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Grecia
Pasarela política: Euclides Tsakalotos
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Las expertas Anna Locking, Valvanuz López de Amoraga y Marta Boira analizan la imágen del nuevo ministro de Finanzas griego.
Defiende el «Ready to Wear»; por Ana Locking
Rara vez nos encontramos a un seguidor del «street style» con la naturalidad que se aprecia en el nuevo ministro. Tsakalotos no parece tener complejos de clase en cuanto al estilo, ni tampoco miedo a introducir colores nuevos en su atuendo de trabajo, ambas costumbres nada convencionales para el uso diario del armario de un ministro. En esta falta de prejuicio a la hora de combinar estilos y colores se nota la influencia británica de sus días en Oxford y el influjo juvenil, esta vez de sus propios estudiantes, tras su paso como profesor por Kent y Atenas. Puede que ello le haya aportado la calma, modestia y paciencia para escuchar que le atribuyen aquéllos que le conocen. Lo mismo combina un traje sastre con camisas de colores tan energéticas como el lima, amarillo o naranja, como se calza unos pantalones color caldero con americana marino y camisa a cuadros. Eso sí, rara vez utiliza corbata, por lo que es lógico pensar que no vaya a utilizar la consabida cartera de ministro, cambiándola por un porta documentos de mano o incluso pudiera decidirse por llevar los documentos del futuro de Grecia metidos dentro de una simple mochila de lona. Lo curioso es que, lo que en otros pudiera parecer desubicado, en Euclides se hace permisible e incluso normal.
Una persona seria con muy buen autoconcepto; por Valvanuz López de Amoraga
Con una imagen de hombre tranquilo Tsakalotos se muestra más prudente en sus intervenciones. Su gestualidad es comedida y vemos su educación inglesa en sus movimientos y en la poca expresividad en sus gestos. Cuando se siente tensionado tiende a presionar la musculatura de la boca y a humedecerse los labios. También podemos comprobarlo en su entrecejo fruncido.
Su tono, aunque suave, es muy firme lo que confiere fuerza a sus palabras. El autocontrol y la preparación de sus discursos produce una sensación de racionalidad en sus palabras, cubriéndolas de una patina de coherencia. Es un buen comunicador, con gran facilidad de palabra y con un dominio de su discurso tanto verbal como no verbal. Al ser un hombre inteligente que piensa muy rápido, en ocasiones acelera su discurso, lo que frena la comprensión de sus mensajes. Disminuir la cadencia favorecería su comprensión.
Es una persona seria, con muy buen autoconcepto (lo vemos por su espalda recta y su barbilla ligeramente elevada) en ocasiones pierde cercanía con su interlocutor, al no usar la sonrisa, o inclinar su cabeza. Le favorecería potenciar una imagen más accesible y cercana. Posee un paso firme de zancada amplia, lo que nos refleja una personalidad proactiva y con una gran motivación de logro.
Las ojeras, su talón de Aquiles; por Marta Boira
El flamante nuevo ministro de finanzas griego lleva bastante bien sus 55 años, y se nota que se cuida, porque a esta edad la belleza comienza a ser un arte. Con un perfil más discreto que su antecesor, Tsakalotos es un hombre atractivo, sin embargo mi ojo crítico se ha posado inmediatamente en su labio superior, que luce muy fino, con falta de volumen en el Arco de Cupido y el tubérculo labial. Le aconsejaría inyecciones de ácido hialurónico, que son reabsorbibles, con resultados que permanecen durante más o menos un año y que mejorarían sustancialmente el aspecto de su rostro.
Sin ánimo de ser repetitiva, luce unas antiestéticas ojeras, el talón de Aquiles de la mayoría de los políticos. Los mejores resultados, como me ha comentado ya en otras ocasiones mi querido amigo y gran profesional, el doctor Ángel Martín, los obtendría con la blefaroplastia, pero con la carboxiterapia se consigue un efecto antiinflamatorio, una acción lipolítica y la formación de nuevas fibras elásticas y colágenas que retraen el tejido. La carboxiterapia también le mejoraría mucho la flacidez del cuello. Y, por último, le pondría Toxina Botulínica en la frente, pues en el momento en que gesticula se le marcan tres profundas líneas muy antiestéticas.
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