Reikiavik
Islandia: Javier Maroto, con la manta de oveja al fin del mundo
El político del partido popular descubrió una «ciudad de constrastes».
El político del partido popular descubrió una «ciudad de constrastes».
Es vicesecretario nacional de Política Social y Sectorial del Partido Popular, diputado por Álava y, como miembro activo de las primeras filas, anda ocupado estos días mientras se decide en manos de quién queda el futuro del partido. Aun así, nos hace hueco y nos cuenta el viaje que mantiene en el recuerdo. Fue precisamente trabajo lo que le llevó a conocer Islandia. «El pasado febrero fuimos a una convención a Reikiavik y aproveché para quedarme por mi cuenta. Solo fueron dos días más, pero me impresionó mucho. Para empezar, la isla se debe recorrer perimetralmente. De hecho, te dicen que si te quieres adentrar en el interior, es cosa tuya; se desentienden porque las corrientes marinas que rodean la isla permiten un clima más suave en el exterior, pero en el interior esas brisas no llegan y no se arriesgan a que no aguantes el frío». Ni tuvo tiempo para atreverse ni probablemente se hubiera atrevido a hacerlo, pero tampoco le hizo falta. Lo que visitó le dejó huella suficiente. «El paisaje es como lunar, absolutamente volcánico, en el que el hielo, la roca magmática y el mar, mezclados con el frío y una vegetación muy específica, provocan un contraste extraordinario. Me gustó mucho el silencio. Es casi mágico. Y es interesante su cultura ancestral para ciertas cosas. Por ejemplo: siguen creyendo que existen los gnomos». La explicación, según nos cuenta, viene dada por la propia geología de la isla. Es su forma de racionalizar que en un espacio natural completamente llano existan rocas con formas de persona: «Dicen que viven en esas zonas y que, a veces, cuando les da el sol, se quedan momificados. La verdad es que es una naturaleza muy pura, como un espacio en la tierra que aun estuviera por descubrir en cuanto a su disfrute». De la capital, Reikiavik, le marcaron otras cosas, entre ellas que fuera tan pequeña: «Me recordó mucho a mis años de alcalde en Vitoria, porque tiene unos 300.000 habitantes también y se puede conocer en poco tiempo. Pero más allá de eso, es una ciudad de contrastes en la que impera la austeridad. Hay casitas hechas de madera con tejados de latón frente a un palacio de Congresos inmenso. El islandés es rudo en las formas, pero es divertido darte cuenta de que como allí hay una gran cultura del alcohol, ves a personas muy formales que dos horas más tarde están en situaciones muy complicadas... (ríe). Y, por supuesto, me fascinaron sus aguas termales. Poder bañarte en la calle a bajo cero en agua que proviene de un géiser que está en contacto con lava es impresionante. Lo tienen muy preparado. Te cambias en una cabaña, te pones el traje de baño, sales a la calle, te da un ataque de frío polar y te metes en el agua totalmente calentito. Maravilloso». Difícil imaginar a Javier Maroto en circunstancias semejantes, pero comprensible dada la pasión con la que describe el viaje. «Una cosa: hay unas mantas de lana de oveja islandesa de una calidad extraordinaria. No me separo de la mía durante el invierno en Madrid. Obligatorio traerse una». Anotado.
Hotel
Hotel Hlemmur square
Dirección: Laugavegur, 105. Reikiavik, 105. Islandia Teléfono: +00354 415 1600. Precio medio: 54 € - 335 €. Web: Hlemmursquare.com
Restaurante
Ostabudin
Dirección: Skolavoerdustigur, 8. Reikiavik, 101. Islandia. Teléfono: +354 562 2772. Precio medio: 8 - 26 €. Tipo de comida: islandesa, centroeuropea, saludable, opciones veganas y sin gluten. Web: pantanir@ostabudin.es
Ruta
Valle de thórsmörk
Ruta que recorre la cascada de Seljalandsfoss, el valle de Thórsmörk, que recibe el nombre del dios vikingo Thor y que se encuentra rodeado por glaciares, hecho que explica el clima de la zona, especialmente templado, y visita al glaciar Gígjökull. Se recomienda organización previa. Web: Todoislandia.es
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