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La caída en desgracia de Agustín Pantoja

Lleva años a la sombra de su hermana, que ahora se torna en penumbra. De representante pasa a ser un simple «road manager» sin voz ni voto para negociar los contratos.

El hermano de Isabel no se ha tomado bien ser relegado
El hermano de Isabel no se ha tomado bien ser relegadolarazon

Lleva años a la sombra de su hermana, que ahora se torna en penumbra. De representante pasa a ser un simple «road manager» sin voz ni voto para negociar los contratos.

Estaba a la sombra de su hermana, pero a partir de ahora le veremos mucho más en la penumbra. Agustín Pantoja ha caído en desgracia y ha dejado de ser representante de Isabel a la hora de firmar los contratos. Se convierte en simple «road manager» sin voz ni voto para negociar los dineros. Es la discográfica Universal la que se ocupa de la gira y de todo lo concerciente al nuevo disco, que ya figura en el segundo lugar de la lista de superventas. Una persona muy cercana al «hermanísimo» nos desvela que «haberle dejado de lado le molesta mucho, se siente ninguneado y ofendido». Pero tras ciertos desencuentros con algunos empresarios y la misma compañía con Agustín, que pretendía poner el caché de Isabel por las nubes, ella entendió que era mejor que otros llevaran sus asuntos profesionales. Le ha costado tomar esa decisión, pero se sentía entre la espada y la pared y no le quedó más remedio que dar su brazo a torcer.

Así pues, Agustín es ahora sólo secretario y hombre de confianza de la Pantoja, «road manager» en los viajes y cuidador fiel de la madre de ambos, doña Ana, que parece haber revivido de sus penas tras ver cómo su hija vuelve a triunfar en los escenarios.

Desde Cantora, ahora prácticamente ocupada por los trabajadores de la finca tras la marcha de su dueña, su hermano y su madre a Madrid, nos cuentan que «Agustín no se ha tomado bien que le releguen tanto, parece ser que Isabel le ha puesto un sueldo, pero ya no tiene tanta capacidad de decisión como antes. Era un duro negociador, lleno de despropósitos, y eso le ha pasado factura. Alguien de la casa de discos, con un puesto muy importante, exigió a su hermana que la quitara de en medio, que preferían negociar con ella directamente».

Hace apenas unos días le vieron junto a una amiga del clan Pantoja comprando ropa en un «outlet» de la localidad madrileña de San Sebastián de los Reyes. Prendas de marca y de mujer, lo que se supone que era un encargo de la propia Isabel. Agustín sirve tanto para «un roto, como para un descosido». En eso, sí que es eficiente.

Asimismo, la periodista Lydia Lozano aclara que «los de Universal le dijeron a Isabel Pantoja que su hermano no pintaba nada en las negociaciones porque les pedía un disparate, siempre por encima de las cifras normales, y que preferían negociar con ella o con alguien menos exigente y más preparado. Cuando Isabel le comentó a Agustín lo que se acordó en esa reunión, en la que él no estuvo, no le quedó más remedio que aceptar la decisión. Ahora se ha convertido en una especie de secretario que lleva la administración de la casa y el cuidado de doña Ana. Acompañará a Isabel cuando viaje y poco más».

Agustín apenas tiene relación con el resto de la familia. Con Chabelita, su sobrina, no se habla; con Anabel Pantoja mantiene una relación respetuosa pero nada cariñosa; con Kiko Rivera tampoco existe un gran acercamiento, y con los antiguos miembros del clan de su hermana ni se ve ni quiere verlos. Él fue quien hizo lo imposible para que Isabel perdiera el contacto con Chelo García Cortés, Raquel Bollo y Luis Rollán y compañía, que le quitaban protagonismo al lado de la tonadillera.

El veneno en casa

Hace apenas unas semanas se publicó una noticia que evidencia lo anterior. En una conversación entre Agustín y una amiga de su familia, esta última le dijo que «el veneno lo tenéis en casa», refiriéndose a Anabel y a Raquel Bollo. Y su interlocutor no defendió a la sobrina ni a la tertuliana de «Sálvame» en ningún momento. Sí fue muy rotundo al hablar de su hermana: «Sufro muchísimo cuando se meten con ella porque no se lo merece». Pero calla cuando le preguntan si está molesto por haberle apartado de su labor como representante. En esto es demasiado cauto, no desea crear un conflicto con quienes hoy pagan a su hermana. Pero el sufrimiento va por dentro.

La vida «oculta» del «hermanísimo»

De su vida personal poco se sabe, y menos desde que un juzgado dictó en 2015 una sentencia favorable a él: «Agustín Pantoja ya no es un personaje público. Su última intervención en un plató de televisión tuvo lugar hace 17 años y no hay constancia alguna de que venda o haya vendido su vida privada... No se prodiga en la prensa rosa ni interviene en programas o tertulias de dicha índole. Si bien fue personaje público en los 80, no queda acreditado que haya vendido su vida y su presencia en los medios es absolutamente secundaria. Condición que le da derecho a no ver perturbada su vida más íntima, por lo que el derecho de información y la libertad de expresión no puede convertirse en una excusa para investigar con ánimo de lucro propio o ajeno». Por ello, lo único que se conoce de su vida más íntima es que no tiene pareja, que se dedica al cien por cien a su familia, sobre todo a su hermana y su madre, que tiene escasa relación con sobrinos y cuñados y que ha rechazado suculentas ofertas para sentarse en platós televisivos. Ni los paparazzi más avezados han podido pillarle con alguien que pudiera demostrar algo más que una simple amistad. Y ni sus familiares más cercanos sueltan prenda sobre la vida sentimental del «hermanísimo». En eso sí que existe un claro pacto de silencio.