Entrevista

César Brandon, poeta: «¿Qué hago con el dinero? Dárselo a la gente»

César Brandon. (Imagen, Alberto R. Roldán)
César Brandon. (Imagen, Alberto R. Roldán)larazon

Hace unos meses que se hizo ganador de «Got Talent» a golpe de poesía. Los famosos tres minutos que le cambiaron la vida. A pesar de ello camina por ella igual: apenas le queda dinero de lo ganado y sigue viviendo en el sofá de un amigo.

Hace unos meses que se hizo ganador de «Got Talent» a golpe de poesía. Los famosos tres minutos que le cambiaron la vida. A pesar de ello camina por ella igual: apenas le queda dinero de lo ganado y sigue viviendo en el sofá de un amigo. Así es César Brandon unos meses después de que la televisión le catapultara. Tiene la agenda llena de firmas de libros. El suyo. «Las almas de Brandon» (de Espasa), a pesar de que dice que hay muchas más de las que ha dejado escritas.

- ¿Qué viene después?

- Muchas cosas. Voy a protagonizar una película con Andreu Castro. Seré actor, he escrito parte del guión y coproductor.

- ¿Cómo era su vida hace un año?

- Estaba viendo Netflix en una cuenta que no era mía, porque no la podía pagar... Hubo un momento en el que me arrepentí de haber ido a la tele.

- ¿Se vio superado?

- Me pudo y además por mil razones. Durante un tiempo he tenido tantos viajes que no podía ni escribir y no poder escribir era algo que a mí me mataba. Desde que salgo en la tele hasta que vuelvo a escribir pasan tres meses.

- Y un tsunami entre una cosa y otra.

- Una locura. Me da un bajón increíble, casi depresivo, después de salir en la tele, al día siguiente. Estoy en casa con mis amigos, ellos están entusiasmados y alegres y yo no.

- ¿Por qué?

- Quizá, porque quería exponerme, pero no sentirme expuesto. Me sentí desnudo. Mi deseo más profundo era simplemente que me leyeran y de repente en una noche tuve 9.000 seguidores y el libro, que lo tenía autopublicado y había vendido 80 ejemplares, en una noche se venden 3.000. Perdí toda la confianza que tenía en mí y me vine abajo. Me entró miedo: fue un caos de emociones.

- ¿Cuál es el siguiente paso?

- Pues el relato que mando a la semifinal y me dicen que no, que quieren algo similar a lo anterior. ¡Yo no hago poemas con números! Yo quería contar mi relación conmigo mismo y con una persona. Mandé un texto en el que yo confiaba y hasta una semana antes que aceptan no sabía ni qué hacer.

- ¿Al final recita aquel que envió?

- Sí, de hecho, a mí me gusta mucho más que el de los números, a pesar de que me dijeron que no iba a funcionar, pero si no, no hubiera ido.

- A pesar de que no le sobraba el dinero.

- El dinero nunca ha significado nada para mí y sigue sin significarlo. A día de hoy, no me queda casi nada de lo del programa.

- ¿Qué hace con el dinero?

- Dárselo a la gente. Aamigos. Incluso nuevos amigos. «Necesito tres mil pavos». Toma. Ya me lo devolverás si te da la gana. Y si no lo hace no pasa nada.

- Así le van a salir muchos amigos.

- Soy bueno, pero no gilipollas. Si necesitas ayuda yo voy a estar, pero si no estás a la altura, ahí te quedas. El dinero para mí... Para mis amigos. Los de verdad. Gracias a los cuales he conseguido comer muchos días. El dinero es suyo. Yo se lo digo.

- ¿Qué le dice mamá?

- Mi madre está más contenta. Pero también es complicado. Ha habido muchos asuntos que han sido duros. De mi familia, además de mi madre, mi hermana y mi hermano mayor, nadie me ha apoyado con esto de escribir.

- ¿Por qué?

- Porque a nadie le importaba una mierda. Para mí autopublicar mi libro fue el mayor logro y daba igual y ahora... Parece que era necesario la validación de otras personas. Me estoy poniendo triste, pero se aprende. Y se perdona.

