Teatro
Concha Velasco: «He estado a punto de quedarme ciega de un ojo»
La actriz Concha Velasco habla de su reciente operación, de sus planes de verano y del equilibrio que ha encontrado en su vida
A los 75 años de edad, Concha Velasco asegura que comienza una nueva vida tras salir airosa de una operación oftalmológica que le ha salvado de quedarse ciega de un ojo. El doctor Martínez de Carneros, según la actriz, «me ha devuelto la vida, ahora veo mejor que nunca, es que ya no necesito ni las gafas para leer».
–¿Tan grave era el problema?
–Mucho. He estado a punto de quedarme ciega de un ojo. Por el tratamiento tan fuerte que me dieron por mi enfermedad me salió una catarata y no podía ver. En un acto de lectura de fragmentos de «El Quijote», me tuve que aprender de memoria mi parte porque no acertaba a descifrar la lectura. Era incapaz de leer...
–Y no quedó otra que pasar por el quirófano.
–Era la mejor solución, porque la cosa iba a más. Me ha operado el doctor Martínez de Carneros y me ha dejado como nueva. Veo mejor que nunca. Estoy tan contenta que voy por la calle leyendo todos los letreros que me encuentro a mi paso. Este médico tan bueno me devolvió la vista.
–¿Ya no necesitas gafas?
–No. Es maravilloso poder leer los periódicos, los guiones... Mi oftalmólogo me ha devuelto la vida.
–¿El otro ojo también te da problemas?
–Bueno, sufrí un desprendimiento de retina cuando hacía «Santa Teresa» y ya no se puede operar. De vez en cuando, el doctor Martínez de Carneros me lo trata con láser y voy tirando. Estoy muy agradecida a mi médico, es como de la familia, son muchos años yendo a su consulta. Y también van mis hijos cuando le necesitan.
–Pues es una pena que no te pueda operar...
–Como te digo, ya no se puede hacer nada. Tengo que resignarme.
–Dices que es como si estuvieras viviendo una nueva existencia.
–Sí. Lo veo todo más claro, ja, ja, ja. El tiempo que me quede por vivir lo pienso disfrutar totalmente.
–¿Qué se te pasa por la cabeza cuando miras hacia atrás?
–Procuro dar prioridad al presente y a lo que queda por venir. Del pasado me quedo con los buenos recuerdos...
–¿Qué aprendiste de esa enfermedad en el páncreas?
–Que una no puede lamentarse cuando sabe que hay mucha gente peor que tú.
–¿Estás «limpia»?
–Estoy bien y espero que el problema no se vuelva a reproducir.
–En una ocasión me reconociste que has llorado mucho.
–Y es verdad, pero no sirve de nada lamentarse. Hay que vivir, disfrutar de la vida...
–¿Cuáles son tus planes de verano?
–Hemos parado la gira de teatro con «Olivia y Eugenio» y volveremos en septiembre. También seguiré con «Cine de barrio», que cada vez me gusta más presentar. Y me gustaría marcharme unos días de vacaciones en agosto con mis hijos y mi nieto a una playa.
–Desde que eres abuela se te ve mucho más feliz.
–Me lo llevo a la piscina de casa y lo pasamos fenomenal. Es un niño maravilloso. A ver si nos sale artista, porque lo lleva en los genes. Como me dice Raúl Sender, soy «la más». La más madre, la más abuela, la más todo.
–Solo te falta un buen novio.
–Deja, deja, ya no estoy para novios. Se vive muy bien sola.
Ha pagado la deuda que tenía con Hacienda y asegura: «A día de hoy puedo decirte que soy feliz en todas las facetas de mi vida. Sigo adelante sin cargas económicas ni emocionales. Y no me falta trabajo...»
–Hace años me aseguraste que te ibas a jubilar. Ni tú misma te lo creías.
–Tienes razón. No podría vivir sin el escenario, y mientras me queden fuerzas... ahí seguiré.
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