Moda

Loewe, el laboratorio de la piel

Loewe, el laboratorio de la piel
Loewe, el laboratorio de la piellarazon

Quien dijo aquello de que el invierno es la estación de los colores apagados se equivocaba. Al menos esta es la opinión de J. W. Anderson, el director creativo de Loewe que ayer presentó en la Semana de la Moda de París su colección O/I 2015. Era su segunda puesta en escena y la primera ocasión en la que el irlandés ofrecía su visión sobre la moda femenina invernal. Repitió ubicación, la maison de la Unesco, pero fue el único plagio respecto a su anterior desfile. El resto fue un derroche de creatividad y un nuevo impulso a la firma española para adaptarla a los nuevos tiempos. El lugar no fue una elección baladí, pues al tratarse de un espacio sobrio y aséptico (un giro de 180 grados respecto al barroco despliegue de su antecesor, Stuart Vevers) sus modelos eran el único punto de atracción visual. Entre los asientos de hormigón caminaron las que Anderson consideran son las mujeres del siglo XXI con la piel, buque insignia de la casa, como hilo conductor de la muestra. “He decidido dar volumen a la silueta de la mujer así como más colorido. Los colores hacen a la gente feliz y divertida”, afirma el diseñador. Así, dominaron las clásicas “chupas” pero una interesante revisión de forma, dotándolas de más corpulencia y cuellos abiertos sin llegar a poder ser denominadas “oversize”. En varias de las salidas tuvieron relevancia las propuestas en lamé mercurio, así como las delicadas gabardinas de cuero rebajado que aportaban una exquisita ligereza al caminar de las modelos. “Me gusta explorar las formas, en esta ocasión dando ciertos toques eléctricos, para mostrar a una mujer segura, confiada y poderosa, sin dejar de lado su parte divertida”, explica Anderson. Y es que el joven diseñador se ha tomado el reto de Loewe como un laboratorio particular en el que explorar con la materia prima de la casa y poner en práctica lo que el denomina la “inspiración científica”. “En Loewe trabajan los mejores artesanos del cuero y quiero que la gente lo sepa en todo el mundo”, sentencia. Por su puesto, España sigue siendo su inspiración y, aunque ha decidido no mudarse a Madrid, afirma que le gusta visitar la geografía ibérica y analizar a la mujer española. En esta ocasión, el protagonismo fue para los pantalones frente a las faldas o vestidos. Todos ellos de talle alto, tejido espigado y pierna ancha, nada de pitillos. Por este motivo, la combinación de estos pantalones de cintura alta y las “bomber-chupa” daban un sensación de tres dimensiones a las modelos. Un efecto elegante sin dejar de ser prendas de uso diario, cómodas y versátiles. La geometría ha sido otro de los aspectos recurrentes de los diferentes diseñadores que han pisado esta emblemática firma. Anderson no quiso ser menos y ayer experimentó con las líneas sobre minifaldas estampando sobre ellas (la mayor parte realizadas en suede, el tejido novedoso de esta colección) figuras dignas de una clase avanzada de trigonometría. Aunque, entre sus prendas de laboratorio, destacaron especialmente los abrigos “deconstruidos” con un juego divertido de botones y los monos de piel en tonos pastel adornados con cinturones circulares. “No siento la presión. Entiendo que habrá gente a la que le guste mi colección y a gente que no. Así es el juego”, reconoce Anderson quien desde su fichaje ha estado en el punto de mira de los gurús de la moda, quienes en un principio desconfiaron del buen hacer de este treintañero. Su primer examen lo paso con muy buena nota. En el de ayer, se superó. “Loewe sabe hacia donde va”, afirma confiado. De momento sus “looks” sí caminan por la pasarela adecuada.