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Cómo entrenar con calor
Evita el golpe de calor
El sudor refrigera tu cuerpo evaporándose, pero si hace mucho calor o bastante humedad, este mecanismo puede no ser suficiente: sigues sudando pero no te enfrías. Especialmente con alta humedad, la evaporación es más lenta que en un clima seco, y combinada con las altas temperaturas, puede ser incluso peligrosa. Los síntomas de un golpe de calor son sudor copioso, palidez, calambres, fatiga, dolor de cabeza, nauseas y pérdida del conocimiento. Lo más importante es beber agua o zumos (ni se le ocurra hidratarse con algo de alcohol), descansar y tomar un baño o ducha hasta bajar la temperatura del cuerpo.
Bebe agua sin parar
El sudor es el mecanismo que tiene nuestro cuerpo para bajar su propia temperatura, porque al evaporarse, el líquido te refresca. Sin embargo, sudar hace que pierdas mucha agua y sales minerales, además de que cualquier esfuerzo consume agua aunque no sudes. Solo con un 2% de deshidratación, es decir, por perder un 2% de la humedad de tu cuerpo, tu rendimiento baja hasta un 20%. Por eso es fundamental beber constantemente. Es mejor hacerlo poco a poco y con bastante frecuencia que beber grandes cantidades de golpe. Hidrátate antes incluso de sentir sed, y come algo ligero en las pausas que hagas entre ejercicios.
Elegir el mejor momento del día
El calor es bastante estresante para el cuerpo humano, si haces grandes esfuerzos con una temperatura elevada, tu organismo se calienta por partida doble Por un lado, los músculos generan calor al contraerse y, por otro, tu cuerpo no se refrigera lo suficiente porque el aire está caliente. Cuanto mayor sea la temperatura exterior, más le costará a tu cuerpo refrigerarse a través del sudor. Evita las horas centrales del día, cuando el sol está alto y las temperaturas más aún. Entrena por la mañana o al atardecer, ya que tendrás entre cinco y 15 grados menos con los que luchar.
Enfriarse ante, durante y después
Un buen truco para aguantar mejor el calor en esa larga travesía por la montaña o recorrido en bicicleta es intentar bajar nuestra temperatura corporal antes de salir. Enfría una toalla húmeda en la nevera y póntela alrededor del cuello. Durante el ejercicio, moja esa toalla con agua para que siga refrescándote. Una termines tendrás tentaciones de beber cosas heladas. Resiste, porque tu cuerpo reaccionará haciéndote sudar más. Es mejor que te des una ducha fresca, o aún mejor, un baño en la piscina o en el mar, ya que el agua fresca bajará tu temperatura rápidamente.
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