuando nació dijo: «Otro Piscis».

–Pero a usted no le ha ido mal, ¿o me equivoco?

–Bueno, ha habido de todo, pero no me ha ido mal en general.

–¿En esta reaparición se quedará mucho tiempo?

–Pero si siempre estoy... Lo que hago es que voy y vuelvo, pero estoy instalada en Madrid.

–¿Y, esta vez, sola mejor que acompañada?

–No, bueno, por circunstancias estoy sola, pero el piso es grande, con espacio para que vengan mis cuatro nietos y mi hija, que vive en Francia.

–¿Es de las abuelas que saca a los nietos al parque?

–Claro, y que se ocupa de ellos; tanto es así que me voy a ir unos días en septiembre, sin los padres, a estar con ellos.

–¿Los maleduca?

–Sí, porque para educarles ya están los padres, pero no me salto ninguna norma que no quieran ellos, aunque los mimo más. Por ejemplo, al bebé, si llora, lo cojo, mientras que los padres lo dejan llorar hasta que la criatura se cansa, pero yo no.

–¿Y les hace comidas que les gustan?

–No, eso la madre y el padre, que es médico. Yo, de cocinar, poco.

–¿Su madre como está?

–Bien, pero con sus achaques.