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Shakira, acusada de fraude millonario y abandonada por las marcas
La Fiscalía ha presentado una querella contra la artista colombiana por defraudar a Hacienda 14,5 millones de euros entre 2012 y 2014, que ella asegura haber pagado ya
La Fiscalía ha presentado una querella contra la artista colombiana por defraudar a Hacienda 14,5 millones de euros entre 2012 y 2014, que ella asegura haber pagado ya.
«Visita la tienda oficial de Shakira y encuentra ideas para tus regalos navideños». Así amanecía ayer el Instagram «stories» de la cantante colombiana, con 55 millones de seguidores. Horas después era la Fiscalía la que le entregaba un presente inesperado a la intérprete del «Chantaje». Tras más de un año de investigación, el ministerio público presentaba en los juzgados de Esplugues de Llobregat (Barcelona) una querella en la que le acusan de seis delitos contra la Hacienda Pública y le piden una fianza de 19 millones de euros, «cantidad que comprende las cuotas defraudadas más un tercio».
Según la fiscal, Carmen Martín Aragón, la artista habría simulado que residía en las islas Bahamas entre 2012 y 2014 cuando en verdad vivía en España. De esta forma, habría defraudado presuntamente unos 14,5 millones de euros con los impuestos de la renta (IRPF) y de patrimonio y ocultado su renta real a través de un entramado de empresas radicadas en paraísos fiscales con la ayuda de un abogado, de Nueva York, que también está acusado. Ahí es nada. Los argumentos de Fiscalía son muy sólidos. Según la querella a la que ha tenido acceso este periódico, la cantante tenía su residencia en Barcelona ya en 2012, dos años después de conocer al futbolista Gerard Piqué (31), vía Mundial de Suráfrica.
A partir de febrero de 2013, la pareja, con dos hijos, Milán (5) y Sasha (3), habría trasladado su domicilio a Esplugues, a una residencia de 700 metros cuadrados y 1.000 de jardín, donde todavía residen tras un inmenso muro, que ahuyenta a la sazón a curiosos. «Las estancias fuera de España de la querellada en este periodo de tiempo –relata el escrito de la fiscal Martín Aragón– lo fueron en diferentes países por motivos profesionales, con una duración muy corta, a excepción de EEUU en donde participó en el programa «The Voice» y en el que llegó a permanecer 61 días en 2012, 118 días en 2013 y 117 días en 2014.
Una vez concluidas sus actividades profesionales o de ocio, volvió inmediatamente a España». Estos datos son clave a nivel tributario. Si un ciudadano pasa al menos 183 días en España se le considera residente fiscal y debe pagar por los ingresos obtenidos en todo el mundo. Sin embargo, según la querella, Shakira, de resaca de la gira mundial con Dorado World Tour tras ocho meses, mintió. La artista manifestó en multitud de ocasiones que tenía residencia fiscal en Bahamas aunque entre los años investigados «no estuvo ningún día de presencia física y no consta que presentara declaración de impuesto de renta o patrimonio, ni declaración de ningún otro tipo de impuesto. Tampoco consta vinculación con dicho país a excepción de la existencia de un inmueble de su propiedad del 50 por ciento de la sociedad CBPI, de la que es socia la querellada».
El inmueble al que se refiere es una casa que habría comprado en 2004 con su ex pareja, Antonio de la Rua, por el que bebía los vientos hasta que vio solito a Piqué y «me enamoré», diría ella. Por si esto no fuera suficiente, la fiscal también acusa a la artista, a la que en 2017 el portal «Tusalario» le adjudicaba unos ingresos diarios de 120.000 euros, de haber utilizado «un entramado societario» creado años atrás para ocultar su renta y «dejar de ingresar en la Hacienda Pública Española y catalana las cuantías que le correspondían» y que habría contado con la colaboración de sus abogados norteamericanos y de sus asesores fiscales, uno de los cuales también es objeto de querella.
El escrito enumera 14 empresas radicadas en paraísos fiscales, como las Islas Vírgenes Británicas o Panamá «que utilizó la querellada y que formaron parte de la trama» para percibir las rentas y el patrimonio de la cantante. A través de estas sociedades, Shakira habría ingresado entre 2012 y 2014 más de 16 millones relacionados con su faceta musical y 15 más por su papel de jurado en «The Voice», al margen de otros ingresos menores vinculados con su capital inmobiliario y ganancias patrimoniales.
Frente a la contundencia del escrito, Shakira reaccionaba con un durísimo comunicado en el que asegura haberse enterado por la prensa de la querella «que Fiscalía ha filtrado repartiéndola incluso antes que al juez». A continuación niega punto por punto las acusaciones, empezando por la más importante, la artista «ya ha pagado hasta el último euro exigido por la Agencia Tributaria y, por tanto, no debe nada al Estado español» para después aseverar que «no estuvo más de 183 días en España los años en cuestión». A través de su agencia de comunicación, rebate al fiscal asegurando que «Shakira era ciudadana extranjera y hasta 2015 nunca fue residente fiscal en España» y considera la actitud de ministerio público «un claro ATROPELLO RECAUDATORIO (en mayúsculas)».
En dicho comunicado se explica, incluso, que la estructura societaria que se pone en evidencia en la querella «se formó en 2007, antes de conocer a su pareja cuando Shakira no vivía en España y además fue validada por las autoridades de la Unión Europea». Asevera, además, que la colombiana «ha cumplido en todo momento sus obligaciones tributarias y siguió las recomendaciones de sus asesores» desde que en 2015 se declaró residente fiscal en nuestro país, al tiempo que desmiente la falta de transparencia pues «la artista se ofreció a declarar y se le declinó este derecho fundamental». Para terminar, se acusa al ministerio público de utilizar a la artista latina como «chivo expiatorio para meter miedo al resto de contribuyentes, ya que ha sido una persona que ha contado toda su vida con una intachable reputación y que nunca ha tenido un problema de este tipo ya que siempre ha buscado la asesoría de los más prestigiosos especialistas, como el caso de PriceWaterhouseCoopers (PwC) y Ernst and Young (EY)».
Este tsunami fiscal ha venido a sumar más turbulencias a la ya de por sí montaña rusa, que es lo suyo con Gerard Piqué desde hace ocho años. Al parecer, Shakira habría insinuado mudarse a Miami, donde tiene una de sus propiedades y así dejar atrás las migrañas fiscales que la acosan hace meses. Piqué, que renovó contrato con el Barça el pasado enero hasta 2022, se puso de nones y, según algunos testigos, estalló la mundial.
Otra crisis más en el paraíso intermitente en el que viven desde que a la colombiana le dio por bailar el «Waka, waka» y a él por ganar la Copa del Mundo para volver a verla. Como los males nunca vienen solos, Costa Cruceros desvelaba esta misma semana a Penélope Cruz como nueva imagen de la marca, tras tres años apostando por la de Barranquilla para surcar los mares. Antes, Seat, Danone y Oral B, tres de sus patrocinadores más potentes, también se habían bajado del barco de la colombiana. Se acabó la «felicidad al cuadrado».
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