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Letizia, reina en Francia
Durante toda la semana los rotativos franceses se han deshecho en elogios hacia su estilo y belleza. Pero no sólo eso, incluso aseguran que varios miembros del Gobierno insistieron en asistir a las recepciones para poder «disfrutar de su sonrisa»
Durante toda la semana los rotativos franceses se han deshecho en elogios hacia su estilo y belleza. Pero no sólo eso, incluso aseguran que varios miembros del Gobierno insistieron en asistir a las recepciones para poder «disfrutar de su sonrisa»
Evidentemente, en esta visita de Estado de los Reyes a Francia, quien de forma constante ha tomado la palabra ha sido el Rey Felipe VI. Los franceses sólo han podido seguir la presencia y los gestos de la Reina Letizia a través de las imágenes que la mostraban junto al monarca en el Arco del Triunfo, el Palacio del Elíseo, el Grand Palais, el Ayuntamiento, la Asamblea o el Instituto Cervantes. Pero esos gestos y esa presencia han sido diligentemente seguidos y profusamente comentada por la Prensa. En la memoria de todos había quedado la imagen Don Felipe y Doña Letizia, los rostros serios y conmovidos, anunciando desde el Palacio del Elíseo que regresaban a España para poder seguir de cerca la evolución del trágico accidente que unos minutos antes había sufrido el vuelo Barcelona-Düsseldorf. Dos meses después, los Reyes han podido realizar ese viaje que era tan esperado en ambos países.
«Deslumbrar de elegancia»
El hecho de que una imagen vale más que mil palabras ha sido bien expresado por «Le Télégramme», quien comentó durante la visita de los monarcas que la presencia de la Reina era una «baza real» para los intercambios franco-españoles. Madame Figaro ha recordado que, «antes de convertirse en Alteza, Letizia era un poco la Claire Chazal española», haciendo referencia a la «reina» de los informativos franceses desde hace un cuarto de siglo, que cubrió los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos y la guerra en Irak, además de una consolidada periodista como lo prueba el que recibiera el premio de la Asociación de la Prensa madrileña.También «L’Express» se ha hecho eco del viaje de Estado titulando: «Felipe y Letizia de España, un año de reinado para cambiar la monarquía». El semanario destaca que los sondeos de opinión en España indican que la Doña Letizia obtiene un 62% de opiniones favorables, una cifra «que pude compararse con la que en otros tiempos obtenía la Reina Sofía».
Para el diario digital «Purepeople», Doña Letizia ha sido durante los distintos actos de estos días «la reina del estilo», y especialmente durante la cena que ofreció François Hollande en el Elíseo en honor de los monarcas. Desgranan su estilo personal «exquisito», «sofisticado», entre el «chic estricto» y el estilo «romántico». Tampoco han dejado de subrayar que el conjunto que la Reina llevaba en la visita a la exposición de Velázquez en el Grand Palais, ya lo había elegido con anterioridad para el encuentro con el presidente italiano Sergio Mattarella. Con frecuencia señalan que su creador «chouchou» (preferido) es Felipe Varela, que logró que Letizia de España «deslumbrara de elegancia» en esta visita oficial. El primer día por la mañana con un traje sobrio color arena y, por la noche, con un vestido « très glamour ». De hecho, aseguran que François Hollande estaba «rendido al encanto» de la reina. Un detalle muy apreciado es su «habilidad» para compaginar moda y protocolo, y gusta que, aunque se pliegue a la etiqueta del acto al que asiste, Doña Letizia no renuncie a seguir las tendencias del momento y a usar prendas muy femeninas. Según LCI, «el príncipe Guillermo de Reino Unido y el Rey Felipe VI poseen algo más en común que una familia real: una mujer que atrae las miradas allí por donde pasa». Y asegura que los miembros del Gobierno no fueron los únicos que aceptaron la invitación del Elíseo para poder «disfrutar de la sonrisa de Letizia de España» y «celebrar la amistad franco-española».
Comparaciones con las políticas galas
También se han hecho discretas comparaciones entre la Reina y otras personalidades con las que se ha encontrado, como la ministra de Ecología, Ségolène Royal, o la mujer de Manuel Valls, Anne Gravoin. Sobre la primera, los comentarios han sido más discretos por temor a despertar el enojo de la número tres del Gobierno, que se toma muy a pecho que no se olvide que ella está donde está avalada por su larga carrera política, y no por ser la madre de los cuatro hijos del presidente de la República, y no aprecia todo comentario que se salga de lo estrictamente profesional. Sin embargo, sí se ha comentado y comparado a la Reina con Anne Gravoin, la mujer del primer ministro. En los dos casos se han extendido en saludar la elegancia de las dos damas, pero la balanza se ha inclinado ligeramente por el look de Doña Letizia. Anne Gravoin había elegido para la ocasión un vestido blanco con falda plisada y asimétrica, y unas sandalias con plataformas que describieron como «muy sexis, quizá demasiado», mientras que la Reina española « omo siempre implecable», llevaba un traje rojo vivo y un abrigo gráfico negro y blanco. A la Reina sólo le falta un detalle para conquistar de verdad a los franceses y es aprender a hablar, aunque sólo sea chapurreando, el francés.
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