- ¿Le ha cambiado el éxito?

- Sigo durmiendo en el sofá de la casa de mis amigos.

- ¿No tiene casa?

- No, ahí sigo. Así llevo desde hace dos años y pico. No son mis amigos, son mi familia.

- ¿Qué es lo peor que le han dicho?

- Esa ex que me dejó porque no tenía perspectivas de futuro. Era la chica de la que hablo en el poema de los números.

- ¿Qué es el talento?

- Creo que es que cuando no dejas que lo que la gente llama genio o talento te haga mediocre.

- ¿Se puede cambiar la vida en tres minutos?

- No. En un par de años, sí.

- ¿Qué le ha cambiado en estos últimos meses?

- El número de whastsapp, los horarios, el ánimo y la forma de entender la vida.

- ¿Cómo fue el momento de recitar el poema delante de su madre sin saberlo?

- Con muchos nervios y enfadado, porque hay un momento en el que me olvido del relato porque ella está ahí. Soy muy perfeccionista con las cosas que hago, pero después de hablar con ella y que me suelte ese «no pasa nada», pues mucho mejor.

- ¿A quién quieres componer un poema?

- A los hijos que todavía no tengo.

- ¿Dónde le gustaría perderse?

- Ahora en Valencia. He conocido a alguien de allí.

- ¿Qué queda del César de Guinea Ecuatorial?

- Todo. El niño que se bañaba bajo la lluvia y jugaba en el barro y quería ser escritor.

- Día y hora del comienzo de la vocación.

- Tenía 9 años y me rompieron el corazón: estaba enamorado de dos chicas y las dos pasaban de mí.

- ¿Ha vivido el racismo?

- Muchísimo. En todas partes en las que he estado. Lo he vivido, pero también creo que se está acabando. Los racistas no se están enterando de que cada vez son menos.

- ¿Triunfar ayuda contra el racismo?

- Ayuda a dar una visión diferente sobre la comunidad negra, creo que cambia los estereotipos, sobre todo en los niños.

- César, ¿qué es el éxito?

- Para mí la capacidad de ser igual de feliz ahora que tengo más dinero y me conoce más gente que antes.

- ¿Y la pobreza?

- No conocerse a sí mismo.

- ¿Canta en la ducha?

- Muchísimo. Y mal, creo que soy el culpable de que llueva.

- ¿Cuándo escribe?

- Todo el rato. Ahora.

- ¿Es adictivo el éxito?

- Para mí no. Ahora con todo esto se acerca gente para aconsejarme cómo tener más seguidores en las redes... No me interesa. Me considero el peor «millennial» de la historia. Quien venga y le guste lo que hago se va a quedar y quien no pues se va a ir y habrá formado parte del momento y de esos tres minutos de los que se habla en la tele.

- ¿Cuándo llega la inspiración?

- En cualquier momento, en los más raros y en los que tienen que ver con estar en el baño.

- ¿Cómo se vive España viniendo de fuera?

- Al principio difícil de entender políticamente. Entiendes el sistema, pero luego te cuesta más entender a las personas. Mis amigos se quejaban, pero después votaban exactamente a lo - mismo con lo que estaban en desacuerdo y creo que eso pasa bastante.

- ¿Es creyente?

- Me he creado mi propio dios. Suena raro, pero es verdad. No creo en las religiones, sí en la naturaleza y el universo.

- ¿Cuándo dejó de creer?

- En 2012. Sentí que había demasiadas normas en las que no estaba dispuesto a vivir.

- ¿Cómo es su dios?

- Es un tipo al que hablo y me contesta.

Qué lleva en la maleta

Si algo no puede faltar en el equipaje de César es su portátil. Quién sabe si para escribir ante un repentino brote de inspiración o para ver Netflix.

Dice que lo que nunca mete en ella es la falta de ganas, pero lo que seguro que jamás cabría son todas y cada una de sus almas.