Casa Real
La Reina ideó la pulsera por la conciliación
El compromiso de Doña Letizia. Son Reyes a tiempo completo, pero si hay una responsabilidad que les ocupa 24 horas al día, 365 días al año, es la de ser padres. Por eso son especialmente sensibles a los problemas para compaginar el trabajo y la vida familiar
Las pulseras amarillas que rodeaban las muñecas de los Reyes Felipe y Letizia en la entrega de los Premios Nacionales de Investigación el pasado jueves despertaron enseguida gran curiosidad por saber la causa de que la pareja real luciera un adorno tan singular. Poco después de su aparición en el acto celebrado en el Palacio Real, se vio que los brazaletes llevaban una palabra inscrita: Arhoe. Y la incógnita se despejó enseguida al averiguar que ésa es la sigla de una organización española que persigue incansablemente un más que loable fin: que la jornada laboral española contribuya a la conciliación entre trabajadores y familias. Pero la historia no termina en que los Reyes apoyen de esa forma tan explícita la racionalización de horarios sino que va un poco más allá. Gracias a Ignacio Buqueras, presidente de Arhoe y de la Comisión Nacional que trabaja a favor de que la conciliación sea pronto una realidad, LA RAZÓN ha podido saber que la iniciativa de crear las pulseras partió de la propia Reina Letizia.
Hace un año y medio, el 17 de julio, el responsable de la Asociación para la Racionalización de Horarios Españoles tuvo la oportunidad de explicar a los que todavía eran Príncipes de Asturias la importancia de sensibilizar a la población española de la necesidad de adaptar la jornada de trabajo a la normativa europea para conseguir la conciliación familiar. Doña Letizia, partidaria decidida de la campaña que defiende Buqueras desde hace décadas y que el empresario ha convertido en una auténtica cruzada, sugirió al defensor adaptar los horarios de trabajo a los estándares de la Unión Europea que por qué no fabricaban unas pulseras para sensibilizar a la opinión pública de los problemas que ocasiona tener una jornada laboral como la que rige en la mayoría de las empresas españolas. Don Felipe miró a la entonces Princesa sorprendido por su propuesta y escuchó a su esposa cuando dio un paso más en la sugerencia y le decía a Ignacio Buqueras que si fabricaba las pulseras, ella sería la primera en ponérsela. El aún Príncipe se adhirió inmediatamente a la propuesta de su mujer, que a continuación explicó al responsable de Arhoe que si hacían camisetas con la misma finalidad, ella también estaría dispuesta a ponérselas.
Una reivindicación «real»
La historia, que tuvo su origen en el verano del año pasado, se hizo realidad hace pocos días, cuando la Comisión Nacional para la Racionalización de Horarios fue recibida en audiencia por los Reyes en el Palacio de la Zarzuela. Ignacio Buqueras aprovechó la ocasión para mostrar y ofrecer a Don Felipe y Doña Letizia las pulseras, que la Reina inmediatamente colocó en su muñeca derecha –al tener la mano más ancha, el Rey necesitó un poco de ayuda para ponérsela–. Lo que quizá no sospechó el apóstol de la conciliación laboral cuando obsequió a la pareja es que iban a seguir llevándola y que, cuando ese gesto se advirtiera por parte de los periodistas gráficos, iba a levantar tanto interés. Ayer, Buqueras era una persona encantada de la difusión de su causa gracias al gesto de los Reyes y, sobre todo, muy agradecida por esta ayuda que ha hecho realidad la frase «una imagen vale más que mil palabras».
