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Mario Conde cumple 70 años con una nueva ilusión sentimental
Quien tuvo, retuvo. Mario Conde cumplió ayer 70 años que no aparenta y sigue siendo el eterno seductor, ese hombre irresistible para las mujeres, protagonista de rumoreados, pero no demostrados, idilios y de dos grandes amores, los que vivió al lado de su primera esposa, Lourdes Arroyo (fallecida en 2007), y de la segunda, María Pérez-Ugena, a la que estuvo unido entre 2010 y 2016.
En los últimos meses, según una fuente muy cercana al ex banquero, «sale con una mujer de unos cuarenta y tantos años, alta y con el pelo castaño, que ya ha presentado a su círculo de amigos y a sus dos hijos.
La ruptura de su matrimonio con María le dejó muy tocado, pero ahora parece haber recuperado la ilusión y renovado sus sentimientos. Es una mujer educada, culta y muy simpática. Y guapa. A Mario le gustan las chicas mucho más jóvenes que él».
Hace unos días la pareja se dejó ver en un restaurante madrileño. Mario no oculta que existe una amistad muy especial con esa mujer, que, según parece, cuenta con el beneplácito de sus dos hijos, Mario Jr. y Alejandra. Divorciado y libre para casarse de nuevo, ya veremos si esta historia tiene largo recorrido o no. La misma fuente asegura que «si algún día salieran a la luz algunas de las mujeres famosas que han pasado por los brazos de Mario, sería una bomba. Y es que, aún sabiendo que estaba casado con Lourdes, muchas chicas se le insinuaban abiertamente, con un descaro absoluto. Era tremendo...».
Su edad no le impide mantenerse en activo, hace ejercicio a diario, sigue una dieta alimenticia muy equilibrada y continúa al frente de sus negocios relacionados con el mundo inmobiliario, la parafarmacia, la cosmética, la agricultura y, sorprendentemente, con el famoso VAR del fútbol. Él fue quien aconsejó a su creador, Antonio Ibáñez de Alba, que sacara el invento adelante porque le auguraba un gran futuro. A la postre, ambos acabaron enfrentados en los tribunales por una presunta apropiación indebida de la patente por parte de Conde y sus socios. En el plano familiar, está muy centrado en sus hijos y sus nietos. Su hija Alejandra, reconoce Mario, «es la niña de mis ojos, tiene el mismo “coco” que yo». Una amiga la califica como «inteligente, buena madre, muy parecida en el carácter a su padre, solidaria...». Es madre de tres hijos y la pequeña se llama Lourdes, en homenaje a su abuela fallecida. Su padre ejerce de abuelo con todas las de la ley y pasa muchas tardes con sus nietos. Alejandra está casada desde julio de 2004 con el empresario Fernando Guash.
Mario Jr., que saltó a un primer plano de la actualidad hace años por su idilio con la modelo Laura Ponte, tiene un perfil más bajo. Al igual que su hermana colabora en las empresas familiares. Los que le conocen bien le definen como «una persona tímida, introvertida y poco dada a desvelar detalles de su vida personal».
Hasta julio de este año Mario Conde pasaba largas temporadas en su pazo del municipio orensano de A Mezquita. En la llamada Casa Grande da Cerca vivió momentos de gran felicidad junto a su ex esposa María y el resto de la familia. Allí se «encerraba» para meditar y buscar la tranquilidad que le faltaba en Madrid. Pero, por motivos que no ha hecho públicos, dejaba el sosiego gallego para afincarse definitivamente en Madrid, donde posee un espacioso chalet en la calle Triana de la lujosa colonia El Viso. Quizá tenga mucho que ver con este traslado su relación con esta mujer afincada en Madrid.
Sigue fiel a su estilo en el vestir: trajes de corte británico para trabajar y prendas cómodas de sport italianas en los ratos libres del día a día. Como afirmó en una entrevista, «la vestimenta es un acto de respeto con tu interlocutor».
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