El retiro estival de Sánchez

El presidente pasará unos días de vacaciones con su familia en Doñana

El Coto me fascina. Lo dijo un día Felipe González, el presidente del Gobierno que más utilizó el extraordinario paraje de Doñana, cuando se perdía a pescar por la playa de Matalascañas con algunos lugareños para después tomar unas tapitas en la zona norte de la reserva, frente a la costa de Sanlúcar de Barrameda.

Quienes conocemos bien ese lugar sabemos de su mágica belleza y de la atracción que despierta en todos los mandatarios que la visitan. «El amanecer más hermoso», dijo un hombre tan poco poético como el ex presidente de los Estados Unidos George Bush, cuando allí estuvo con José María Aznar. Por recordar al ex primer ministro británico Tony Blair, el alemán Helmut Koll, el rey de Bélgica Balduino, y, sobre todo, en una visita muy privada, el príncipe de Gales, Carlos de Inglaterra, cuando visitó de incógnito Andalucía para la boda de su primo, el duque de Wellington, con una dama aristocrática granadina, descendiente de su ilustre antepasada, Eugenia de Montijo.

Y hete aquí que la historia se repite. Si Felipe González necesitó subirse a la cubierta del buque Azor, emblema de la navegación franquista, sus herederos buscan como un alivio de «pedigrí» en otros símbolos del Patrimonio del Estado. El Coto de Doñana y su residencia, el palacio de las Marismillas, forman un paquete atrayente para todo jefe del Ejecutivo. «Todos han querido venir», aseguran con enorme prudencia algunos de los guardeses, que esperan la llegada de los nuevos huéspedes. Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy fueron habituales, si bien destacan sus distintas aficiones. A González le encantaba salir a pescar, mientras que Zapatero, Aznar y Rajoy eran «más senderistas». Es decir, unos andarines de pro, por la marisma. Según fuentes de los guardeses del coto, el que mayores kilómetros hizo, sin mucho descanso, fue Mariano Rajoy.

Pasión por Andalucía

Y ahora Pedro Sánchez vuelve a Doñana, como no podía ser menos. Fuentes de Patrimonio del Estado, entidad propietaria de la enorme finca y de sus aledaños, solo confirman que todo está preparado para la llegada del presidente del Gobierno y su familia, sin explicar si habrá alguna remodelación. La última se hizo en la etapa de Felipe González y consistió en ampliar algunas zonas deportivas, como la pista de tenis, ya muy antiguas, y el comedor del porche.

Ahora, nadie comenta si la nueva primera dama de La Moncloa, Begoña Gómez, ha ordenado alguna remodelación. Lo único que confirman es que es posible, casi segura, la llegada de la nueva pareja presidencial y sus dos hijas, Ainhoa y Carlota. Lo que sí aseguran en el entorno del presidente es su gran pasión por Andalucía. Por ello, hace años que Sánchez y su mujer compraron un adosado en Mojácar, Almería, donde hace unos días se ha visto a algunos familiares que, según vecinos de la zona, son el hermano y otros allegados del presidente. Se desconoce si el jefe del Ejecutivo pasará unos días aquí o, según fuentes de Moncloa, por motivos de seguridad, irá directamente a Doñana. «No se puede meter la pata», dicen en su entorno ante la planificación del verano de Pedro Sánchez Pérez-Castejón en su primera prueba estival como presidente del Gobierno. Las encuestas, y el horizonte electoral, les tienen bastante nerviosos.

Pedro Sánchez presidirá el último Consejo de Ministros, que se celebrará el viernes. A partir de ahí, según él mismo ha trasladado a sus ministros, «se tomará un respiro». Andalucía estará muy presente en su agenda, tal como pactó con Susana Díaz a tenor de las elecciones autonómicas en otoño. Desde Doñana, donde es seguro que inaugurará su sillón estival de presidente, diseña estrategia. El Coto, tantas veces testigo de presidentes, mandatarios y juegos de poder, ahora inaugura el «sanchismo». El nuevo estilo está por ver.

El palacio donde se alojaron Tony Blair y Balduino

La residencia donde en los próximos días se espera a Sánchez y a su familia (en la imagen) pasó a ser propiedad de Patrimonio del Estado en los 90, cuando fue remodelada por Felipe González. Desde entonces ha alojado a mandatarios como Tony Blair o el rey Balduino I de los belgas. Por su parte, la vicepresidenta, Carmen Calvo, no pasará sus vacaciones en el citado palacio, sino en su Córdoba natal, hasta el 24 de agosto, cuando se reanude el curso político.