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Antonio López-Istúriz: «Cuando mis hijas me ven en la tele, tras la ilusión inicial, cambian de canal»
Secretario general del PPE y eurodiputado, le gusta la política cara a cara y sabe escuchar. Pilota el congreso que congregará en octubre a los líderes europeos de su partido.
Secretario general del PPE y eurodiputado, le gusta la política cara a cara y sabe escuchar. Pilota el congreso que congregará en octubre a los líderes europeos de su partido.
Comanda el Partido Popular Europeo (PPE) desde sus casi dos metros de altura. Viaja en cercanías y autobús. Opositó a la carrera diplomática, pero lo dejó por la política. Vive en Bruselas con su familia, pero tiene muchas tierras en su corazón: navarro de cuna, mallorquín, madrileño, americano por su madre. «Allá donde voy llevo con orgullo estos nombres». Dice que sus lecturas de verano siempre se adelantan al futuro porque la historia, «para bien o para mal», se repite. Ahora está leyendo «Oh Jerusalén».
–¿Alguna vez le han confundido con un pariente de Merkel?
–(Risas) Me confunden más en mi propio país e incluso me hablan en alemán. Recuerdo alguna campaña en pueblos de España, donde creían que el que venía de Bruselas era alemán y, al hablar español, les sacaba de su error.
–¿Por eso veranea en Mallorca?
–En mi juventud en Palma tuve la fortuna de vivir en una especie de pequeño laboratorio de lo que luego trabajaría, puesto que allí conviví con suecos, daneses... Me preparó para lo que luego me tocaría vivir en el ámbito político.
–¿Qué dicen ahora sus hijas –de 6 y 9 años– de usted?
–No lo sé, a mí no me lo han dicho...
–¿Qué opinan de los políticos?
–Reconocen a los políticos con un «ahí está un señor de barbas (por Rajoy) y el del bigote (por Aznar)», y dicen que son amigos de papá. Y cuando salgo en la tele, superada la ilusión inicial, cambian de canal. Es un público que creo será muy exigente el día de mañana.
–La madre de Tsipras dijo que desde que su hijo volvió de Bruselas ni come ni duerme. ¿Qué dice la suya?
–Está orgullosa de lo que hago, cree que es algo constructivo y tiene buena imagen de lo que se hace en Bruselas. En mi caso no se ha sentido nunca disgustada, como la madre de Tsipras, por ninguna actitud política.
–Cuando se dice eso de «vamos a llamar a Europa», ¿quién responde al otro lado?
–Juncker (presidente de la Comisión Europea) y Donald Tusk (presidente del Consejo Europeo), son quienes hablan con los líderes mundiales en representación de Europa. No es un mal avance ya que antaño teníamos 28, ahora son dos y aspiramos a que sea uno solo.
–¿Qué comen los líderes europeos cuando negocian?
–Sandwiches, café, té y, la verdad, platos bastante malos. Invitan a terminar la negociación cuanto antes.
–¿Y si hay que conseguir que voten por España se les pone jamón y tortilla de patatas?
–No. La vieja diplomacia de vino y jamón se acabó. Es más una cuestión de contacto personal y, convencer con buenos argumentos.
–Su padre, reputado psiquiatra, ¿le instruyó para poner cordura en Europa?
–He sido muy afortunado porque hay mucha gente que ha tenido un padre político o abogado y a lo mejor les ha ayudado en su carrera política, o no... A mí me ayudó, tengo una opinión positiva del ser humano, con pocas sorpresas al respecto, pero mi opinión sigue siendo positiva, a diferencia de la que tenía mi padre.
–¿Ha diagnosticado mucho loco en política?
–No. Me he encontrado oportunistas, artistas de la política... Locos, sólo en algún caso aislado.
–¿No le hubiera gustado comandar un avión en lugar del PPE?
–Son mis dos hobbies. Tengo la fortuna de estar trabajando en mi hobbie y el otro es la aviación. No son incompatibles y aspiro a sacarme el título privado cualquier día.
–¿Y qué lleva en su maleta?
–Salvo mi familia, llevo mi vida. Ahí va todo...
–¿Usted le pagaría la reforma del jardín a sus vecinos gratis?
–No, ni creo que nadie en su sano juicio. Si es por el símil, gratis no, pero sí se le puede adelantar el importe a un vecino en dificultades para cuando lo pueda devolver...
–¿Se han tomado muchas tilas los líderes europeos con esta crisis griega?
–Menos que Tsipras... La mayoría de los líderes europeos han sido democráticamente elegidos, llevan muchos años en esto, tienen mucha experiencia, responsabilidad y seriedad.
–¿Europa castiga o humilla?
–Ni una cosa ni otra. La UE se limita a ser un club con una reglas que nos atañen a todos. Cuando alguien se las salta deja de pertenecer al club. Es normal y lógico, pasa en la vida.
–¿Hay riesgo del efecto dominó o es ya un jaque mate?
–Al final no ha sido ni una cosa ni otra. En la partida europea no existe el jaque mate, pero tampoco el efecto dominó para España, que está muy fortalecida en estos momentos económicamente, socialmente cada vez más y habría superado el obstáculo de haber caído Grecia.
–¿Se iría a veranear a Grecia?
–Prefiero Mallorca. Pero hay sitios muy recomendables para explorar, aparte de las islas griegas. Recomiendo la zona de Tesalónica, donde se ha descubierto la tumba de Filipo II, una visita obligada para quien le guste la historia.
–¿La política pasa ahora por quién se pone o no corbata?
–A mí me parece importante saber diferenciar cuando se está representando a los electores y la seriedad del momento lo requiere cuándo hay que ponérsela.
–¿Se reconoce en el nuevo PP?
–El día que deje de reconocerme en el PP, me voy.
–¿Y qué le parece la ruta social que ha emprendido su partido para acercarse incluso a las «mareas humanas»?
–Si está metido ahí Pablo Casado, entonces me parece bien.
–Como eurodiputado ¿paga sus impuestos en España?
–Sí, desde el comienzo de mi trabajo como parlamentario pago todos mis impuestos tanto en Bélgica como en España, en el tramo que corresponde en cada caso.
–¿Por qué es importante que venga aquí el congreso del PPE?
–Porque es el reconocimiento de toda la familia del PPE a la tarea realizada en este país. La recuperación de un país como España ayuda a todos los países, psicológicamente y económicamente.
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