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La pareja en Nueva York: «Tenemos más libertad»

La pareja en Nueva York: «Tenemos más libertad»
La pareja en Nueva York: «Tenemos más libertad»larazon

Habían preparado perfectamente su llegada al Club Metropolitan en la Quinta Avenida. Cruzaron la calle del brazo para llegar al prestigioso lugar, justo frente a Central Park: la Hispanic Society. Al verse ya a pocos metros de distancia sonrieron. Él la tomaba del brazo a ella. El Nobel era distinguido con una de las medallas de oro que anualmente otorga esa institución americana junto al duque de Alba, Carlos Fitz-James Stuart, y al presidente del BBVA, Francisco González. A los tres se les premiaba por difundir la cultura hispánica por el mundo. Sabían lo que les esperaba. «No les digas cuándo, por favor», le pidió el escritor a Isabel Preysler entre risas, quien explicó que ha venido unos días a Nueva York. Pero, tiene previsto desplazarse con cierta frecuencia para estar más tiempo junto a su pareja. Están mucho más tranquilos en Manhattan que en Madrid. «Hay menos periodistas aquí», continuó con las bromas Vargas Llosa sobre la ciudad neoyorquina, donde sabe que la inmensidad y diversidad proporcionan el anonimato en el que se refugian los actores de Hollywood. Y ahora parece que también ellos. «Estoy más tranquila aquí desde luego. Tenemos más libertad», indicó Isabel Preysler. «Esta ciudad es demasiado grande, hay muchas cosas, así que uno está más ,y el neoyorquino no se deja sorprender ni le llama nada la atención. Estamos pensando venirnos a vivir a Nueva York», continuó con el ambiente distendido y confirmó que cuando termine el curso en la prestigiosa Universidad de Princeton regresará a Madrid. Durante la gala, Isabel Preysler se cuidó mucho de no hacer sombra en ningún momento a su pareja, de quien estuvo pendiente en todo momento. Estuvo muy atenta a sus amigos y cariñosa con todo aquel que se atrevió a saludarla, así como con el personal de la Hispanic Society of America que había organizado el acto. La cena, concinada por el chef Francisco Maestro, que trabaja en el Club Metropolitan, consistió en ensalada de langosta, filet mignon y trío de chocolate para dejar un dulce sabor de boca. Todo regado con vinos de Rioja de Bodegas Vivanco.

Para la ceremonia se pedía «black tie party», es decir etiqueta de gala. Ella vestía traje largo en blanco y negro, con el cuerpo bordado y un «clutch» semitransparente a través del que se podía ver parte de su contenido, como una estilosa barra de labios. Comenzó el acto a las siete y media de la tarde con un cóctel para 300 invitados. Preysler y el Nobel pasarán diez días juntos en la ciudad en la que al parecer están buscando una vivienda, ya que la propiedad que tiene allí el escritor, la suele ocupar su aún esposa, Patricia Vargas.