¿Por qué tengo que comer tomate?

Considerado como fruta a nivel botánico y como hortaliza en el plano alimentario, existen más de 60 variedades de tomates en todo el planeta. En España, cada vez más variedades se disputan el trono del tomate «pata negra», siendo el osa, el corazón de buey y el raf los mejor valorados por los expertos.

Su bajo contenido calórico y su gran aporte de vitamina C y licopeno lo convierten en un excelente aliado diario de la cocina saludable.

No hay ensalada que se precie que no lleve un buen tomate aliñado.

Aunque depende de la variedad de tomate de la que hablemos, a nivel general 100 gramos contienen unas 17 kcal.

Fuente de vitaminas A, B, C y K, aporta también interesantes cantidades de hierro, potasio, sodio, magnesio y fósforo. Reduce los riesgos de enfermedades cerebrales y cardiovasculares, así como el colesterol, tiene efecto diurético, ayudando a expulsar toxinas, combate infecciones y regula el tránsito intestinal.Por su acidez, no se recomienda teniendo llagas bucales. De quimioterapia puede producir algún efecto secundario, y si se sufre de alteraciones digestivas, como reflujo o úlceras estomacales, también conviene evitarlo.