Los Reyes actuales, fieles a su pertenencia a una generación en la que la mujer ya está incorporada al mercado laboral, apoyan plenamente la idea de que la conciliación entre trabajo y familia se haga realidad en España lo antes posible. Pero son conscientes, asimismo, de que en su caso es muy difícil –por no decir imposible– aplicar la racionalización de los horarios a su propia tarea. Don Felipe y Doña Letizia parten de la convicción de que ser Reyes es algo que no se puede ejercer de 8 a 15 o de 9 a 17, sino que es algo que tienen que desempeñar las 24 horas de cada día. Sin sábados ni domingos, sin apenas vacaciones en las que puedan desconectar del todo del ejercicio de sus funciones. A ellos seguro que también les tocará, como le pasó a Don Juan Carlos y Doña Sofía en muchas ocasiones, interrumpir sus épocas de descanso para acudir a algún lugar donde sea necesaria su presencia.
Fuentes del Palacio de la Zarzuela afirman sobre la posibilidad de que los Reyes se beneficien algún día de unos horarios mas racionales, que no piensan en aplicárselo a ellos mismos, sino en ser sensibles y compartir el criterio que defiende Arhoe para mejorar la vida de las familias españolas. Cuando nació su segunda hija, la Infanta Sofía, algunos periodistas preguntaron a Don Felipe cómo iba a conciliar su nueva condición de padre con sus deberes institucionales como Heredero de la Corona. En esos momentos, en los que el Príncipe acababa de declarar que tanto él como su esposa querían ser los mejores padres del mundo para sus hijas y anunciaba que Doña Letizia asistiría a menos actos oficiales para dedicarse a las pequeñas, Don Felipe manifestó a la Prensa que «cada uno concilia como puede».
El tirón comercial de los Reyes
A pesar de que en España se van dando algunos pasos a favor de racionalizar los horarios, todavía hay mucha tarea por realizar. Ignacio Buqueras ha pedido a los Reyes que apoyen su causa y ellos ya lo están haciendo. Llevar las pulseras ya es un gesto que ha calado y desde que se ha difundido la foto de Don Felipe y Doña Letizia con ellas, las peticiones de brazaletes a la asociación que preside el empresario han aumentado de forma espectacular. Ahora espera que los Reyes introduzcan el tema de los horarios en sus reuniones de trabajo y, si es posible, que en determinados discursos se refiera al asunto de la adecuación a unas jornadas más racionales. Va en ello materias tan importantes como el aumento de la productividad, el ahorro energético y las ventajas desde un punto de vista humano. Las familias serán más felices al estar mas tiempo juntas, poder disfrutar de su tiempo de ocio y desarrollar sus aficiones. Y saldrán perdiendo los que prefieren escaquearse de sus responsabilidades domésticas en sus propios hogares.
Un madrugón tras otro
No por decreto real, pero sí por costumbre –Don Juan Carlos era el más madrugador de la familia– en Zarzuela amanece pronto. Sobre las siete de la mañana ya comienza la actividad entre los muros de palacio. Lo habitual es que comiencen el día practicando deporte y que desayunen en torno a las 08:00 de la mañana mientras consultan la Prensa. La agenda de los Monarcas marca el pulso del resto de la jornada: audiencias, actividades, presentaciones, recepciones, preparación de los discursos... el ritmo en los despachos puede llegar a ser frenético, por eso, allí dentro se acoge con cierta ironía que alguien se plantee la posibilidad de que los Reyes adopten su jornada al horario europeo para posibilitar la conciliación familiar. Los viajes y compromisos que adquieren no se acogen a horarios rígidos ni preestablecidos. La próxima semana la Reina acudirá a la sede de la Asociación Española Contra el Cáncer para una reunión de trabajo y, el martes, Don Felipe recibirá en audiencia al pleno del Consejo General de la Abogacía Española, al Comité de Dirección de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos, a la 64ª Promoción de Técnicos Comerciales y Economistas del Estado, a los alcaldes del Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España... Y el jueves les toca viajar a ambos: inauguran el Museo Universidad de Navarra. Todo sin descuidar la educación de las pequeñas. Pero, como el propio Felipe VI dijo cuando nació la Infanta Sofía: «Todos los padres saben cómo multiplicarse con cada hijo».
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