¡Las vacaciones me agotan!

Los perros duermen entre 15 y 16 horas diarias y si son cachorros, entre 18 y 20. El cambio de las rutinas en verano puede trastocar su necesario descanso.

Los canes no duermen como los humanos. Sus horas de sueño se reparten entre unas nueve o diez seguidas por la noche y el resto a intervalos durante el día. Además no lo hacen tan profundamente como nosotros, al más mínimo ruido o movimiento a su alrededor suelen levantarse a toda velocidad como si estuviesen totalmente despiertos.

Este comportamiento de duermevela les es innato a su naturaleza. Lo heredaron del lobo y de su necesidad de estar alerta y reaccionar rápidamente ante cualquier peligro. Los perros suelen dormir de 5 a 20 minutos seguidos, luego despiertan otros 5 minutos y se vuelven a aliar con morfeo. No hay que olvidar que en la naturaleza, un sueño profundo podría significar incluso la muerte. Aunque duerman a intervalos durante el día, estas siestas diurnas no parecen interferir en lo más mínimo con el sueño nocturno.

Si tenemos previsto salir de vacaciones es aconsejable obervar bien su patrón de sueño con unas dos semanas de antelación, ya que así podremos notar cualquier cambio que se produzca en la mascota.

Por ejemplo, si el perro no duerme las horas mínimas que necesita y es díficil que se tumbe un rato, puede ser porque se encuentra en un estado de estrés, ansiedad o hiperactividad por los cambios de rutina, o simplemente porque no hace el ejercicio mínimo que demanda. En estos casos, tenemos que calmar y relajarlo mediante masajes y dedicando más tiempo para sacarlo a pasear. El ejercicio físico es la clave para que luego duerma, pero nunca en exceso, ya que un alto nivel de actividad le puede provocar incluso más ansiedad. Los horarios «locos» que llevamos en vacaciones se pueden suplir perfectamente con varios paseos largos durante el día.

No hay nada más gratificante después de un ajetreado día de verano, que ver a nuestro perro durmiendo a «pata suelta» en casa, en la habitación del hotel, en el apartamento o donde estemos.

Si por el contrario, el perro rompe sus patrones de sueño durmiendo más horas, puede ser signo de depresión o aburrimiento, algo que sucede cuando los humanos disfrutamos de un descanso estival y nos olvidamos que el can necesita seguir con ejercicio.

No me dejes solo

Un perro con un comportamiento normal puede sufrir «ansiedad por separación», no soporta estar sin sus dueños y entra en comportamientos inadecuados, cuando está en un sitio desconocido. Si se tiene que quedar en el hotel un rato solo, por ejemplo cuando vamos a desayunar, debe ser un espacio reducido con ropa con nuestro olor y hacer previamente ejercicio.

Me encanta el paisaje

Las vacaciones son ideales para hacer con tu perro una actividad muy beneficiosa para ellos: estar quieto plácidamente observando el paisaje. Aprender a no hacer nada, solamente estar junto a nosotros viendo pasar la vida, además de que les encanta, luego les ayudará cuando se crucen un perro que no les guste o algo que les asuste.